Ni siquiera tuvo que preguntárselo Zachary sabía que era su hermano el que estaba viendo la tele y tomando un té mientras esperaba a que volviera.

Axel sirvió rápidamente un vaso de agua para Zachary.

Puso el agua frente a su hermano y se quedó de pie, sonriendo, esperando la orden de Zachary.

Zachary lo miró y luego dijo en voz baja: —Toma asiento.

—Gracias.

Axel se sentó enseguida.

—Qué raro, ¿por qué estás siendo tan perverso? Dime, ¿en qué te has metido? Mamá y papá están discutiendo por tu culpa.

—Es que sólo quería ir a Annenburg.

—¿A Annenburg? ¿Qué vas a hacer allí? Se acerca el Año Nuevo y te vas tan lejos, ¿no vas a estar en casa para Año Nuevo? Cuidado con el enfado de la abuela cuando se entere.

A la vieja señora York nada le habría gustado más que todos sus hijos y nietos estuvieran en casa con ella para pasar las fiestas.

Estaría genial si pudiera tener unas cuantas nietas políticas más.

Zachary sabía que Luna volvería con Kevin, pero no estaba seguro de si estaría compro