En mi silla disfrute de la magnífica puesta en escena. A mi lado observe a Vladimir interesado en lo que ocurría, aunque aparentara que no lo estaba disfrutando sabía que lo hacía y como no hacerlo, si era una de las mejores y más aplaudidas creaciones en el mundo de las artes histriónicasCuando se anunció el intermedio nos levantamos y junto a la señora Kollias fuimos al baño.Allí me retoque el maquillaje y la señora Kollias hizo lo propio.—¿Hace mucho que están casados tú y Vladimir? —me pregunta la señora Kollias mientras me mira a través del espejo.Guardo el labial en mi bolso de mano y le sonrió con cortesía—hace poco de un par de meses— digo—Lo conocí por mi trabajo—De modelo ¿no? —dice y su tono es un poco despectivo.La miro sorprendida pero no pierdo mi sonrisa—Así es— digo poniéndome de lado para mirarla—Los hombres deberían tener una esposa en casa atendiéndolo ¿no cree eso? —me dice y reprimo mis ganas de mandarla la mierda, pero sé que si lo hago Vladimir estará f
Serpenteo el trafico mientras conduzco el Mercedes Maybach de Vladimir.Después de pasar unos días en Shanghái para la entrega del barco Crucero había regresado muy contento porque, según sus palabras; todo había saldo a pedir de boca y sus clientes estaban muy contentos con el resultado. Desde que había regresado nos habíamos sumergido en una tranquilidad reconfortante, tratábamos de no pelear por todo, Puede decirse que ambos hemos cedido un poco.a único que me preocupa es que Vladimir no ha recibido la llamada de Kollias y concretar la fecha de la firma del contrato para la construcción de su próximo yate, no quiero que pierda un negocio por mi culpa.—¿No crees que estas muy cerca e ese auto? —pongo los ojos en blanco ante el tono de Vladimir, que va en el asiento del copiloto—Estoy a una distancia prudente— le digo sin apartar la mirada del camino—Podrías relajarte y disfrutar del viaje—le digo exasperada —Estamos a unos minutos nada mas de llegar—No sé cómo te deje conducir m
Cuando llegamos al salón, miro alrededor antes de mirar a mi mamá que está estudiando apreciativamente a Vladimir y no la culpo. Hay que estar ciego si no admiras a alguien como el—¿Donde esta papá?—pregunto mientras me siento al lado de Vladimir que esta callado con la mirada fija en una fotografía mía junto a mis padres cuando me gradué de la secundaria—Tu padre está en la ducha—bufa—Tuvo un accidente con unas bolsas del supermercado—me rio—Pero dejando a un lado lo de tu padre— dice y mira detenidamente a ambos— ¿Cómo es que ustedes decidieron casarse? —pregunta.Vladimir se remueve incómodo y yo también lo estoy—Mamá—digo negando. Va a decir algo cuando escucho pasos bajando por las escaleras—¿La niña ya llego? —escucho preguntar a mi padre mientras baja por las escaleras. Vladimir me mira cuando salto del sofá y mi padre baja de las escaleras —No sé si darte unas nalgadas o abrazarte—me dice serio—Prefiero el abrazo—respondo antes de abrazarlo. Este me aprieta—Te extrañe Pa
—Quiénnn… Tuviera la dicha que tiene el gallo… —canta mi abuela Gloria mientras se come con la mirada a Vladimir que está en el patio trasero con algunos de la familia haciendo reír—Mamá. Por favor —la reprende mi padre frunciendo el ceño.Esta solo pone los ojos en blanco y se acerca a donde tenemos cocinando la carne y costillas de res para el sancocho dominicano—Ya estoy muy vieja para que me regañes—dice en voz baja y divertida— No es malo echar una mirada de vez en cuando a mi alrededor—¿No piensas decirle nada? —me pregunta mi papá y niego mientras corto verduras para el sancocho—La abuela sabe apreciar lo bueno de la vida— le guiño cómplice y esta asiente—Muy bueno está el muchacho—dice asintiendo—El buen gusto lo sacaste de mi cielo. Eso no lo dudo— me rioMiro por la ventana y veo a Vladimir de pie junto a la parrilla lleva unos pantalones cortos de color blanco, una camiseta azul oscuro y se veía muy cómodo mientras habla con mi primo Miguel que se encarga de asar la mo
—¡Todos a la mesa! —grita mi abuela una hora después.Todos vamos a la mesa como si fuéramos un rebaño. El bullicio, las bromas y risas llena la mesa. La comida abunda en la mesa, todo presidido por el sancocho, el cerdo, el plátano frito y la ensalada.—Después de la comida vamos a pasar la tarde en la playa y dejar descansar a los viejos—Viejo el viento y todavía sopla mocoso—responde el abuelo Eli.Tomo un plato y sirvo un cuenco frente a Vladimir. Toma un poco y lo prueba, espero y asiente gustoso. Le gustoLo veo comer con ganas, miro a mi mamá que me guiña desde su posición. A partir de allí todos nos servimos y comemos como locos, me sorprendo al ver a Vladimir probar todo lo que hay en la mesa y nunca despreciar o hacer mala cara a algo.La abuela me divierte al estar pendiente de que pruebe lo que quiera—Si fuera así conmigo—farfulla el abuelo a su lado divirtiéndonos a todos, incluido Vladimir que le sonríe genuinamente a la abuela agradecido por su atención—Yo quiero sab
—Te voy a echar de menos—mi madre me abraza—Cuídate mucho—Tú también—le digo alejándome de ella solo para ser rodeada por mi padre—Tienes que volver pronto—me dice y es una orden.Vladimir está a mi lado con nuestras cosas esperándome después de despedirse de mis padres—Sabes que estas semanas serán muy caóticas—le recuerdo.Dentro de una semana comenzaran los preparativos para el desfile y estaré muy ocupada—Prometo que regresare lo antes posible— ellos asienten. Sin mencionar que luego está la boda de Lorena y Marcos—Prometo llamar a menudo.Subimos al coche, yo del lado del pasajero esta vez y partimos de regreso a casa. Esa palabra me hace un nudo en la boca del estómago, Vladimir y yo no volvimos hablar del tema y creo que solo quiere olvidarlo.Yo no lo hare, pero tampoco quiero presionarlo demasiado. Lo amo, pero no soy correspondida. Sin embargo, aún tengo tiempo de demostrarle a Vladimir que puede tener conmigo una vida, él es terco y yo también así que no pienso declinar
—¡Feliz cumpleaños! —exclaman Nat y Lorena a penas atravieso la entrada del atelier tres días después.Sonrió al verlas con grandes globos de felicitaciones, se acercan a mí y me dejo envolver en un gran abrazo de oso—Gracias—digo alejándome—Esta noche iremos a cenar y después a bailar—me informa Lorena mientras nos separamos—No puedo esperar—les respondo y fuerzo una sonrisa.En ese momento mi móvil elige sonar, al ver el nombre en la pantalla le doy ignorar—Ayer estuvo aquí poco después de que te fueras—me informa Lorena—Fue al departamento, pero no le abrí. Se cansó después de un tiempo—digo, me había puesto los cascos de música y tirado en el sofá para poder ignóralo, creo que funciono porque después de media hora de aporrear mi timbre se marcho—Las necesito aquí de inmediato. A todas—Tamia se detiene en medio del atelier y nos esperaCuando todas nos reunimos esta nos mira un momento—Solo tenemos dos semanas para finiquitar todo respecto al desfile—comienza—No tengo que de
VLADIMIREstoy en mi oficina tecleando furiosamente en mi portátil mientras termino todo mi trabajo pendiente.Termino de redactar un correo a Víctor y me reclino en mi silla después de enviarlo. Alargo mi mano y tomo mi móvil para llamar a Rachel, pero me envía a buzón.Hace tres días que había dejado el departamento y estaba a punto de perder los papeles. Pero cada vez que la recordaba junto al idiota de Matteo la sangre me hervía. Rachel era mi esposa, no pondría en riego mi acuerdo por ese imbécil—¡Maldita sea! —gruño dejando de mala gana el móvil.Un golpe en mi puerta me hizo maldecir AdelanteAndrea entra a mi oficina con las últimas actualizaciones de los contratos que esperaba firmar próximamente—Ya están listos todos mis pendientes—dice dejado las carpetas enfrente de mi mirándome—Vladimir yo…—Andrea. No hagas esto más difícil—la corto—Has sido una buena asistente, pero estarás mejor trabajando con Damián—hago referencia a mi director de recursos humanos en San Petersburg