Capítulo 58
Ana López temía ser acosada sin razón por Lucas Hernández, así que no dijo nada y esperó obedientemente a que llegara el botiquín.

No mucho después, el mayordomo llegó con un pequeño botiquín. Justo cuando Ana López iba a tomarlo, Lucas Hernández se sentó frente a ella, levantó su pierna y colocó su tobillo herido en su rodilla.

Al ver este movimiento ligeramente sugestivo, Ana López se sobresaltó y trató de retirar su pie, pero Lucas Hernández la sujetó por la pantorrilla, sin darle la oportunidad de escapar.

Lucas Hernández bajó la cabeza y examinó seriamente el tobillo de Ana López, que estaba realmente torcido y muy hinchado.

Frunciendo el ceño, él le dijo: —Podría doler mucho, así que no te muevas.

Antes de que Ana López pudiera responder, Lucas Hernández tomó su pie y presionó con fuerza, ajustando el hueso dislocado.

Ana López no pudo reaccionar a tiempo antes de sentir un dolor intenso. Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero antes de que pudiera preguntar si Lucas Hernández es
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