Hanna se encontraba en casa disfrutando la compañía de sus hijos, ella no se separaba del teléfono, sabía que en cualquier momento su esposo iba a llamar, darle la noticia de que Adriano ya no existía era algo que deseaba hacer con todas sus fuerzas. Mientras que ella era paciente esperando aquella llamada, Emilio y los demás hombres celebraban por lo alto aquella victoria, claramente había terminado la guerra y era más que claro que sin Adriano Bennett en el camino, Enzo sería el nuevo dueño y señor de la mafia.—¡Celebren!, celebren porque los negocios van a incrementar, no vamos a ser suficientes para cumplir con la demanda —comentó Emilio a los hombres que le servían de manera fiel a Enzo. —Señor, la señora Hanna ha pedido que vaya a verla al estudio —le dijeron a Emilio uno de los hombres a cargo de la seguridad de la casa.Emilio dio un buen sorbo a su vaso de whisky, saboreaba la victoria, por su mente lo único que pasó era que Hanna lo había hecho llamar para brindarle una e
Hanna luego de terminar la llamada se encontraba asustada, llevó la mirada a sus pequeños hijos notando lo indefensos que eran, al instante corrió hasta la habitación principal, tomó la pistola y se preparó para defender a sus hijos con su vida. Lo único que se preguntaba era de quien se trataba aquel hombre que deseaba con tantas ansias acabar con Enzo y su familia, sabía muy bien que su esposo tenía enemigos por doquier, pero lo que ella tenía entendido era que el único que se atrevía a llegar tan lejos era Adriano, hombre que se encontraba sin vida por sus propias manos.Una vez que ella regresó al cuarto de los bebés se llevó una terrible sorpresa, su corazón estuvo a punto de detenerse, el tono de su piel cambió al instante, su cuerpo había quedado completamente congelado. Las enfermeras habían sido separadas de los bebés, en su cabeza apuntaban con sus armas, habían demasiados hombres en aquella habitación, pero lo que más llamó la atención de Hanna fue la figura de aquel homb
Valentino disfrutaba tener el control, ejercía fuerza sobre el cabello de Hanna ya que disfrutaba ver su cara de sufrimiento, causarle dolor a aquella mujer se había convertido en su mejor pasatiempo.—Cuando regrese Enzo tendrá mucho de que hablar, dile que pronto estaré de regreso y haré que su miserable vida terminé lo más antes posible —Hanna colocó las manos sobre su brazo para tratar de liberarse, pero claramente no lo podía conseguir.—Señor ya tenemos las bolsas con las piedras preciosas —dijo uno de los secuaces de Valentino, él al instante dibujo una enorme sonrisa en su rostro. —Muy bien muchachos ya lo tenemos, es hora de irnos —dijo Valentino provocando que Hanna sintiera gran alivio.Valentino empujó a Hanna con fuerza cayendo de espalda al piso, luego se dio vuelta y regresó hasta donde se encontraban los niños, fijó la mirada en el nombre que se encontraba justo al lado de la cama de aquel pequeño que no lloró con su presencia. —Tu pequeño Dante me has agradado, así
Enzo fue directo hasta donde se encontraba Emilio, con aquella mirada desafiante le dejaba claro que necesitaba escuchar la verdad. —¿Qué sucedió, dónde está Dante? —preguntó Enzo con su voz ronca y desafinada.—Señor, lamento mucho lo que está sucediendo, sabes perfectamente que te protejo con todas mis fuerzas al igual que a tu esposa y a tus hijos, pero en el instante en el que sucedió todo no me encontraba en casa, la mayoría de hombres que cuidaban la casa no estaban —al escuchar su respuesta Enzo función ceño.»Le aclaro que no fue por mi culpa, la señora Hanna ordenó que fuéramos acabar con Lorenzo para así tener tranquilidad ante una represalia por su parte debido a la muerte de su padre, pero lo único que hemos logrado conseguir ha sido la desgracia —Emilio inclinó la cabeza sintiéndose de lo peor por haber defraudado a su jefe. Enzo sentía fuertes deseos de golpear a Emilio, pero decidió posponerlo, se dio vuelta y fue directo a ella, dobló las rodillas cayendo justo al la
Mientras que Hanna lamentaba el robo de su hijo, Enzo recorría la casa ya que no se podía quedar en un solo lugar, su cabeza daba vueltas y no sabía por donde empezar a buscar a su hijo, su teléfono móvil sonó, él al instante dio respuesta.—Diga —respondió Enzo.—Hola hermanito ¿cómo estás?, espero que ya te encuentres enterado de la situación —habló Valentino tranquilamente. —Valentino, por favor escúchame, devuelve al niño, él no tiene nada que ver con lo que ha sucedido, solo es un pequeño y no tiene que pagar por mis errores, toma mi vida y libérala de mi hijo, la deuda es entre los dos —habló Enzo con su voz entrecortada. —Se nota que han cambiado las cosas, creo que ahora sí logré llamar tu atención, y ahora estás en una posición nada favorable, ya no eres el mismo hombre rudo y valiente que se paró frente a mí, me engañó y disparó en mi contra pretendiendo acabar con mi vida. »Ya te diste cuenta que no lograste conseguir tus objetivos y lo único que has logrado ha sido desa
Luego de aquella llamada Enzo se notaba bastante preocupado, y más porque su esposa se encontraba resuelta a encontrarse con Valentino y hacer todo lo que él quisiera únicamente para traer a su pequeño hijo de vuelta. —No intentes detenerme, como te lo dije antes, Dante es lo único que importa ahora, lo que suceda con mi vida ya no tiene importancia —Enzo abrió sus brazos y abrazó con fuerza a su esposa.—Te juro que ese desgraciado tarde que temprano me las tendrá que pagar, irrumpió en mi casa, se llevo a mi hijo, golpeó a mi esposa y se llevó las piedras preciosas, así que te pido encarecidamente que por favor trata de poner a salvo tu vida, no podría resistir si algo malo te llegara a suceder —habló Enzo con sus ojos húmedos mientras contenía el llanto. —Eres lo mejor que pude haber encontrado en mi vida, le diste sentido a mi vida aburrida y rutinaria, contigo aprendí cosas nuevas y supe que era el amor, gracias a ti me sentí amada y apreciada, logré valorarme por lo que soy, a
Mientras que Hanna buscaba a su hijo con la mirada, Valentino se acercó a ella y la tomó con fuerza del brazo, zambulló su cuerpo con furia.—No logras imaginar cuanto me alegra que estés aquí —comentó Valentino dibujando una malvada sonrisa en su rostro. —¿Dónde está, dónde está mi hijo? —preguntó ella bastante preocupada. —Aún no lo podrás ver, si quieres ver nuevamente a tu hijo tendrás que hacer todo lo que te indique, te dije que me la ibas a tener que pagar y ya te diste cuenta que no estaba bromeando, he tenido que sufrir demasiado por tu culpa tu dicha de sonrisas y tener el control ha terminado. »Así que te vas a sentar y como una buena mujer vas a firmar todos los documentos que se te indique, espero que no intentes pasarte de lista, porque ya no tienes vuelta atrás para salvar a tu hijo —unas cuantas lágrimas rodaron por las mejillas de Hanna. —Solo es un niño no le hagas daño —comentó Hanna y Valentino la jaló hacia él conectando su mirada con la suya. —Has sido una m
Hanna cayó al piso de rodillas llorando, levantó las manos y la llevó sobre su cabeza, no podía creer que no había logrado conseguir recuperar a su hijo, ya no tenía nada que tuviera valor para Valentino para poder negociar la liberación de su hijo, su corazón se desgarraba al sentirse vulnerable y sin su pequeño. Los hombres que cuidaban de Valentino apuntaban con sus armas directo a su cabeza, mientras que ella observaba como aquel desgraciado subía a una camioneta oscura y se retiraba sin mostrar piedad alguna. Luego los hombres de Valentino subieron a otras camionetas y se retiraron al instante quedando ella sola en el lugar, unos cuantos minutos más tarde luego de lamentar lo sucedido subió de regreso al auto y se dirigió a casa. Mientras conducía a toda velocidad con la mano golpeaba con fuerza contra el volante, su llanto no se podía detener, todo había terminado para ella y lo único que deseaba era que pronto todo terminara y poder tener nuevamente al pequeño Dante en sus b