Capítulo 1054
Ana se quedó atónita por un momento, al parecer no esperaba que Luella actuara de esa manera.

Sin embargo, lo que decía Luella era cierto. Así que, con un esfuerzo tremendo, empezó a levantar su cuerpo debilitado del suelo. Pero antes de que pudiera ponerse completamente de pie, un estruendo de un disparo resonó en sus oídos.

El olor a pólvora llenó el aire. El lobo que se aferraba con sus dientes a Luella recibió un balazo en su cuerpo y, de inmediato, soltó su presa para correr sin mirar atrás.

Los disparos tras ella se silenciaron. Ana se apresuró a acercarse y evaluar la condición de Luella.

—¿Estás bien?

Debido a la excesiva pérdida de sangre, la vista de Luella se volvía borrosa. Al oír a Ana preguntarle si estaba bien, una sensación de resignación le llenó el corazón. Efectivamente, ella seguía siendo una mujer de corazón tierno, incluso preocupándose por el bienestar de alguien como él...

Pero Luella ya no tenía la energía para mantenerse consciente, empleando su último aliento
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