Narrador. Mateo estaba muy decidido hasta que se encontraba delante de la habitación de Jessica y se debatía en tocar, tanto levantaba la mano como la volvía a bajar hasta que se llevó tremendo sobresalto cuando Jessica abrió la puerta cargando consigo su equipaje. —¡¿Te vas?! — cuestionó perplejo
—No te preocupes, pensé que no sería problema obtener la dirección, eres mi amiga y quiero asegurarme de que estés bien, pero ya que no se puede no voy a insistir. Dejando a Jessica sintiéndose mal consigo misma por creer que lo ha lastimado con sus palabras William colgó la llamada. Narra Aslan.
Narra Aslan.Mi nana dejó a un lado todo lo que traía en las manos, y se agachó a recoger las pertenencias personales de Ashley que se habían salido de la cartera y cuando tuvo a la vista unos preservativos los empuñó tratando de ocultarlos de mí. —Vamos nana, ya lo he visto— le aclaré con tono dur
—Ese es tu problema por eso te enrollas con hombres casados porque temes a enamorarte, ya que al decirle a tu mente que son ajenos creas una distancia con esos hombres, pero Jessi y si lo intentas aunque falles, no debes tener miedo a enamorarte y perder, creo que eso sería menos deprimente que vivi
Narrador.Susan llegó cansada de trabajar porque había tomado dos turnos, ya que desde que Ashley dejó de ir el trabajo se le ha incrementado más, a pesar de que ahora otra está en su lugar, pero no es ni la mitad de eficiente de lo que era Ashley. —Amis, llegué cariño— voceo a su primo cuando abri
Narra Ashley. No pude dormir nada y por más que lo intenté, no logré hacerlo, me costaba dejar de pensar en Aslan, y de preguntarme a mí misma si lo estoy haciendo mal. No es que quiera hacerme la tonta, pero es que cuesta creer que un hombre que fue mi novio, amigo y prácticamente familia duran
Narrador.Nayelis se pegó del marco de la puerta manteniendo una ceja alzada, a medida que iba detallando a ese macho que está delante de ella; sin descaro se mordía el labio y el hombre que se sentía escaneado se rascaba la cabeza, sin entender por qué esa chica era tan directa. Lo estaba haciendo
—Que tenga un buen día Oliver— le dijo Aslan dejándolo solo en el gimnasio cuando salió en su silla eléctrica, yendo a su habitación.—Ah, se me olvido advertirte que cuando Aslan está en modo ogro es bastante enojón. A Oliver le sorprendió la voz cantarina de Nayelis, pues no esperaba que entrara