Serenity no pudo evitar llamar a Zachary.

Realizó la llamada, pero Zachary no contestó.

—¿Está realmente celoso?

Murmuró Serenity para sí misma después de dejar de llamar de nuevo.

Colocó su celular en la mesa y, después de un momento de silencio, sacó sus herramientas de tejido y comenzó a tejer sin tener nada más que hacer.

Dos minutos después, alguien le entregó un ramo de flores sin previo aviso.

Serenity alzó la vista y se encontró con los ojos oscuros de Zachary.

—¿Por qué no contestas la llamada o respondes a mis mensajes?

Serenity se detuvo a tejer, se quejó Serenity mientras tomaba el ramo de flores.

Zachary la miró profundamente y respondió:

—Ya estoy aquí, así que no veo la necesidad de contestar el teléfono. Además, tuve un día ocupado en el trabajo para poder salir temprano.

Mientras ella tejía una maceta de un árbol del dinero, Zachary tomó la maceta y la admiró.

—¿No contrataste a alguien? Deja de trabajar y presta atención a tus manos.

Zachary dejó la maceta y tomó su m