En el momento que llegaron al vestíbulo del edificio encontraron a William que estaba recostado de una pared como si estuviera esperando por alguien y a Ashley le pareció sumamente extraño que él siempre estuviera rondando por esos lares, justo cuando iba a su casa, porque era como si esperara para
«Se lo llevaré a la señora Magda» pensó introduciéndolo en el bolsillo de su vaquero.—¿No te lo comerás? — cuestionó atónito, porque nuevamente estaba fallando un plan que lleva tiempo por formular y Ashley se lo impide al no consumirlo, incluso era cierto que andaba todo el tiempo con dicha barra
Narrador.—¡Te voy a refundir en la cárcel junto con tu cómplice! ¡¡William, ahora maldigo la hora que te conocí y que permití que entraras a mi vida, y agradezco todo lo malo que me ha pasado para no terminar casada con un verdadero monstruo como tú!!— gritó exaltada con ganas de zafarse y poder pe
Narra Ashley. Me siento desencantada de la vida y decepcionada de las personas que me rodean. No espere ser engañada como una niña pequeña por el hombre que creía que era el ser más puro del mundo, todos los altares que había construido de William en mi mente se derrumbaron, y no porque sienta algo
—¿No consideras que estás siendo muy dura con ella al tratarla de esa manera?, no olvides que la tía acaba de perder la casa, que tanto amaba. El único recuerdo de tu padre que aprecia; ella también al igual que tú y que yo, porque estoy muy desengañada de William, fuimos enredadas en su red de ment
— Estaré con tu mamá hasta que hables con tu esposo— señaló hacia la habitación hacia donde empezó a caminar. —No tienes por qué ayudarle, no confío en él. Sea lo que sea, igual, estuvo con William durante tantos años, dizque siendo nuestro amigo y no fue capaz de decirte lo que estaba sucediendo.
Narrador.El semblante de Ashley se notaba pálido; sin embargo, se mantenía firme, a pesar de que su subconsciente le pedía a gritos que corriera a estar lejos de Aslan, porque no debía estar junto a él en un espacio cerrado. Luchaba a fuerza de voluntad por no pensarlo como el hombre de la oficina,
Narra Aslan. Ashley no me miraba a los ojos, y las palabras que salían de su boca manifestaban lo contrario a lo que me transmitía su mirada y cuando al fin se forzó a sí misma a verme a la cara no me sostuvo la mirada por más de dos segundos; era como si le molestara también que la estuviera obser