—La abuela que se especializa en causar desgracia a sus nietos.

Serenity defendió a la abuela.—¿Cómo te causó desgracia la abuela? Todo lo que hace es para vuestro bien. Dime, ¿cuál fue la cosa que hizo la abuela para traerle desgracia?

Ella le dio un pequeño empujón a Zachary y él inmediatamente agarró su muñeca.—Seren, tocaste al perro gordo y no te has lavado las manos. Ve a lavarlas rápido. No me toques ni me empujes con tanto pelo de perro en todas tus manos, no me gustan nada estos pelajes.

Serenity se quedó sin palabras.

Cecilia sonrió.—Señora, sería mejor que fuera a lavarse las manos. He preparado un tentempié nocturno para usted, y podría comer después de lavar las manos.

Cuando escuchó que había comida, Serenity dejó de discutir con su marido sobre su disgusto.

Retiró su mano de la de Zachary y se levantó para lavarse las manos mientras preguntaba a Cecilia.—¿Qué has preparado para mí por tentempié nocturno, Cecilia?

—De todos modos, es lo que a usted le gusta comer.

Cecilia