Narrador. —Sí, Aslan, claro que lo sé, pero Ashley la atiende. —Le contestó la señora de lo más calmada, demasiado para como suele ponerse cuando Zaira está enfermita. —No me gusta nana, debes atenderla tú o la niñera. —Aunque él no quiso que sus palabras salieran como un reclamo, igual no pudo so
—No señor, Ashley se quedará durmiendo aquí, no sé qué rayos les pasa a ustedes dos, pero lo resolverán dentro de estas cuatro paredes y se me dejarán de niñerías— le aseguró su nana mostrándose más firme que nunca. —Pero… — quiso objetar Ashley, que supuso que ella no tenía por qué cumplir los pe
Narrador. Sin saber con quién dialogar sobre su nuevo problema Ashley decidió llamar a su mejor amiga, pero ella no respondía hasta que decidió marcar nuevamente y una Jessica muy agitada le respondió. —Hasta que por fin te dignas, quedaste de llamar seguido terminarás de hablar con William, pero
Ashley camino hacia él, mientras reflexionaba que era cierto, Aslan parecía ser solo un peón de Alonso, de modo que manejada por un impulso que no sabe de dónde le salió, se acercó lo suficiente y sostuvo una de sus manos. —Lo siento, tratemos de hacer que esto sea un poco más llevadero, ¿sí? — El
Narrador.Magda también lo notó, ya que rápidamente cuando vio que el ambiente se tornó pesado dijo: — Bueno, ustedes deben estar muy agotados y esta princesa tiene sueño, dormirá con sus padres hoy. Se refirió a Zaira y yo iba a pasar por imprudente al querer preguntarle ¿cuándo me convertí en mad
Dejó que ella entrara con él al cuarto y Ashley lo desnudó con suficiente calma mientras él no paraba de ver su rostro esperando ver gestos de molestia, porque suponía que ella se mostraba así por el contrato, pero no, incluso la vio sonreír con las mejillas sonrojadas. —Tienes mucha ropa— anunció
Narrador. Aslan se concentró en el hermoso rostro de Ashley mientras ella anudaba su corbata. —No quiero hacerlo solo, ¿podrías acompañarme? —Pidió Aslan sin pensarlo, luego se dio cuenta y le molestó sentirse débil, más delante de Ashley, pues él también era un hombre orgulloso. » Quiero decir,
—¿Es cierto que se casó con su amante? —Pero ¿qué demonios?, ¡apártense de mi camino!, ¡seguridad! —grité y de inmediato el equipo de seguridad me abre camino y no permiten la entrada de los reporteros al edificio. —¿Por qué diablos permitieron que los reporteros acamparan en el estacionamiento? T