La broma en un principio le había causado gracia pero ya se estaba comenzando a incomodarse, así que se atrevió a ir por el bromista cuando llegó a la entrada no era otro que Decker quién la esperaba, —Hola, estaba esperando a que fueras tu quién me buscara.

—Yo no te he buscado tu eres quién me siguió, ¿Qué haces aquí?

—Quiero hablar contigo.

—Eso no va a pasar, a menos que se trate de algo de trabajo.

—Ese es el motivo por el cuál estamos encerrados aquí, gracias a mis llaves mágicas, pues hasta que no hablemos no saldremos, afortunadamente es un baño muy pulcro—, le enseña las llaves para demostrarle que no está jugando y Martha se abalanza sobre él para quitárselas, pero este es mucho más alto y la mantiene lejos de su alcanza, aprovecha para tomarla por la cintura y besarla apasionadamente como llevaba días deseando hacerlo.

En un principio ella se resistió, tenía mucha indignación y rabia contenida, pero Decker no la dejo apartarse la levanto y coloco sobre el mármol que servía