Después de entrar al ascensor privado del presidente, cuando solo estaban madre e hijo, Margaret se volvió ruda.

Ella expresó con enojo: —Está bien si no te casas con Yvonne. Te ayudaré a encontrar una hija que sea la pareja adecuada para nuestra familia. En resumen, solo puedes casarte con la hija de una familia famosa, ¡no con Liberty!

—Duncan, todo lo que te dije fue en serio y no una broma. ¿Quieres que acepte que estés con Liberty? A menos que el sol salga por el oeste, estaré de acuerdo.

Duncan no se enfadó por la dureza de su madre y dijo: —Mamá, ¿estás aquí ahora solo para hablar conmigo sobre este asunto? No creo que necesitemos hablar más sobre este asunto. Porque he decidido.

—Mi asunto, mi matrimonio, no son asunto tuyo. Quieres que renuncie a Liberty. Si puedes devolverle la vida a mi abuela, y mi abuela no aprueba que esté con Liberty, entonces renunciaré a Liberty.

Margaret estaba tan enojada que maldijo: —¿Cuántos años lleva muerta tu abuela? Si pudiera volver a la vida