Capítulo 1482
Ya había sucedido, y después de un breve momento de shock y enojo, Ana se calmó.

"Mejor así", pensó sobre Lucas. Al menos lo conocía bien, no tenía que preocuparse de que él fuera a divulgar lo ocurrido, ni de que él pudiera tener alguna enfermedad contagiosa.

En fin, Lucas era atractivo y tenía un buen físico. Decidió considerarlo como si hubiera tenido una noche gratis con un hombre sin saberlo.

Ana, sumergida en sus pensamientos reconfortantes, se persuadió de que la situación no era tan grave y, con una resolución renovada, se encaminó hacia la ducha. El agua, aunque no era necesaria para limpiar su ya purificado cuerpo, gracias a las diligentes manos de Lucas, se convirtió en un mero vehículo para liberar el sudor y la pesadez de su piel. Con movimientos suaves y deliberados, Ana se enjuagó, dejando que el agua arrastrara las últimas huellas de su cansancio.

Al salir, se encontró con su reflejo en el espejo. La vista de las marcas dispersas y caprichosas sobre su piel provocó en e
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