Capítulo 357
Ana se quedó de pie un rato, antes de darse cuenta de que, una vez más, estaba pensando en Lucas sin siquiera darse cuenta. Frunció levemente el ceño y se golpeó la frente un par de veces con la mano.

—Ya no lo pienses más. Sus asuntos no tienen nada que ver conmigo.

...

En la sala del hospital

La cara de Lucas se endureció inmediatamente después de que Ana colgara el teléfono. Luna, con una sonrisa aduladora en su rostro, estaba a punto de dejar algo en la mesilla cuando la voz gélida de Lucas la detuvo.

—¿Quién te envió aquí?

Luna se detuvo.

—Sé que no quieres verme, pero no podía dejar de venir después de saber que estabas herido. No importa si me odias, Lucas, pero tienes que comer. De lo contrario, no solo yo, sino también la señora estará preocupada.

Las palabras de Luna sonaban lastimeras, pero en los oídos de Lucas, no significaban nada. Si su madre no hubiera aparecido la última vez, Luna ya habría sido enviada al extranjero, evitando toda esta situación.

—No te preocup
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