Sofía:—He venido a mi cita con el doctor Besikis.- anuncié y la recepcionista me miró como si yo tuviese tres cabezas.—Perdón, Señora, pero no tenemos en nuestro staff a ningún doctor con ese nombre.Me mordí el labio, apretando la cartera entre mis manos.¡Maldición!¿Recordaba mal el nombre o el imbécil de el mafioso de mierda e hijo de la gran puta me lo había dado mal?Bufé exasperada y lo intenté de nuevo.—Mire, vengo a ver a un siquiatra, es húngaro y sabe hablar muy bien el inglés.La recepcionista volvió a mirarme con cara de harpía, y me dirigió una sonrisa más falsa que mis extensiones.—Si no recuerda el nombre del médico no podré ayudarla.Rechiné mis dientes.En ese momento quería estampar la cabeza de la rubia plástica contra el mostrador las veces que fueran necesarias hasta sacarle los ojos con el contén.Respiré profundamente, y lo intenté desde otro ángulo.—Mira, cretina estúpida.- mascullé, quitándome las gafas y poniendo cara de mafiosa asesina.- mi nombre es S
Sofía:Los profesores del curso en línea me felicitaron por mis notas y buen desempeño.¡Había terminado!¡Finalmente he conseguido mi título de bachiller!Si tuviera serpentinas las haría estallar.Me enviaron el título y la certificación de notas al correo, saqué una copia de ambos y me fui corriendo escaleras abajo en busca del despacho del Don.Sin dudas, él tendrá una impresora por ahí.—¿Y qué planeas hacer con respecto a esto?- la voz de Yelana me llegó alta y clara a través de la puerta del despacho.—Absolutamente nada.—¡No me lo puedo creer!- chilla la Koroleva, insultada.- ¿Cómo es posible que no hagas nada, Alexis? ¡Tres hombres murieron anoche!¡¿Qué?!Di un paso hacia atrás, espantada. —Se interpusieron en el camino de un ladrón cuyo objetivo era mi caja fuerte, por desgracia perecieron cumpliendo su trabajo, por suerte hirieron al maleante y este se vio forzado a escapar. Fin del asunto.—¿Y no planeas aumentar la seguridad de la mansión? ¡¿Quién dice que la próxima v
¿Esta listo lo que te pedí? —Pfff, sí. Desde hace semanas. Realmente no comprendo para qué lo quieres pero… —¿Lo mandaste traer de la Ciudadela? Eván me responde con una mueca. —¿Qué tan irresponsable crees que soy?- farfulla burlón.- lo traje conmigo cuando vine, por supuesto. Alexis se sirvió un trago de vodka, relamiéndose los labios. —Cuéntame. —Es un híbrido. Carrocería de un Ferrari con el motor de un Mustang, doble placa y cristalería antibalas, GPS, localizador, sistema de eyección y autodestrucción a distancia. Una verdadera monstruosidad. Construido en nuestra fragua bajo tus especificaciones. Único en su tipo en todo el mundo. —¿Color? —Rosado fucsia. El Don asintió. —Perfecto. —¿Qué piensas hacer con él, Alex? —Será un regalo. Eván lo miró con perplejidad. —¿Se lo enviarás a Vitorio Visconti? —Quisiera, pero no conozco su dirección. Tengo en mente utilizarlo más adelante. ¿El detonador? —Aquí.- respondió Eván, sacando del bolsillo un llavero que contenía la
Alexis: Anoche escogí muy bien el sitio al que la llevé, ese restaurante es un imán para las celebridades y los paparazzi siempre andan rondando por allí. Es natural que ahora varias fotos nuestras se encuentran en la portada de revistas de cotilleo internacionales. Imagino que a Vitorio Visconti le encantará ver lo bien que trato a su hermanita. Mi favorita de entre todas las fotografías es la mía besando su mano, la pulsera de diamantes bien visible y ella, mirándome con esos ojitos , que en vez de a punto de llorar parecían mirarme con todo el amor y la admiración que una recién casada siente por su marido. Estuvo perfecta. Si ella hubiese conocido el plan, las cosas no hubiesen salido tan bien. Estoy seguro de que alguna de esas revistas irá a parar a manos del Padrone, tarde o temprano. Por otro lado, anoche me llamó el viejo cretino de mi contador. Por suerte, las cuentas bancarias en Islas Caimán, Fiji, Guam y Palau también están a nombre de Sofía. A pesar de que le dij
Sofía: Alexis me explicó el itinerario. Estaremos haciendo un tour por varias islas debido a asuntos de negocios, y como la agenda es apretada solo estaremos una semana en cada lugar. Me siento como una recién casada en su luna de miel. Comenzamos por Guam. Nos hospedamos en una especie de bungalós hechos de madera y con techos de paja, en apariencia sencillos pero dentro contenían aire acondicionado, baño y ducha, e incluso un mini bar. Mi naturaleza curiosa me llevó a pedir la comida tradicional del lugar, la cuál es muy variada y exótica. Pero debo decir, que mientras yo probaba los platillos característicos de la zona, él me devoraba a mí. Lamió salsa FINADENE (a menudo se sirve con barbacoa) de sobre mis pechos , comió Kelaguen (pollo picado, jugo de limón, coco rallado y pimientos picantes) de encima de mi pubis. Disfrutó el Apigigi (postre de leche de coco y tapioca que se envuelve y a la parrilla en una hoja de plátano) de sobre mí abdomen. Mordió las Mahha titiyas (tort
Fiji:Realmente no vi mucho de la ciudad capital, Suva, porque no había acabado de bajar del jet y ya Alexis me estaba metiendo en un coche.Esa semana la pasamos en una casa en la playa, aislada y completamente sola para nosotros.A pesar de que no sé cocinar ni para salvar mi propia vida, él se las ingenió para que nos mantuvieran alimentados. A diario venía gente de no sé dónde y nos traían los alimentos recién cocinados.Estuvimos comiendo el kakoda que se prepara con mahi-mahi (pez limón) marinado con crema de coco, el rourou (una especie de puré a base de hojas de talo), el kassaua un plato dulce a base de tapioca, crema de coco, azúcar y puré de plátano, el duruka a la brasa.La Kava es la bebida nacional de Fiji hecha triturando la raíz de la planta de la pimienta que allí recibe el nombre de kawa y que se toma en una ceremonia tradicional denominada Yagona, sin embargo, mi secuestrador mafioso parecía echar de menos su vodka y se la pasó bebiendo aquello que a mí me supo a m
Regresar a casa, para Oleksander Ivanov era un infierno. Anya siempre lo recibía igual, a la hora que llegara , sin falta, con una retahíla de gritos y acusaciones, mostrándole fotografías de su última amante, protestando y reclamando como toda una harpía.Sin embargo, desde hacía cosa de tres meses, las bienvenidas amargas habían desaparecido, las miradas agrias desde el otro lado la mesa estaban marcadamente ausentes y la bruja de su esposa se veía notablemente más animada.Sí, incluso había retomado su asistencia al gym, acudía semanalmente a un salón de belleza y ya no lo esperaba despierta y en casa, por el contrario, siempre que regresaba, los sirvientes le informaban que su esposa no se encontraba.Aquello comenzó molestar a Oleksander, porque muy en el fondo reconocía perfectamente los signos.Su esposa le estaba siendo infiel.No había lugar a dudas y no había más explicación para su repentino cambio.Desde hacía años, la muy perra venía gimoteando que quería un hijo y él hab
Anya: Forcejeo intentando quitarlo de encima, pero parece un león rabioso. —Suéltame ya. No me importan tus amenazas… Mañana pediré otra copia de los papeles y los firmarás . ¡De una vez por todas se acabará está pesadilla! Me besa, metiendo sus dedos en mi cabello, colándose entre mis piernas, mordiéndome los labios y metiéndome su lengua hasta la garganta. ¡No! ¡Esto no era lo que yo quería! ¡Otra falsa reconciliación, no! ¡Otra vez, estar de luna de miel una semana y luego que él comience con lo mismo, no! No quiero más infidelidades. No quiero volver a dormirme llorando. No quiero seguir desperdiciando mi juventud por un hombre que no me respeta y no me quiere. Que me odia porque lo amo, y tuve el atrevimiento de reclamarlo como mío. Se me han saltado las lágrimas. Este infierno ya no lo soporto. Oleksander gruñe sobre mi boca, pero no le correspondo el beso. —No lo permitiré, ¿me oyes, Anya? —Déjame ir. —Lo siento pero en la iglesia fueron muy claros, esto es hasta q