Capítulo 1475
Lucas abrazaba apresuradamente a Ana mientras salían, y justo en ese momento, Karla estaba sentada cerca de la ventana, esperando noticias del camarero.

Karla bajó la mirada y vio una figura extremadamente familiar. Reconoció al hombre de inmediato: era Lucas. Podría identificar a ese hombre incluso si se convirtiera en cenizas.

Karla abrió los ojos sorprendida. ¿Cómo podía Lucas estar aquí?

Mientras Karla se llenaba de dudas, se dio cuenta de que Lucas llevaba a alguien en brazos. Por el color del vestido, ¿no era acaso Ana?

—¡Bastardo!

Karla apretaba con fuerza la copa en su mano, las venas de su pálida mano resaltaban, mostrando su furia interna.

Para evitar sospechas, Karla no se atrevía a aparecer y dejó todo en manos del camarero. No esperaba que fuera tan inútil, incapaz de cuidar a una mujer drogada, permitiendo que escapara.

Ya que Ana había sido rescatada, no tenía sentido llamar a Lucío. Karla inmediatamente llamó al camarero.

El camarero, tratando de moverse a través de la
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