"¡Vaya, qué fanfarrón!"

De repente, se escuchó una voz estridente.

Lucía buscó la fuente del sonido y vio a un joven despreocupado justo detrás de ella, con una expresión de desdén y arrogancia en su rostro.

"No sé qué truco tiene este Emilio Ramírez" susurró otra persona, "¿acaso no estará haciendo el trabajo del decano de la facultad todo el tiempo mientras obtiene este gran premio?"

"¡No es solo una investigación médica, todos hemos hecho algo similar! Mientras yo me quedaba en el laboratorio, ¡este chico ni siquiera sabía dónde jugar en el barro!"

"¡Exacto! Dicen que recién entró en la universidad con solo dieciséis años..."

"¿Tú qué sabes?" añadió otro, "Tiene una hermana mayor increíble, ¿acaso puedes competir con eso?"

"¿Su hermana mayor? ¿Qué hace ella?"

"Parece que es una acompañante..."

Luego, varios jóvenes se acercaron, se inclinaron y comenzaron a susurrar, estallando en risas poco educadas.

Lucía los miró con indignación, pero de repente una gran mano se posó en su hombro