Es bueno estar en casa nuevamente.Hace un par de días que estamos en casa y todo ha ido como esperamos.Sí. Estamos agotados, trasnochados y si no es por la ayuda de las abuelas, ni si siquiera podríamos recordar bañarnos.De manera Instintiva, hundo mi cabeza en el suéter rosa que llevo puesto.A mi lado mi mamá me da una mirada divertida y se inclina.—Estás bien—cuchichea—Tampoco hueles a leche, por si quieres saber.¡Dios!Me siento mordicada mientras ella se ríe.Se endereza y sigue hablando con Rose.Ambas están llevando una buena relación y eso a Damián y a mí nos parece genial.Estamos en la sala de televisión de la casa y, es el día para que Abby escoja su vestido de novia. Había llegado hace una hora muy animada junto a dos amigas suyas.Las chicas están risueñas y toman champán que, Rose había traído. De hecho, todos tomaban. Yo, tenía a la mano, un zumo de naranja que Celeste me había traído. Sí. La mujer estaba bien y, aunque le insistimos en que descansara. No quiso.Es
DAMIÁN POV. Los verdaderos momentos importantes, son los que vivimos junto a nuestros seres amados. Esos recuerdos se hacen un lugar permanente en nuestras memorias. Y, nos traen una sonrisa cuando estas en el peor momento de la vida. Estoy seguro, que este recuerdo permanecerá en mi mente por siempre. Junto a Zane. De pie en el altar, veo a mi padre camina por el pasillo junto a mi hermana. Esa, con la que crecí en esta misma casa. Aquí jugamos, peleamos y discutimos muchas veces. Pero, siempre, ha sido parte fundamental en mi vida. Miro a mi amigo, representante. Que observa a mi hermana, embelesado con su vestido. —Te llevas algo preciado Zane—susurro—No me hagas darte una paliza. Zane me mira. —Primero, me corto una mano antes de volver a herir a tu hermana. Asiento. Miro a mi hermana y le guiño. Ella parpadea y me sonríe feliz. Eso es todo lo que necesito. Miro a mi izquierda y, me encuentro con la sonrisa de mi esposa. Ella tiene en brazos a Kaia. Mi hija apenas se ve
Un año y medio después.La brisa fresca del verano toca mi rostro y cierro los ojos para disfrutar de lo bien que se siente.Parece que la vida a paso muy rápido. El año pasado no me podría imaginar todo lo que mi marido y yo hemos logrado.Soy fiel creyente de que, la vida te pone en el lugar que te corresponde, en el momento justo.La carrera de Damián ha despegado a tal punto de que, no ha parado desde año pasado. Ha hecho un par de películas más y, la última se estrenó hace un par de meses. La crítica es buena y no me sorprendería que, estuviera nominado a diferentes premiaciones.No podría estar más orgullosa.Por mi parte, tuve la suerte de que, la canción que compuse fuera seleccionada para la producción en la que, Pixar estaba trabajado.Fue el mejor momento de mi vida. Y, me dio más notoriedad dentro de la industria. Fue la mejor experiencia de mi vida.Las cosas han ido bien.El primero en llamarme fue Michael. Estaba en su gira y se alegró de que me dieran una oportunidad c
Bailo al ritmo de la música después de mi incidente con un desagradable hombre. Pero, gracias a la intervención de Damián. Así me dijo que se llamaba el tipo que acabo de conocer y con el que estoy bailando me puede librar de él.—Bailas bien, cara de ángel.Bufo y le hago una peineta.—Vuelves a decirme así y te aseguro que te cortaré las bolas, presuntuosos de mierda.Él, levanta las manos en rendición.—Vale. Quiero mis bolas donde están—replica sin perder su sonrisa.El hombre es sexi. Pero, ¿No debería sentirme destrozada porque mi prometido me acaba de confesar que, se acuesta con otra?Niego.Definitivamente, debo agradecérselo al alcohol. Las manos del hombre me sujetan y nos mueve al ritmo de una sensual melodía.Mis manos van a sus hombros y siento sus músculos duros bajo mi toque.¡Soy una perra con suerte!—¿Eres de aquí? —inquiere pegado a mi cuerpo.—Nop—respondo antes de darme la vuelta y seguir bailando.Sus manos van a mis piernas y acaricia las mima. No sé por qué su
Ser su esposa por contrato no es lo que espero, pero lo tomaré si es mi única oportunidad de poder demostrarle que somos más que compañeros de cama.Más que cuerpos enredados entre las sábanas.Yo conozco el hombre que se esconde bajo esa fachada de hombre serio y frío.Conozco, de primera mano, la pasión que esconde.¿Bien? Que comience el juego, uno que no estoy dispuesto a perder.*****//*****—Espero que de verdad logres ser feliz, amiga—me dice Lorena abrazándome.Estamos en la salida del juzgado y oficialmente soy la señora Petrov.La ceremonia fue íntima y rápida. Los únicos invitados fueron mis amigas Lorena y Natasha.Mis mejores amigasEsta última estaba en desacuerdo con mi decisión.Ella cree que casarme con Vladímir es una locura.Lorena, en cambio, llegó acompañada por su novio Marcos Williams.El cual además de amigo era mi jefe en la agencia de publicidad donde trabajaba como modelo profesional.Vladímir solo había invitado como testigo a un amigo. Víctor, pero este u
Me remuevo entre las sabanas y encuentro el lado opuesto de la cama vacío. Las cortinas de los grandes ventanales están corridas y puedo ver los edificios a lo lejos.Miro alrededor de la habitación decorada en tonos blancos y grises.Está desierta.Vladímir debe estar abajo.Miro el reloj despertador y veo que aún tengo tiempo para prepararme para el viaje. Me levanto de la cama desnuda y camino hasta el baño para darme una ducha caliente. Una vez lista salgo y entro en el dormitorio donde descansan mis pertenencias junto a las de Vladímir. Él había sido enfático en que llevara todas mis pertenencias lo antes posible y así lo hice, también mi maleta estaba hecha y tenía muchas cosas que Vladímir se había encargado de darme para el clima frío de San Petersburgo.Me vestí con un vestido manga corta rosa y me puse mis sandalias negras favoritas. Vladímir me había informado que no me preocupara por el frío porque un coche con calefacción nos esperaría al bajar del avión y la casa contaba
—Estamos por aterrizar, Slákaya—Me remuevo en mi asiento y me enderezó. Me senté a leer una revista para dejar a Vladímir trabajar y me quedé dormida.Maldito cambio de horario.Miro por la ventanilla y veo la luz del día. Nueve horas de vuelo me han dejado desorientada.Observo a Vladímir que está de pie frente a mí. Se ha cambiado y ahora lleva un suéter negro un poco más grueso y vaqueros desteñidos. Yo me había puesto unos vaqueros y un suéter manga larga, color blanco.—¿Qué hora es? —Pregunto frunciendo el ceño—Me muero de sueño—digo reprimiendo un bostezo y él sonríe—Son las once de la mañana en Rusia, pero aún solo son las tres de la mañana en Nueva York —me informa y lo miro mal—Esto es una mierda—me quejo—Vamos a ponernos el cinturón—me ayuda a colocarlo y antes de tomar asiento enfrente de mi guarda su portátil. La azafata amablemente retira las bebidas dispersas en la mesa donde Vladímir estuvo trabajandoMientras él se acomoda enfrente de mí aprovecho y me rehago el ca
Camino tratando de no hacer ruido por el pasillo mientras escucho como las voces suben de nivel.Estaba dormida y un escándalo me saco de mi sueño.Mire la hora en mi móvil y había dormido poco más de una hora. Ahora estoy a hurtadillas en el pasillo escuchando la voz muy enojada de Vladímir y la de otro que supongo es su padre. Llego hasta la puerta y estoy decidida a tocar cuando una mano me toma del bazo.Zaria.—No—murmura.La miro y esta me hace señas para que vaya con ella.—Creo que podría calmar los ánimos— susurro.Ella niega.—Los caldearía más si se mete allí sin que lo pidan—me dice y hago una mueca— Bajemos y esperemosUna parte de mí sabe que tiene razón.De mala gana la sigo.Llegamos a la planta baja.Me guía hasta donde está una amplia y muy iluminada cocina. Es blanca, con cajones de cedro. Los artefactos son todos de acero inoxidable y tiene una gran isla con algunos bancos para desayunar—¿Tenía mucho rato allí? —de pie me pregunta y niego.—Me acababan de despert