Michael escuchaba las sirenas en el fondo, sentía que la cabeza le iba a explotar, un líquido caliente recorría su nuca y la boca seca, por más que intentara no lograba abrir los ojos, de pronto escuchó unas voces que le decían de cerca que se encontraba arrestado, tomaron sus manos y las llevaron atrás para esposarlo, con esfuerzo pudo volver en sí, en un principio no conocía nada pero mientras lo arrastraban a la salida vio el aspecto de aquel lugar, habían objetos tirados, un jarrón partido parecía la escena de una gran pelea, de hecho su camisa tenía un pequeño rastro de sangre.

—¿Qué ocurrió?, ¿Nos atacaron?, ¿Dónde se encuentra Adelaine?

—Señor, lo mejor es que guarde silencio.

—Pero por favor dígame, ¿Cómo está ella?

—No podemos decirle su estado fue trasladada en una ambulancia.

—No entiendo nada de lo que está pasando, alguien me puede explicar.

—En la comisaría podrá hablar cuando se le pregunté.

—¿De qué se me acusa?, tengo que avisar a mi familia.

—Como le dije, todo eso e