Pronto toda la familia Ramírez estuvo bajo control.Las farmacias de la familia Ramírez fueron clausuradas, se cerraron las farmacias y se suspendió el comercio con otros países.Incluso varios hospitales de la familia Ramírez no asistían a pacientes.En cuestión de días, la familia Ramírez parecía estar al borde del colapso, lo que provocó el pánico en su seno.Y cuando Henry se enteró de la noticia, pensó que era imposible.Recordó que Ánsar era un buen hombre con capacidad, no sólo llevó a la familia Ramírez a grandes alturas, sino que también mantuvo el precio firme durante veinte años, mientras otras empresas farmacéuticas subían los precios de sus productos.Uno podía hacer caridad, una o dos veces, durante un mes o dos.Pero, ¿quién podía hacer todo este ingrato trabajo durante veinte años?Henry frunció el ceño, pensando que estaba ocurriendo algo extraño y que podría haber malentendidos.Sin embargo, Clara aprovechó para reprimir su pensamiento: —Su Majestad, si se tratara de
—¿Uf, éste es el tercer hijo de la familia Juárez?Un hombre de mediana edad miraba la grabación de vídeo en su teléfono móvil, sobre todo cuando oyó la última frase de Polo, con una significativa sonrisa en el rostro.Ánsar se sirvió una taza de té, con los ojos fijos en la pizarra de ajedrez, estudiando qué hacer a continuación.—Estoy hablando contigo. No te fijes en el juego.Ánsar levantó la mano y echó un ajedrez—, ¡captura!Los ojos del hombre se abrieron de par en par.—Tú, tú, tú...¿No te concentras en el ajedrez y estás estudiando a mi yerno?El hombre le lanzó una mirada desdeñosa.Era como despreciar al enemigo en el campo de batalla.Ánsar sonrió, satisfecho con los refrescos que había traído el hombre, y le indicó que la próxima vez que volviera le trajera unos cuantos libros de medicina más para aliviar su aburrimiento.Era un pequeño patio aislado, con un afloramiento rocoso, pájaros y flores, y si no se fijaba en las capas de guardias que había dentro y fuera, era dif
Veía que era el tiempo que Clara conseguió, aprovechó este mes para seguir inyectando a Luna la medicación para que nunca entrara en razón...—Daniel—Ánsar le miró y preguntó en voz baja: —¿Quién atiende ahora a Su Alteza Luna?—El equipo del pasado—Daniel respondió—. Tío, en cuanto entraste en la prisión, la reina Clara volvió a llamar a ese equipo médico.Ánsar era correcto, ¡la droga inyectada a Luna era el quid del problema!—¡Deja a Soledad que consiga la medicina de ese equipo médico!—Tío, esto... —Daniel frunció el ceño, no quería que Soledad se viera involucrada.Prefería correr el riesgo él mismo.—Esto lo tiene que hacer Soledad—dijo Ánsar con firmeza.—¿Por qué?—Porque... —Ánsar quiso decir algo y se rió suavemente—. Primero irás a buscar a Emilio para conseguir una copia del informe, y luego Lucía y Polo te contarán una historia. Después de oírla, ¡comprenderás por qué Soledad debe hacer esto!Daniel no entendía nada, Simón tampoco. Padre e hijo se miraron.—¡Está bien, e
Los hombres intercambiaron miradas y se callaron.Soledad se apoyó en la pared del palacio y puso cara de pereza, aguzando las orejas de vez en cuando y jugueteando con el pelo entre los dedos con una sonrisa indiferente en el rostro.Al cabo de un rato, los médicos llegaron al resultado, el médico a la cabeza se le acercó y dijo suavemente a Soledad: —Voy a inyectarle a su alteza.Soledad enarcó una ceja: —¿Qué drogas?—Sin duda favorece su estado. La utilizaba siempre. Tiene un efecto calmante y tranquilizante.—Oh... —Soledad asentió—. ¿Entonces dónde está la inyección?El hombre sacó la inyección ya preparada del botiquín que llevaba consigo.Soledad extendió la mano con una sonrisa burlona—. ¡Dámela!—¿Qué?—Su Alteza Luna no permite que nadie se acerque, ni siquiera para ponerle una inyección. ¡Se asustará! El presidente Ramírez ya le había hecho acupunturas antes, ¡y lloró de miedo en cuanto veía las agujas!Los hombres se miraron, sin saber qué hacer.—¡Así que dármelo a mí es
Lucía pensó un momento y dijo: —Yo también creo que es un poco misterioso, no como un novelista, quien se queda en casa todo el día para crear. Oí decir a Brenda que sus obras se hacen populares repentinamente en los dos últimos años, pero sus dotes son profundas y su lógica es muy clara, y las novelas son especialmente sesudas, siempre con tramas inesperadas, y...—Y siento que esos episodios eran reales —dijo Polo en voz baja.Leyó las novelas de Manolo antes de dormir. Se especializaba en escribir en primera persona y varias novelas de misterio escritas eran con la voz de un detective.Polo había pensado que sólo era una forma de arte, pero ahora...¡Era muy probable que fuera el detective él mismo!—Vale, dejémoslo al lado—Lucía, con voz suave, miró su reloj y sonrió, diciendo: —Todavía es pronto, hay un mercado nocturno, ¿por qué no salimos a echar un vistazo?Polo se quedó paralizado, volviendo a comprobar que no le pasaba nada en los oídos.Desde que tuvo a su hijo, Lucía nunca
Santiago miró con ojos grandes, bobos y confusos.—¡Te voy a bañar hoy contigo, no vamos a usar el lavabo, nos vamos a duchar de pie!—¿Eh?— Lucía se sobresaltó:—¿Cómo puede ser? Este ...—Pero antes de que pudiera detenerlo, Polo dio un paso adelante y llevó a su hijo al cuarto de baño.Y cerró la puerta.Lucía estaba ahí fuera y estaba preocupada sin poder hacer nada.No pasó mucho tiempo antes de que se oyera el sonido del agua corriendo procedente del interior.Al principio Santiago no parecía acostumbrarse y lloró durante un rato, lo que Polo le calmó de un modo especial de un padre estricto:—Chico, ¿no eres un hombre? ¿Tienes miedo de este chapoteo?—¿No es sólo lavarte el pelo? ¿Por qué lloras?—¡Santiago! ¡Si vuelves a gruñir, no te bebas la leche después!El corazón de Lucía se apretó tanto que no pudo precipitarse y golpear a ese hombre.Pero pronto Santiago dejó de llorar, y de vez en cuando le salían risitas.A continuación, ...—Ah...Polo dio un grito que sobresaltó a Lu
El rostro de Clara cambió, su ceño se frunció.—¿Qué quieres decir?Lola se armó de valor, fue la última vez que le echó palabras de tanteo a Clara.Seguía a Clara desde que tenía dieciocho años, y le resultaba difícil desprenderse de tantos años de vinculación.Sin embargo, aunque era leal a Clara, Clara estaba, para ella, menos profundamente unida.—Su Majestad ...—Lola susurró:—Se trata de que mi hijo va a la escuela.La expresión de Clara era un poco impaciente:—Esto es algo que ya organicé para ti, ¿no?—¡Su Majestad!—Lola la miró:—¡Esa escuela no es buena! Los alumnos se pelean, los profesores no hacen su trabajo, toda la escuela es un desastre, ¡no se puede aprender nada!—Pero es la única escuela que reciben chicos que no se habían inscrito en el registro civil—Clara agravó su tono:—Lola, tu hijo no es más que un hijo ilegítimo, ni siquiera puede resolver el problema del registro, así que ¿por qué debería ir a una escuela pública?Lola se quedó estupefacta mientras contemplaba
Soledad asintió, mentalmente preparada.—Fui yo quien lo dio a conocer—e rió suavemente:—Por eso la reina Clara quiere que testifique contra el presidente Ramírez por inculpar a Su Alteza Luna.Huntley asintió:—Exacto.—Pero no haré lo que ella quiere.—Sabes lo que hay que decir en el juicio—Huntley hizo una pausa y sonrió:—El proceso judicial es complicado, así que tienes que estar mentalmente preparada. Y cuando llegue ese día ... posiblmente se produzca lo inesperado.—¿Inesperado?—Soledad parpadeó con los ojos muy abiertos, sin comprenderlo.Huntley no dio más explicaciones.Pero en su mirada había algo más que un poco de lástima por la chica que tenía delante. Debería crecer con él, y pensó que debería ser una chica muy educada y dulce ...Su hermana menor.—Alteza—prosiguió Soledad—, ¿qué más va a pasar?Huntley miró a Daniel, que hoy estaba sorprendentemente callado.Era algo de lo que ninguno de los dos sabía cómo hablar con Soledad.El presidente Ramírez tenía sospechas sobre