Capítulo 934
Pero hoy en día no lo haría.

Uno le quería quitar la vida, ¡claro que se lo haría pagar con su vida!

Huntley respiró hondo y con una sonrisa amarga, se preguntó si se iba a ser malo.

Pero si la bondad se convirtió en debilidad, no sólo se perjudicaba a sí mismo, sino que a los demás.

—Ma...Majestad —El carcelero que vigilaba la puerta abrieron los ojos sorprendidos al verle y se apresuraron a saludarle.

Huntley lo detuvo y preguntó en voz baja: —¿Necesita ver a un médico para que le dé medicación?

—Esto... —El celador puso los ojos en blanco—. El rey emérito no lo ordenó, así que hasta ahora no vino ningún médico ni se le dio ninguna medicina.

—Su Majestad, ¿quiere que me encargue de esto?

El celador quería aprovechar la oportunidad para placerle, pero Huntley levantó la mano y susurró: —Ya que el tío no le consigue un médico, olvídalo, no quiero causar problemas.

—Pero... —Los guardias no lo entendió,¿ acaso quería que su hermana siguiera loca?

Huntley le sonrió, se dio la vuelta y se
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