—Sí, salí un rato, se puede decir que pasé toda la mañana fuera, pero no quise pasear más porque hoy es un día muy importante para mí — le dijo hablando con acertijos y ella mostró su duda con gestos.—¿Qué tiene el día de especial? —preguntó, un tanto confundida, mientras que él se llevó una mano a
Narrador. Aslan levantó su mano y con ternura puso un mechón rebelde detrás de la oreja de Ashley, acariciando en el proceso su rostro suave y sin dejar de mirarla a los ojos.—Sé que esto se formó rápido entre nosotros y aunque tal vez no lo pienses, otros dirán que quizás esto que siento por ti e
—Jessi es una mujer de cuidados, y voy a tener que inspeccionar esos videos de ahora en adelante.Ashley sonrió por la aclaración de Aslan y se llenó de un sonrojo porque nunca había sido así de picante, no en el ámbito sexual, aunque tenía un poco de experiencia en los orales. Siempre se limitaba y
Narrador. En medio de todo Aslan mordió duro su propio labio inferior alejando ese salvajismo que aún queda en él, sentirla tan delicada, también invitaba a su oscuridad a devorarla como bestia, porque en él siempre ha existido esa parte que le gusta lo duro y salvaje, pero también esa que añoraba
Luego le lamió un pezón, describió un círculo alrededor de la punta y lo chupó. —Sabes a primavera —murmuró anonadado, antes de prestarle atención al otro pecho. Esta vez se tomó su tiempo para cubrirla de lametones lentos y acompasados, arrancándole un escalofrío de placer con cada nuevo movimient
Desesperada ella trató de alejarse y se removía, pero la fuerza del hombre no se comparaba con la suya. —¡Quédate tranquila! Volvamos a casa, necesito follarte duro y hacerte recordar que yo no tengo reemplazo, que solo yo te hago sentir. Ella negó con la cabeza dejando ver sus ojos brillosos p
Narra Ashley. Ya me había entregado a Aslan y varias preguntas invadieron mi mente, «¿ahora qué?, ¿cómo pudo cambiar todo en mí tan de repente donde mi plan siempre fue obtener venganza?»Me aterra la idea de que por dejarme arrastrar por esto tan bonito que me hace sentir Aslan, deje de ansiar las
— También no debes negarte a un regalo de mi parte porque toda esta ropa la he elegido yo. Todos estos vestidos los elegí imaginando a mi necia esposa con ellos puestos, incluso te compré uno negro. Él no dejaba de reír. —¿Para qué? — pregunté sin entender su chiste sobre el vestido. — Me querías