Lucía soltó una risa en voz alta.

¿Cómo pueden ser iguales?

El pelaje del gordito naranja es suave, pero el cabello de este hombre es tan duro como su temperamento.

Aun así, Lucía acarició su apuesto rostro y le sonrió dulcemente.

"Esposa" dijo Polo mientras tomaba su pequeña mano.

Lucía pensó que tenía hambre, así que respondió seriamente, "Josefina está de descanso hoy, no hay nadie en casa para cocinar."

Quizás debido al cansancio del trabajo últimamente, los dos se miraron y sonrieron cómplices, continuando sin moverse del sofá.

Lucía tenía un libro en la mano y ya había leído dos tercios, mientras Polo cambió de posición y la abrazó de nuevo.

Sin embargo, al mirar afuera, el clima de hoy era tan bueno que era una pena desaprovecharlo.

El estómago de Polo hizo un ruido.

Lucía sonrió y se levantó para prepararle la comida, pero él la detuvo de inmediato.

"Lucía, ¡no te molestes! ¿Por qué no salimos a comer?"

"¿Ah?" Lucía sonrió amargamente, "Realmente no quiero comer la comida de La