El Alfa Mariano, se sentía más tranquilo y sobre todo feliz por tener a su luna, de nuevo con él y a su adorable cachorra, había pasado los peores meses de su lobuna vida sin ella, Esmeralda era su eje, su corazón, ella era su bondad y control, pero sobre todo era su gran amor y desmedido deseo— El Alfa, en cualquier otra circunstancia habría tomado a su luna, y le habría hecho el amor hasta desfallecer de placer a su lado, la extrañaba demasiado, extrañaba sus besos, su cuerpo y sus ardientes caricias, pero ahora no era momento para dejar volar su pervertida imaginación, su luna recién había dado a luz y toda la atención de ambos estaba en la pequeña cachorra, Andrea— Mientras tanto en el avión, Ramses, saludaba a la bella leona, Adriana, ella le sonreía con simpatía, en realidad había quedado impactada con el gran atractivo del lobo, su piel bronceada clara y sus ojos miel, eran irresistibles para cualquier mujer, ella estaba soltera, entonces que les podía impedir conocerse ¿verda
Cuando amaneció en la mansión Ferragamo, cada uno de los Alfas se enfocó en lo suyo, ellos eran los engranes de una gran y perfecta máquina que maneja el gigantesco imperio de la familia, Bruno, se tomaba un par de analgésicos para calmar la resaca que traía, mientras que Mariano, hacía unos ajustes importantes, el tenía algo pendiente que iba a solucionar sin esperar más— ¿Me llamó, Alfa? — entró al despacho el delta Raymundo, preguntando, con él venía su hijo, el joven delta Ramses, los demás Alfas, se encontraban presentes, algunos discutían rutas nuevas, otros contratos millonarios y las ganancias, pero todo se paró cuando escucharon a Mariano, comenzar a hablarTe mandé llamar para informarte que haré un importante cambio, no me andaré con rodeos Raymundo, no estoy para nada contento con lo que ocurrió en México, está más que visto que tú hijo no se puede controlar, lo mejor para todos es que pongamos distancia, Ramses, se irá al medio oriente a encargarse del negocio — ordenó el
Una vez que los deltas se retiraron, fueron directamente a casa, ahí la esposa de Raymundo los esperaba, ella estaba terminando de dar unas instrucciones al jardinero, a la bella mujer le gustaba que el jardín de la pequeña mansión estuviera lindo y colorido— Cariño, ya estamos aquí, tenemos noticias — el delta Ray, llamó a su esposa— ¿Qué hacen aquí? ustedes siempre se la pasa. trabajando, tiene que ser algo muy importante para que estén en casa tan temprano, habla ya Raymundo— Aaahh... por dónde empiezo — el delta padre no sabía por dónde comenzar — cariño... a nuestro hijo lo han enviado a trabajar al medio oriente, es afortunado de tener la confianza de los Alfas, esos países son muy difíciles de controlar, Ramses tendrá que aprender como lidiar con cientos de problemas a la vez, pero le servirá para su preparaciónEl delta padre, estaba vendiendo el traslado de su cachorro como algo muy bueno y beneficioso para él, pero las palabras de su mate lo dejaron estático—¡Delta Raymun
— El Alfa Mariano, que había salido a toda velocidad en su lujoso deportivo al bar que sabía frecuentaba Bruno, últimamente, iba de mal humor, él ya debía estar en la cama o arrullando a su pequeña cachorra, su luna debía tener reposo por haber dado a luz, no quería que se esforzará demasiado, suficiente tenía con que le hubiera regalado la dicha de ser padre de nuevo, a pesar de lo difícil que fue Andriu, de cachorro— Demonios Bruno, no puede seguir viviendo en esta situación, debes solucionar las cosas con tu luna — murmuraba el Alfa, malhumoradoCuando Mariano llegó, se encontró con que el bar estaba a medio destrozar, había más de cuatro elfos luchando contra Bruno, el Alfa podía con ellos perfectamente pero estaba demasiado bebido, casi había acabado con todo el alcohol del bar, más ahora que Mariano llegaba, esto se iba a poner interesante— Mariano, ayudó a un golpeado Bruno, a sentarse — deja que yo me encargue de esos lindos elfos — le dijo al Alfa a su casi inconciente herma
Padre e hijo deltas, apenas llegaron a los Emiratos, se instalaron en un lujoso penthouse, no eran extremadamente e incalculablemente ricos como los Alfas Ferragamo, pero también poseían muchas riquezas, eran herederos de una familia antigua de deltas Élite, su educación era excelente y su formación de las mejores— A días de llegar, Ramses, se encontraba esperando a un cliente en un lujoso restaurante, cuando la vió, era la misma chica que había conocido en el vuelo a los Estados Unidos, ella también lo vió y de acercó a saludar, había sido un encuentro casual Los clientes no demoraron en llegar, eran árabes millonarios que traficaban droga y cubrían su verdadero negocio con empresas que lavaban su dinero, tenían un negocio redondo, pero había habido algunas irregularidades que los Alfas Ferragamo, habían notado, creían que esos desgraciados con vestido, estaban dentro del negocio de la trata de blancas y de órganos, era por eso que los querían fuera y no solamente fuera, si no que t
Ese día en los Emiratos Árabes, se llevaría a cabo una junta importante, cinco meses habían sido suficientes para el delta Ramses, había reunido ya la información que necesitaba sobre esos enfermos y perversos socios para mandárselas a sus Alfas, solo esperaba una cosa más, el nombre de la persona con la que ellos tenían conexiones y la razón por la cuál se sentían intocables— La junta estaba programada para las ocho de la noche en un exclusivo restaurante, está vez el delta Raymundo, acompañaría a su hijo, ya no estaban en la etapa de las presentaciones y las cortesías , debían llevar la espalda cubierta— Ramses, ¿tienes hambre? pedí comida occidental a domicilio, llegará en quince minutos — la bella leona Adriana, quién en los cinco meses que habían transcurrido, había sido la asistente más eficiente que se podía ser, pero que también se había enamorado e ilusionado más cada día de su jefe, le hablaba al delta con una linda sonrisa— Me queda perfecto que comamos aquí, hay mucho tr
Las repentinas palabras duras de su cachorro Angelo, desconcertaron demasiado al gran Alfa, nunca antes le había hablado así de esa manera tan irrespetuosa, con tanta rabia, todavía le costaba asimilar que se atreviera a llamarlo mal Alfa— Dejaste que tus enemigos llegarán a tu luna, papá, no puedo creerlo, ¿cómo pudiste ser tan descuidado? ahora por tu culpa mamá, está en peligro — el joven Alfa Angelo, estaba que temblaba de ira— ¿De qué demonios estás hablando? ¡lo que tengas que decir dilo de una vez! no te andes con rodeos, ¿de dónde sacas que tú madre está en peligro? ¿y de que enemigos estás hablando?— Cuando dijiste que sospechaba que mamá , estaba teniendo una aventura con su nuevo socio, ese que no te diste la tarea de investigar, yo le pedí a mi beta que investigara todo de él y que siguiera a mi madre, cuando tuvieras sus juntas en privado con él¿Y qué creés que pasó? Ruby, me entregó los informes, ya sé quién es el que está detrás de todo esto, y que te está golpeando
Después de haberse equivocado de una manera tan colosal, el Alfa Bruno, estaba impaciente por poder resarcir sus errores, estos meses tan cerca y tan lejos de su luna, habían sido un verdadero tormento, el Alfa subió a su habitación dónde encontró a su amada mafiosa dormida— Rafaela, cariño, despierta, soy yo, Bruno— la mafiosa, abrió sus hermosos ojos turqueza y los fijó en el Alfa, Bruno estaba un poco demacrado, apenas se alimentaba para poder sobrevivir, no tenía apetito, no tenía energía para trabajar ni para hacerse cargo del imperio Ferragamo, Rafaela era su motor, su fuerza, sin ella no era nada más que un lobo, infeliz y miserable— Bruno, ¿estás aquí? yo... ¿por qué viniste? ¿vienes a pedirme que me vaya de la mansión Ferragamo? aah... ya lo había estado pensando, solo esperaba que llegara el día en el que me dijeras que no quieres verme más— ¿Por qué te pediría que te fueras de mi lado si tú eres mi vida entera? aunque hemos pasado unos meses alejados por qué llegué a pen