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Hoy me levante muy temprano, estoy tan emocionada, hoy comienzo a trabajar en la empresa Müller.

Hoy no dormí en casa, pues mi hermano tuvo complicaciones ayer por la tarde así que preferí dormir con él.

Ahora me estoy arreglando un poco antes de salir a la oficina, tengo que estar ahí a las 7:30, hoy usaré otro de los vestidos que me regalo Rose, es parecido al que utilice en la entrevista, solo que es color gris.

Antes de irme reviso por última vez mi imagen en el espejo, revisando en especial que el maquillaje en ellas logre cubrir por completo mis hematomas.

Salgo de la habitación y veo aun el hospital vacío, bajo las escaleras y salgo en dirección al edificio, aun son las 6 de la mañana todo sigue estando oscuro, pero tengo que irme ya, quiero llegar temprano y causar una buena impresión, además que la oficina queda un poco lejos de aquí y tengo que tomar el metro para llegar hasta allá.

— ¿Entonces te queda todo claro? —pregunta Andrea y yo asiento.

 Llevamos casi 20 minutos hablando, me ha explicado todas mis tareas y como llevar la agenda del señor Müller.

—Bien, yo me tengo que retirar, ya no tarda en llegar el señor Müller, así que será mejor que tengas su café preparad— Dice tomando su bolso y acomodándolo en su hombro —  cualquier cosa, duda o algo en lo que no sepas qué hacer, ahí está mi número, me llamas y yo te ayudo— me dice con su amable sonrisa

—Si gracias señora Andrea— le digo devolviéndole la sonrisa.

Se despide de mí y sale subiendo al elevador, dejándome en completa soledad.

Hasta ahora sé que seré la secretaria del prescindente y dueño de la compañía, el mismo hombre que me entrevisto, y como su secretaria me tengo que hacer cargo básicamente de responder y hacer llamadas, ordenar su agenda y evitar que olvide cosas.

Me dirijo a la cafetería que está a unos pasos de mí, preparo el té y me regreso para dejarlo sobre el escritorio antes que llegue.

En ese momento se abren las puertas del elevador y de ahí sale el imponente señor Müller, me detengo para permitirle el paso.

—Buenos días señor Müller— digo amablemente en cuanto pasa frente a mí  pero el solo me ignora y se va de paso.

Entonces recuerdo lo que me dijo la señora Andrea hace unos momentos, “No esperes que sea amable y cordial contigo, aunque es un buen hombre, el jamás nos tratara como personas, para el solo somos sus empleados”

Entonces voy tras de él y pongo el café sobre su escritorio.

— ¿Se le ofrece algo más señor?— preguntó parada de pie frente a él.

Pero el niega acomodando los papeles frente a él, y me hace una señal de que me salga

Llego a casa, entro cuidadosamente, esperando no encontrarme con adán, pero todo se ve tranquilo, así que supongo que no están.

Hoy decidí venir a casa a descansar, solo pase l hospital a cambiarme, hoy mi hermano ya está estable y además yo estoy agotada, mi primer día de trabajo fue muy agotador.

Me tumbo en la cama y cierro los ojos y no pasa mucho tiempo par quedarme plácidamente dormida.

Abro los ojos al sentir unas manos en mis piernas, volteo y me encuentro con el asqueroso de Adán.

—Hola linda—dice muy ebrio — ¿me extrañaste?— dice mientras se me deja ir encima

Siento como me aprieta el cuerpo con su peso, y una vez más ciento una punzada en el lugar donde me ha estado doliendo todo el día.

—Ahhhhh!—Grito ante el dolor— por favor déjame, no me siento bien— digo pero él sigue sobre mí. — Por favor, te lo suplico, no me siento nada bien— le digo entre lágrimas de dolor pero él me ignora por completo.

—Cállate maldiga zorra—dice y me da un fuerte golpe en el rostro.

El dolor es insoportable, siento como si me perforaran el costado con un cuchillo.

Busco desesperadamente algo para defenderme, así que tomo una figura de cerámica y lo golpeo en la cabeza con la esperanza que me deje en paz.

Entonces el cae al piso— ¿qué hiciste estúpida?— grita mientras se soba la cabeza y ve que le he sacado la sangre— me las vas a pagar maldita zorra— grita y saca una navaja de su bolsa trasera. —

Entro en pánico y me alejo lo más que puedo.

—Ven acá estúpida— dice mientras intenta atraparme, corro y tomo una vez más la figura con la que le pegue hace unos segundos.

—Aléjese por favor— le grito intentando asustarlo con la lámpara.

Él toma un vaso y me lo lanza logrando atinarme en la cabeza, a lo que caigo al piso.

—ahora si verás maldita estúpida— dice y se me deja ir a patearme, siento como si algo dentro de mí se partiera en dos.

Logró ver su navaja que está tirada debajo de la cama, la tomo y se la encajó en la pierna.

—ahhhhhhh!—grita de dolor y cae sobre la cama— ¡maldita Estúpida!—Grita y en eso entra mi mamá y lo ve horrorizada

— ¿Que le hiciste maldita?— corre mamá a su lado

—Yo… solo intentaba defenderme,  el intento abusar de mí y yo solo me defendí— digo con lágrimas en los ojos

—Maldita mentirosa— grita Adán— ¡dile! Cuéntale cómo te me ofreciste, y cuando no te hice caso me agrediste, ¡dileee! — gritaba él mientras se retorcía de dolor del dolor sobre mi cama.

Mi mama se pone de pie y se lanza a abofetearme. — ¿Así es como me pagas? ¿Metiéndote con mi hombre? ¡Tu padre! — grita mi mamá para después darme otra bofetada más.

—Él no es mi padre– le digo sobándome el rostro— y yo jamás me le he ofrecido, el vive abusando de mi desde que vive contigo, y estoy muy segura que también lo hubiera hecho con Daniel si yo no se lo hubiera impedido—le digo entre lágrimas.

— Eres una puta mentirosa— grita mi mamá con odio — lárgate de mi casa maldita zorra, no quiero volver a verte— grita lanzándome todo lo que se encuentra

Yo salgo del departamento como puedo.

Salgo y me siento en el asfalto, me pongo a llorar cuando caigo en cuenta que no tengo a donde ir, ahora ¿dónde pasaré la noche?

Además de que me duele mucho el cuerpo, estoy llena de sangre.

Camino sin rumbo, hasta que por fin decido irme al hospital, espero aún me reciban.

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