Ese día al llegar a la oficina el ambiente estaba tenso, pues ya se encontraba Decker desde temprano allí, teníamos una idea de que llamaría a Martha para hablar sobre lo ocurrido en la fiesta y en el Bar.

Primero intentó que fuera a su oficina llamándola por teléfono pero esta de inmediato colgaba el auricular, luego le envió un correo pero esta lo borró y se hizo la desentendida, por último Decker con la cara roja como una tomate por la molestia, salió de su oficina y de forma autoritaria indicó, —Señorita Torres, por favor si es tan amable de venir a mi oficina—, pensó en la posibilidad de volver a rechazarlo pero se vería mal pues no dejaba de ser su superior, eso era lo malo de mezclar el amor con el trabajo pensó Martha.

Al acercarse a la puerta de la oficina le saluda con educación, —Buen día, señor Fisher.

—Pase por favor para hablar sobre unos trabajos pendientes—, en ese momento el se disponía a cerrar la puerta, sin embargo, Martha de inmediato le replicó.

—Creo que no hace