Capítulo 965
—¡No te preocupes, mamá!

—No tienes otra habitación para quedarse, ¡así que dejamos que duerma en el suelo del salón!

—Esto...

—Y—Mónica dijo con fuerza—. ¡No creas que yo le trate bien!

A Berta se le apretó el corazón, abrazó a su madre y le dio unas palmaditas en la espalda.

—Mamá, en realidad... Ese tipo tiene sus ventajas—Ella se rió entre lágrimas, y sólo captó lo bueno para decir—. Mira, es alto y fuerte. ¡Siento seguridad para tenerlo en casa! Si realmente no te gusta, sólo lo tomas como... como un dios de la puerta, ¿de acuerdo?

—¡Está en la puerta, Alita no se atreverá a provocar problemas!

Mónica se rió y le tocó la cabeza a Berta, suspirando impotente.

Esa noche la familia se fue a la cama, excepto Mónica.

Se sentó junto a Berta y le acarició suavemente el pelo.

Veinte años habían pasado entre abrir y cerrar los ojos, pero en su mente era como si hubiera ocurrido ayer.

En aquella época ella y Pablo llevaban muchos años casados pero nunca habían tenido hijos, y habían hecho u
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