—Buenas noches. —dijo Serenity a su marido y luego cerró la puerta.

Zachary se quedó en la puerta.

Aunque fue él quien sugirió dormir en el estudio esta noche, tuvo la sensación de ser echado cuando fue empujado por su esposa y vio cómo cerraba la puerta.

Zachary, tras frotar la nariz, no tuvo más remedio que dar la vuelta y regresar al estudio.

La noche transcurrió así.

Al día siguiente, cuando Zachary se despertó, Serenity ya estaba levantada y le había preparado un vaso de agua con miel.

—Buenos días, querido.

Ya había terminado de desayunar con Sonny.

Salió del comedor con la mochila de Sonny en la mano y se encontró con Zachary, que acababa de bajar las escaleras.

Tras darle un saludo dulce, le dijo: —Te he preparado un vaso de agua con miel, no olvides bebértelo.

Aunque no tenía borracho de anoche, había tomado licor fuerte.

A Serenity le preocupaba que le doliera la cabeza esta mañana, así que le preparó un vaso de agua con miel.

Serenity pensó con orgullo que Zachary debía sent