Narrador.Ashley no le reclamó a su esposo por haberla seguido como lo hizo porque comprendió que él tenía razón en todo lo que le reprochó porque ciertamente hubiera sido feo que su rostro saliera en primera plana de un periódico como la esposa infiel y quien sabe cuántas barbaridades más le agrega
Me quedé callada. —Para empezar, te aclararé algo: no niego que al principio me encantaba ese juego tóxico y enfermo. Cuando la conocí, no todo se trataba de pegarse o discutir antes de irnos a lo íntimo, sino que como cualquier pareja que se desean teníamos juegos previos, y en una que otras ocasi
Narra Ashley. —¿Me permites este baile? — me pidió Aslan y yo me quedé perpleja, ya que me tomó por sorpresa. —¿Cómo? — pregunté, aunque no fue mi intención, sino que me impresionó su pedido. —Hubieras visto tu cara. Su risa dejó ver que ya no es ese hombre serio que conocí cuando me casé.
—Quiero amarte Aslan. Esas palabras salieron de mi boca sin pedir permiso, incluso ni las pensé, nada más abandonaron mis labios sin más. —No quiero que te arrepientas. —Se apartó rápidamente y noté la sinceridad en su voz. —Me apetece, déjame intentarlo —le supliqué. Comenzamos a besarnos sin
Narrador. Mateo estaba muy decidido hasta que se encontraba delante de la habitación de Jessica y se debatía en tocar, tanto levantaba la mano como la volvía a bajar hasta que se llevó tremendo sobresalto cuando Jessica abrió la puerta cargando consigo su equipaje. —¡¿Te vas?! — cuestionó perplejo
—No te preocupes, pensé que no sería problema obtener la dirección, eres mi amiga y quiero asegurarme de que estés bien, pero ya que no se puede no voy a insistir. Dejando a Jessica sintiéndose mal consigo misma por creer que lo ha lastimado con sus palabras William colgó la llamada. Narra Aslan.
Narra Aslan.Mi nana dejó a un lado todo lo que traía en las manos, y se agachó a recoger las pertenencias personales de Ashley que se habían salido de la cartera y cuando tuvo a la vista unos preservativos los empuñó tratando de ocultarlos de mí. —Vamos nana, ya lo he visto— le aclaré con tono dur
—Ese es tu problema por eso te enrollas con hombres casados porque temes a enamorarte, ya que al decirle a tu mente que son ajenos creas una distancia con esos hombres, pero Jessi y si lo intentas aunque falles, no debes tener miedo a enamorarte y perder, creo que eso sería menos deprimente que vivi