Mientras hablaba, abrió la puerta del coche y ayudó a Isabela a subir.

Isabela sí podía ver, pero sólo de cerca, no a lo lejos.

Callum, como siempre, prestaba mucha atención al cuidarla.

Cuando Isabela salía, había guardaespaldas protegiéndola.

Los dos guardaespaldas de Isabela no podían descansar menos que Callum estaba con ella todo el tiempo.

El último accidente había aterrorizado mucho a Callum, y si Serenity no hubiera llegado justo a tiempo para salvar a Isabela, Callum se estremecía al pensar lo que le habría ocurrido a la mujer que amaba.

Por eso no tuvo piedad de las familias Traid y Janneh, les cortó todos sus negocios, las dejó en bancarrota y endeudadas, y les obligó a vender sus coches de lujo y sus viviendas para saldar sus deudas. Ahora esas dos familias vivían en una gran pobreza, alquilando pisos y trabajando para ganarse la vida.

Las tías de Isabela trabajaban como limpiadoras, y el cambio de estatus les resultó difícil de aceptar.

—Toda tu familia me trata muy bien,