Abro la puerta del departamento y lo encuentro hecho trizas: los cojines están en el suelo y hay varios trozos de vidrio por el lugar. Montse está acurrucada en el sofá y veo su cuerpo temblar, cosa que hace que se me caliente la sangre y a la vez suspire.—Mon —murmuro, acariciando su cabeza. Ella levanta su rostro y cierro los ojos al ver su maquillaje corrido—. Lo siento mucho —agrego, limpiando sus lágrimas.—¿A quién quería extorsionar mi papá, Sebas? ¿Por qué quería divulgar ese contenido? ¿A quién estaba acosando? —pregunta.—Quería divulgarlo para obligar a la víctima a acostarse con él —confieso y ella se cubre el rostro con las manos, sollozando—. Estamos mejor sin él, Mon. ¿Lo sabes, no?—Pero no así, Sebas. No así, maldita sea —lloriquea y está por levantarse cuando la tomo de los brazos.—Te vas a cortar —le digo, notando que está descalza. La ayudo a bajarse del sofá, alzándola en brazos y luego dejándola en el suelo donde está libre de vidrios.—¿Qué puedo esperarme del
NARRA FEDEGabriela ha estado un poco ansiosa, ya que el lunes darán los resultados. Sin embargo, Mauricio sabe cómo distraerla y se la llevará todo el fin de semana al rancho.La veo tan feliz y contenta, que me siento dichosa. Aunque el fallecimiento de Margarita fue un fragmento oscuro en su vida, solo es una pequeña parte de su libro y ahora el sol ha vuelto a brillar para ella. Y para mí también.Incluso para los mismos Díaz, ahora que su padre no está para seguirlos lastimando.Escucho el claxon de un auto y salgo disparada a abrir la puerta, pues sé que el bombón que tengo de novio me espera del otro lado. Cuando me encuentro con sus ojos verdes, no puedo evitar sonreír como niña pequeña y él imita mi gesto.—Hola, boss.—Niño bonito —saludo—. ¿Nos vamos?—Sí, amor. Antes de ir a ver apartamentos, me gustaría visitar a Elena. Quiero saber cómo se encuentra.—Justo estaba pensando en ella cuando desperté. Así que me parece muy buena idea —concuerdo y me acerco a tomar mi cartera
NARRA SEBASEl lunes llega y Montse está caminando de aquí para allá, nerviosa a más no poder. Me sorprende no verla recorriendo las paredes y el techo.—Mon, todo va a salir bien —le aseguro, tomándola de los hombros para que se quede quieta—. Si no ganas la pasantía, sabes que estarás en Fraga de todas formas. No te preocupes.—¿Lo crees? Papá está en la cárcel, pero no sé qué piensa Mauricio de mí. Al menos, a nivel profesional —murmura, mirándome apenas.—Montse, eres una de las mejores de tu clase. Está más que claro que nos vas a enorgullecer. No te preocupes —le recuerdo, tomando su rostro entre mis manos—. Ahora, ¿te vas con Pascual?—No, Cristián viene por mí —responde, sonriendo—. Por cierto… ya oficializamos nuestra relación.—¡Carajo! Estoy muy feliz por ti, de verdad. Definitivamente, todo lo que quieres, lo obtienes —le digo y ella se ríe.—Yo no quiero a Cris, lo amo. Toda la espera valió la pena, resulta que al final… tenías razón —responde y yo le guiño un ojo.—Anda,
Llegamos a la penitenciaría y luego de todo el protocolo de entrada, logramos pasar al área de visitas. Allí nos espera Juárez, cosa que me sorprende.Sin embargo, no soy el único tomado con la guardia baja pues Leonardo se sorprende al vernos a los tres.—Hola, Leonardo —lo saluda Juárez.—¿Qué hacen aquí los tres? —pregunta, tomando la posición de un gato a la defensiva.—Me he reunido con la junta directiva y hemos tomado la decisión unánime de que me cedas el resto de tus acciones, puesto que lo que me hiciste ha manchado el nombre del negocio y queremos limpiarlo —inicia Mauricio y yo lo miro, aunque no digo nada.¿Esto es lo que quería que presenciara?—Ni hablar. No voy a ceder ninguna de mis acciones, ¿me creen pendejo o qué? —pregunta.—Tienes que hacerlo, porque la junta directiva votó y todos lo hicieron en tu contra. Sin embargo, como yo sé que no eres ningún pendejo… —continúa Mauricio—... tomé una decisión. A pesar de todo el daño que nos has hecho, eres mi papá. Nuestro
Luego de hablar con Esteban, salgo de la oficina y me adentro en la cocina. Federica me mira y sonríe, acercándose a mí.—Chicos, escuchen algo —llama la atención de todos—. Nuestro pichón aquí presente dejará el nido hoy. Es el último día de trabajo de Sebastián Díaz en Dulce tentación, porque ahora tienen enfrente al nuevo socio y director de Fraga Restaurant.Elena y Lucrecia se miran entre ellas, boquiabiertas y luego empiezan a aplaudir, haciendo que el resto las acompañe. Yo me sonrojo, sonriendo con vergüenza y niego con la cabeza.—Sebas, ¡felicidades! Nos harás falta, pero sabemos cuánto deseabas esto —me dice Elena, enroscando sus brazos en mi cintura y pegando su cabeza de mi pecho—. Te deseamos lo mejor, te quiero mucho.—Gracias, Elenita. Sin embargo, no se crean que se van a librar de mí, tanto tú, como Fede y Lucrecia tienen las puertas abiertas al negocio. Si algún día deciden que este nido les quedó pequeño, las veo por allá —le digo, colocando mi brazo sobre los homb
FEDEUn par de meses después…Gaby ya se encuentra en Londres y debo admitir que una gran parte de mí la extraña. Montse y Cris también se fueron del país y se encuentran en Grecia. No voy a negar que siento cierta envidia hacia ellas, al ver sus fotos en redes sociales y al hablar sobre sus experiencias.Sin embargo, sé que ellas eventualmente volverán y mi rompecabezas volverá a estar completo.Una especie de bocina me devuelve a la realidad y la reja frente a mí es abierta por un policía. He decidido darle una visita a mi suegro y la he pospuesto muchas veces, pero Sebastián ya me contó sobre lo que hablaron antes de que le dieran las acciones de Fraga II y simplemente no puedo quedarme de brazos cruzados.Es mi novio de quien hablamos.Me indican dónde se encuentra el señor Díaz padre y me acerco, sentándome frente a él. Se endereza en su lugar, un tanto sorprendido por verme. Yo lo observo con ojos entrecerrados, pues luce tan distinto: delgado, pálido, desaliñado.Todo lo contra
Mauricio y Gabriela se van a casar. Mi prima me ha pedido que, junto con Montse, me encargue de organizarle una boda sencilla pues ya las maestrías terminaron y Gaby se vendrá pronto.Montse ya está aquí, junto con Cris. Mauricio se fue a Londres con Gaby mientras terminaba la pasantía, así que también regresa hoy a México.No he querido hablar mucho con ella, pues las veces que lo he hecho ha intentado hacerme ver que Sebastián sí me ama y que no debería dejar que lo que pasó en el principio nos separe.Muchos me tildarán de exagerada, porque eso pasó hace mucho, pero… ¿es que acaso no logran ver que eso estuvo mal? incluso él todavía lo ve como algo sin importancia, excusándose en que eso fue hace mucho tiempo y que en ese entonces era un idiota.Pues lo sigue siendo, coño. Y sí, también lo sigo amando.Ha ido a la pastelería a hablar conmigo, pero le he negado el acceso al área de cocina. Elena y Lucrecia han hablado con él, pero no logran convencerme de que lo escuche.No puedo es
Luego de la boda…SEBASTodos empiezan a marcharse, contentos por la unión que se ha formalizado hoy. Mi hermano y Gabriela se ven tan felices y eso me pone muy contento a mí.Sin embargo, Fede aún sigue reacia a hablar conmigo. Busqué las mil y un formas de comunicarme con ella, pero siempre terminaba cerrándome las puertas.Ni siquiera he podido dormir en nuestra casa, no sin ella.No pude evitar sonreír cuando el ramo cayó en sus manos, pero ella con vergüenza lo volvió a lanzar y esta vez lo atajó Maite, la novia de Aarón. Aunque eso no quiere decir que ella se salvará de alguna propuesta de matrimonio en un futuro cercano.Porque no voy a renunciar a ella.Está por irse con sus padres, pero me acerco y tomo su mano. Ella me mira y yo espero a que mis suegros sigan su camino para hablar.—Ya no puedo más, Federica —le digo y ella respira hondo, pero no me suelta—. Necesito hablar contigo.—Está bien —accede y yo reprimo una sonrisa.Me pone feliz que, al menos, quiera que hablemos