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—Está usted seguro que esa cláusula dejó mi abuelo — preguntó incrédulo.

—Sí señor, estoy total y completamente seguro— Dice el abogado frente de mí.

—es estúpido, mi vuelo jamás haría algo así

—Créame señor Müller, yo quede igual de sorprendido, jamás espere encontrarme con algo así

— ¿Hay alguna forma de pasarnos de alto esa cláusula?—preguntó lo más sereno posible.

—Sí, claro que la hay...—comienza a hablar el abogado—tendríamos que entrar en juicio, alegar demencia por parte de su difunto abuelo, solo que ese proceso puede durar muchos años, y sinceramente señor, no creo que ganemos el juicio

Me levanto molesto y golpeo con mi puño el escritorio.

¿Qué mierdas voy hacer?

Desde la muerte de mi abuelo, mi papá y yo nos hicimos cargo de todo, cuando mi papá enfermo, poco después de la muérete de mi abuelo, yo tomé el control total de la empresa, la he logrado levantar más y más a base de mucho esfuerzo, mientras mi primo solo se la pasaba metido en fiestas, gastándose el dinero que esta generaba, sigo sin entender porque regreso.

POV Alexandra

— ¡Alex!—Grita mi hermano cuando me ve entrar a su habitación.

—Hola Enano, ¿Cómo te sientes?— le pregunto mientras me siento a su lado.

— ¡Muy bien!, hoy nos visitó el payaso, y mira lo que me obsequió— me dice mientras me muestra un avión de juguete.

—¡Wow! Es muy lindo, ¿Y le dijiste gracias? — le preguntó

—Claro que si—Dice mientras continúa jugando con su avión.

Se ve tan feliz, me encanta verlo sonreír, no sé qué será de él si no consigo el dinero que el hospital me pide.

Mañana iré a hablar con mamá, nunca le pediría nada después de lo qué pasó, pero no tengo a nadie más a quien acudir.

—Buenos días señorita Alexandra—Me dice el vigilante, mientras me habré la puerta.

— ¡Buenos días!— le respondo amablemente, y continuó mi camino.

Ya tengo casi tres semanas trabajando aquí, y hasta la fecha él es el único amigo que eh hecho en la oficina.

Ya en la oficina, comienza a sonar el teléfono

—Oficina del señor Müller —

—Soy Edward Müller, llamaba para avisarle que llegaré un poco tarde, posponga todos mis pendientes para después de las 2—Dice cortando la llamada.

Hago todo lo que me pidió y me doy cuenta que me quedará toda la mañana libre, así que tomo mis cosas y salgo camino a casa de mamá, necesito hablar con ella.

Frente a su puerta, dudo en llamar o no, pero optó por llamar a la puerta, esperando a que solo esté mamá, y Adán no esté presente.

Se habré la puerta y tras de ella está mamá en cuanto me ve su semblante cambia a asco.

— ¿Qué haces aquí maldita zorra? –me pregunta mientras me ve con asco.

—Necesito hablar contigo—le digo — ¿puedo pasar?

—No, tú y yo no tenemos nada de qué hablar, tú estás muerta para mí desde el día en que te metiste con mi hombre— me dice y no puedo evitar sentir un pinchazo en el corazón.

Puedo notar que esta ebria, porque me llega un ligero olor a alcohol, pero eso ya es tan normal en mi mamá.

—Es sobre mi hermano... el est...—no terminó de decirle porque alguien me jala del cabellos hacia atrás.

— ¿A qué regresaste maldita estúpida? —me dice Adán jalándome del cabello obligándome a quedar frente a él.

Yo intento forcejear para librarme de su agarre pero me es imposible

—Suéltala, no vale la pena— dice mi mama y el obedece.

Me suelta y se para junto a mamá.

— ¿A qué has regresado? No te basto con lo que me hiciste zorra—dice Adán.

Ignoro su presencia y me limito a hablar con mi mamá.

—Necesito tu ayuda, en el hospital donde está internado mi hermano, me están pidiendo liquidar en su totalidad, la deuda que tengo.

—Ese no es mi problema, yo te dije que no me interesaba para nada lo que pasara con el bastardo de tu hermano— me dice mamá.

Yo siento odio por ella, no entiendo cómo puede referirse así de su propio hijo.

— ¡Mamá! No puedes hablar así de él, es tu hijo y necesita de tu ayuda— le digo pero sé que es inútil.

—ya oíste a tu madre, ahora lárgate de aquí, si no quieres que te saque a patadas—Dice Adán, parándose frente a mí.

Yo solo doy la media vuelta y salgo de ahí.

No entiendo porque pensé que podría contar con la ayuda de mamá.

Solo me queda la opción de hablar con el señor Müller una vez más, para suplicarle por un préstamo.

POV Edward

No puedo creer que me voy a casar.

No eh podido concentrarme en mi trabajo, desde ayer que se fue el abogado, me la he pasado pensado en posibles candidatas para que sean mi esposa, pero no sé quién podría ser la indicada.

No tengo novia, ni conozco ninguna mujer en la que pueda confiar, al menos una que pueda guardar el secreto.

Quien sea que elija como mi esposa, debe de ser muy discreta, porque nadie puede saber que esto será solo una farsa.

Ayer mi abogado me dijo que nadie más que nosotros estábamos enterados de esa cláusula, y que la única solución que le venía a la mente era que me casara, fingiéramos que no sabíamos nada, así si Austin pasaba de palabras a lo legal, al menos tendríamos como defender la empresa.

Escucho como tocan la puerta de mi oficina.

—Adelante— digo, y tras ello, la puerta se habré y entra mi secretaria

— ¿Que se le ofrece señorita? —le preguntó.

— ¿Puedo tomará asiento?– me pregunta, a lo que yo le digo que sí, haciéndole una seña para que se siente.

—Señor Müller, estoy desesperada, jamás acudiría a usted de no ser así pero…

—Sea directa por favor— le contesto fastidiado por sus palabrerías

—Una vez más necesito pedirle un préstamo, no tengo a nadie más a quien acudir— comienza a hablar un poco nerviosa, mientras yo la miro atento.— mi hermano está hospitalizado, tengo una enorme deuda con el hospital, y si no logro liquidarla al finalizar esta semana, mi hermano será echado a la calle— me dice nerviosa

Tras escuchar esto, es como si una luz se prendiera dentro de mí.

—Antes de que continúe, ¿puedo hacerle una pregunta personal?— preguntó mientras me recargo sobre el escritorio para ver más detenidamente su reacción.

—Ammmm... sí, claro— contesta nerviosa, mientras me ve un poco confundida.

— ¿Es usted casada?—le preguntó.

Ella me mira confundida

—No

— ¿Tiene novio?, o ¿actualmente está en una relación? —le vuelvo a preguntar y noto como me mira con una profunda mirada de confusión

—No señor, pero no entiendo la razón de sus preguntas— me contesta mientras me mira algo nerviosa.

—Regresando al tema anterior, ¿Cuál es la cantidad que usted necesita para pagar la totalidad de su deuda? —le preguntó mientras me recargo en el escritorio frente a ella

—17 mil dólares— me dice mientras agacha la mirada.

Y es aquí donde veo una maravillosa oportunidad que no dejare pasar.

—Le propongo algo señorita...— comienzo a hablar mientras ella me mira muy atenta—Usted necesita de mi ayuda, mientras yo necesito de la suya, le propongo un "negocio"— digo mientras ella me mira confundida.

— ¿negoció? —pregunta confundida.

Al ver su confusión  optó por ir directamente al grano. — ¿Quiere casarse conmigo?

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