Capítulo 352
Javier sintió la calidez que emanaba de la gran mano y se sintió incómodo, quería evitarla, pero al levantar la vista, vio a Lucas con una gruesa escayola en la mano izquierda y decidió soportarlo.

Sin embargo, en su pequeño rostro pálido e inocente, surgió un rubor inadvertido.

Al ver su expresión, Ana no pudo evitar un suspiro, ¿sería este el llamado magnetismo de los lazos de sangre?

Deberías saber que Javier, siempre consciente de su imagen y precoz, normalmente se comporta como un pequeño adulto, nunca lo había visto tan tímido.

Ana suspiró en su interior.

—Javier, podrías salir un momento, hay algo que quiero hablar con él.

Al oír esto, Javier miró a Ana con duda, pero al ver su expresión seria, no dijo más y salió.

Una vez que Javier salió y la puerta se cerró, Ana empezó a hablar con sinceridad.

—¿Cómo te sientes ahora? ¿Dónde te duele?

—¿Estás preocupada por mí?

Lucas, al oír palabras amables de la boca de Ana, esbozó una sonrisa y la observó tranquilamente.

Ana vaciló, sí,
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