Aleksander no tuvo ni siquiera que pensarlo. —No, tendrás todo lo que quieres, menos a ella. —¿Por qué no he de tener algo que era mío por derecho? Que papá te haya usado para esa boda no quiere decir que fueras digno de ella. Date cuenta que estás viviendo mi vida. —No fue mi culpa. —No, tal vez no lo fue. Será mejor que devuelvas todo y regreses al lugar de donde papá te ha sacado. Será lo mejor para ti pues supongo que ya que Antonella dice que estás aquí contra tu voluntad y solo por las circunstancias, disfrutaras volver. —Asher… —Haré lo que quieras porque sé que es tu lugar. Puedes tener tu dinero, tus empresas y demás, pero no tendrás a Rebecca. Ella es mi esposa ahora y sé que aunque se lo pidas no querrá regresar contigo, sin embargo, es su decisión y tú puedes intentarlo. Rebecca miró a Aleksander y por sus ojos notó la confianza ciega que le tenía. Asher se acercó a ella, esos intensos ojos azules que pensó no volver a ver estaban delante de ella. Aleksander miró co
Un jarrón se hizo añicos. Asher no tuvo reparos en explotar en cuanto Aleksander y Rebecca subieron a la habitación. La noticia del bebé le había alterado de forma significativa. No podía creer lo que había escuchado y la rabia lo consumía por dentro. Pietro y Antonella habían quedado igual de sorprendidos por la noticia, pero sin duda el más afectado era Asher. —¡¿Qué he hecho yo para merecer esto?! —Asher, tienes que calmarte. —¡No, no pidas que me calme! Ahora será imposible que retomemos las cosas, no teniendo al bebé que ahora está creciendo en su vientre. Intentaré proponer algo al respecto. —¿Qué mierda vas a proponer? —Un aborto, sería algo viable. —¡Has enloquecido! —exclamó Antonella dispuesta a darle una bofetada si decía otra estupidez—. Rebecca ha hecho su vida a lado de Aleksander, tú no puedes intervenir, no puedes pensar en tomar algo que ya no te pertenece. ¡Ese bebé es nuestro sobrino! ¿No lo entiendes?Antonella parecía espantada de Asher, como si no lo recon
Aleksander caminaba de un lado a otro. Estaba preocupado. Habían llevado al abuelo al hospital más cercano y las cosas no pintaban bien. Pensó en lo desgraciadas de las circunstancias y en la forma tan rápida en cómo algo así había pasado. Tenía tantas cosas en su cabeza que ya ni siquiera sabía cómo iba a ordenarlas. Los problemas de los Leroux y por ende de Rebecca. Asher, su hermano mayor. El abuelo. Las empresas. Quiso echarse al suelo y dormir para olvidar sus problemas, pero no podía, tenía todo eso encima, tantos problemas de los que no parecía poder ver salida. Deseaba que el abuelo estuviera bien y que él le diera soluciones a las cada vez más enredadas circunstancias. Hacía dos horas que había ocurrido, llevaba dos horas esperando y las noticias ya circulaban por las redes información de que Thomas Russo, el hombre más rico de toda Italia acaba de sufrir un infarto. Había muchas preguntas, demasiadas, pero la primera y más importante de ellas y que se la hacía todo e
—Considero apropiado pensar en modificar la mesa—comentó uno de los socios del Thomas Russo quien era el socio mayoritario luego del magnate italiano—. No podemos permitir que la incertidumbre dañe los magníficos números de esta empresa. Thomas Russo tiene dos caminos o recuperar o morir, en tales casos si regresa esta mesa nuevamente será suya, si no lo hace entonces tendremos fuertes problemas si no se toman decisiones apropiadas. Habían pasado un par de días luego del infarto. Al ser una situación crítica era claro que se necesitaban tomar medidas drásticas al respecto y colocar a un nuevo presidente ejecutivo era lo más viable, al menos de forma interina. La junta fue convocada a puerta cerrada y de manera rápida pues se necesitaba actuar antes de que los mercados resintieran la pérdida de tan ávido empresario. —Necesitamos dar un par de semanas. —No tenemos un par de semanas. El tiempo es oro. Había opiniones de distintos tipos, algunos querían ver al segundo accionista mayor
Aleksander bajó del auto cuando el hombre que custodiaba la entrada del edificio hizo su aparición para saludarle con una reverencia. Su padre venía detrás de él, en otro auto pues Aleksander le había mentido y le había dicho que pasaría a ver por la salud de Thomas Russo para demostrar su fidelidad como socios, aunque la realidad era que diariamente lo hacía. El abuelo estaba estable y eso le había tranquilizado pues el médico esta vez había sido optimista. —Es muy alta la probabilidad de recuperación ahora que ha pasado la etapa crítica, pero igualmente cuando se recupere del todo deberá extremar cuidados pues su corazón está cansado y su edad tampoco es algo a considerar pues solo aumenta la posibilidad de otro infarto. Aconsejare dejar los negocios y retirarse a descansar, como le llevo aconsejando desde hace un par de años. Thomas era un tanto renuente, no quería abandonar algo por lo cual había trabajado y por lo que había sido desdichado. No quería hacerlo porque las empresas
Aleksander Se quejó de dolor en el suelo, pero cuando logró recuperar el aire miró a su hermano hecho un ovillo en el suelo y sumergido en un charco de sangre. —¡Asher! Como pudo se puso de pie y luchó por ir a su encuentro y entonces sintió un fuerte dolor en el hombro, posiblemente se había dislocado. No le tomó demasiada importancia y logró arrastrarse hasta llegar a su hermano. Podía sentir el calor ardiente de las llamas que brotaban de lo que alguna vez fue una magnifica oficina. ¿Qué demonios había pasado? ¿Cómo había una fuga de gas en un lugar así? Escuchó un quejido de dolor y después logró girar a su hermano. Hubiera sido conveniente no moverlo pero dada la situación no podía dejarlo allí. Su hermano permanecía en el suelo, apenas y lograba pronunciar palabra, el impacto le había dejado aturdido. —¡Asher, escuchame! ¡Tienes que pararte, tenemos que salir de aquí!—suplicó con cierta desesperación en su voz. ¿Pero cómo no iba a estar desesperado si sentía las llamas pis
Cuando Donalli lo había arrastrado abajo, Asher logró sostenerse del afeizar de la barandilla. Alek corrió de inmediato en su ayuda para intentar subirlo, pero el peso de Clement era demasiado. Su hermano lo había mirado a los ojos con una paz que aún le hacía temblar de miedo, como si él estuviera preparado para irse.¿Y saben qué? Al car*jo. Estaba hasta el copete de perder a sus seres queridos, y a ese imbécil todavía le quedaba mucho por resolver como para largarse así nada más. Así que hizo lo más inteligente que se le ocurrió en el momento.—Quítate el pantalón —ordenó a su hermano.Sus ojos azules e implacables le miraron con sorpresa.—¿Qué?—¡No creas que te morirás de este modo! Los titulares asquerosos pondrán las cosas más ruines, no dejaré que nos humilles así, maldición.Y era cierto. No quería siquiera imaginar un titular que diga:«VUELVE DE LA MUERTE ASHER SALVATORE... PARA MORIRSE DE VERDAD».Comenzó a transpirar, el peso de ambos era mucho para soportar por más tiem
Tres meses después...━─━────༺༻────━─━Los Leroux aceptaron todo de buena gana, seguirían con las mismas alianzas (claro que les convenía). Llegaron al acuerdo de que tratarían de aparentar ser una familia feliz, como si las traiciones, los intentos de asesinato, muertes y humillaciones dentro del núcleo jamás hubieran sucedido.Emilia por su lado, renuente y todo, aceptó. Aunque su vida personal era otro asunto, ya que su esposo se largo y la dejó a su suerte después del escándalo. Pero algo que ayudó muchísimo a Emilia fue la revelación de los vídeos de Harmon siéndole infiel, así que se ganó la simpatía de la gente porque: "¿Quién engañaba a su esposa solo por ser infértil? Él se lo merecía".Aleksander y Rebecca tuvieron mucho que ver en la reconciliación de las familias, claro estaba. Ambos trataron por su lado de convencer a sus padres. Era mejor mantener un buen ambiente por el bien de su futuro bebé.—Abuelo, ¿estás seguro? Alek estaba nervioso, seguía acomodándose su corbata