Sonny preguntó a Serenity.

Serenity sonrió y dijo: —Claro que sí, no te preocupes, el tío Duncan vino conmigo a recogerte para ahorrar tiempo. Vamos, tu mamá ya te está esperando en la Ciudad Río.

Sonny feliz le dijo a Duncan: —Vámonos, no hagas esperar mucho a mi mamá.

Duncan, que lo abrazó y lo hizo sentar en su regazo, dijo sonriendo: —Bueno, ya nos vamos.

Hizo una señal al guardaespaldas para que empujara la silla de ruedas.

Su jet privado no le servía para aparcar delante del jardín de infancia, tenía que ir al aeropuerto con Sonny.

—Sonny, ¿tienes hambre? —preguntó Duncan.

—Ya comí postre en la guardería.

Después de la siesta, la guardería ofrecía postre a los niños.

Sonny sabía que se iba a viajar y comió mucho, ahora tenía el estómago lleno y no tenía nada de hambre.

—Muy bien, si tienes hambre, come un poco en el camino y cuando lleguemos al destino, cenaremos con tu mamá.

—¡Qué bien!

Duncan preparó mucha comida y bebida para que Sonny no pasara hambre.

Serenity también les pr