Cecilia dejó el tamarindo a un lado y dijo con una sonrisa: —Señora, no puedes contarle esto al señor Zachary, de lo contrario me descontará el bono.

—También te he preparado dos postres. Son muy pequeños, no mucho. Solo pruébalos.

Serenity observó cómo Cecilia sacaba uno a uno los platos de las loncheras y los colocaba sobre el escritorio. Luego miró los postres pequeños, pensaba que podría terminarse de un bocado.

Ella: —... Cecilia, estos postres pequeños y tamarindo no son suficientes para mí.

Abuela May intervino: —Zack dijo que habías vomitado fuertemente por la mañana, así que nos dijo específicamente a Cecilia y a mí que no te dejáramos comer alimentos ácidos o dulces.

—Cecilia todavía te trajo un tamarindo, ya es desobediente de la orden de Zack.

Serenity: —Está bien. Es mejor que nada.

—¿Habéis almorzado? Comamos juntas. Hay tanta comida que no puedo terminarla sola.

—No hemos comido todavía, así que trajimos mucha comida para comer contigo.

Abuela May le pidió a Cecilia que