En los días que siguieron, Lucas se recuperó tranquilamente en el hospital. A pesar de que Lucas sugirió que Ana también se quedara en el hospital para tratamiento, ella lo rechazó. Su madre, aunque de alguna manera permitió que ella cuidara de Lucas, si Ana no volvía a casa por mucho tiempo, seguramente tendría objeciones. Además, Javier todavía estaba en la escuela, y Ana no podía simplemente ignorarlo.

Cuando Lucas se enteró de esto, aunque reacio, no tuvo más remedio que aceptarlo. Ana, por su parte, prometió visitar a Lucas todos los días. La condición de Lucas, con el tratamiento cuidadoso del personal médico, junto con su propia cooperación con el tratamiento, ya no se atrevía a ser temerario, por lo que su recuperación fue muy buena.

Aproximadamente una semana después, aunque la herida aún no había sanado por completo, al menos ya podía realizar algunas actividades básicas. Podía sentarse en la cama del hospital y manejar algunos asuntos de la compañía. Sin embargo, Ana no es