Padre e hijo deltas, apenas llegaron a los Emiratos, se instalaron en un lujoso penthouse, no eran extremadamente e incalculablemente ricos como los Alfas Ferragamo, pero también poseían muchas riquezas, eran herederos de una familia antigua de deltas Élite, su educación era excelente y su formación de las mejores— A días de llegar, Ramses, se encontraba esperando a un cliente en un lujoso restaurante, cuando la vió, era la misma chica que había conocido en el vuelo a los Estados Unidos, ella también lo vió y de acercó a saludar, había sido un encuentro casual Los clientes no demoraron en llegar, eran árabes millonarios que traficaban droga y cubrían su verdadero negocio con empresas que lavaban su dinero, tenían un negocio redondo, pero había habido algunas irregularidades que los Alfas Ferragamo, habían notado, creían que esos desgraciados con vestido, estaban dentro del negocio de la trata de blancas y de órganos, era por eso que los querían fuera y no solamente fuera, si no que t
Ese día en los Emiratos Árabes, se llevaría a cabo una junta importante, cinco meses habían sido suficientes para el delta Ramses, había reunido ya la información que necesitaba sobre esos enfermos y perversos socios para mandárselas a sus Alfas, solo esperaba una cosa más, el nombre de la persona con la que ellos tenían conexiones y la razón por la cuál se sentían intocables— La junta estaba programada para las ocho de la noche en un exclusivo restaurante, está vez el delta Raymundo, acompañaría a su hijo, ya no estaban en la etapa de las presentaciones y las cortesías , debían llevar la espalda cubierta— Ramses, ¿tienes hambre? pedí comida occidental a domicilio, llegará en quince minutos — la bella leona Adriana, quién en los cinco meses que habían transcurrido, había sido la asistente más eficiente que se podía ser, pero que también se había enamorado e ilusionado más cada día de su jefe, le hablaba al delta con una linda sonrisa— Me queda perfecto que comamos aquí, hay mucho tr
Las repentinas palabras duras de su cachorro Angelo, desconcertaron demasiado al gran Alfa, nunca antes le había hablado así de esa manera tan irrespetuosa, con tanta rabia, todavía le costaba asimilar que se atreviera a llamarlo mal Alfa— Dejaste que tus enemigos llegarán a tu luna, papá, no puedo creerlo, ¿cómo pudiste ser tan descuidado? ahora por tu culpa mamá, está en peligro — el joven Alfa Angelo, estaba que temblaba de ira— ¿De qué demonios estás hablando? ¡lo que tengas que decir dilo de una vez! no te andes con rodeos, ¿de dónde sacas que tú madre está en peligro? ¿y de que enemigos estás hablando?— Cuando dijiste que sospechaba que mamá , estaba teniendo una aventura con su nuevo socio, ese que no te diste la tarea de investigar, yo le pedí a mi beta que investigara todo de él y que siguiera a mi madre, cuando tuvieras sus juntas en privado con él¿Y qué creés que pasó? Ruby, me entregó los informes, ya sé quién es el que está detrás de todo esto, y que te está golpeando
Después de haberse equivocado de una manera tan colosal, el Alfa Bruno, estaba impaciente por poder resarcir sus errores, estos meses tan cerca y tan lejos de su luna, habían sido un verdadero tormento, el Alfa subió a su habitación dónde encontró a su amada mafiosa dormida— Rafaela, cariño, despierta, soy yo, Bruno— la mafiosa, abrió sus hermosos ojos turqueza y los fijó en el Alfa, Bruno estaba un poco demacrado, apenas se alimentaba para poder sobrevivir, no tenía apetito, no tenía energía para trabajar ni para hacerse cargo del imperio Ferragamo, Rafaela era su motor, su fuerza, sin ella no era nada más que un lobo, infeliz y miserable— Bruno, ¿estás aquí? yo... ¿por qué viniste? ¿vienes a pedirme que me vaya de la mansión Ferragamo? aah... ya lo había estado pensando, solo esperaba que llegara el día en el que me dijeras que no quieres verme más— ¿Por qué te pediría que te fueras de mi lado si tú eres mi vida entera? aunque hemos pasado unos meses alejados por qué llegué a pen
A la mañana siguiente, el apuesto Alfa Bruno Ferragamo, estaba en su despacho esperando a todos los miembros de su manada, los había convocado a una reunión extraordinaria, su humor después de haberle hecho el amor a su luna hasta casi amanecer, había mejorado bastante, su aura era totalmente otraSus hermanos, Adriano, Mariano y Patricio, fueron los primeros en llegar, si su hermano mayor los estaba convocando con urgencia, era por qué se trataba de algo muy importante, era innegable que sentían bastante curiosidad por saber que era lo que tenía para decirles, BrunoAngelo, Andriu, Andreas y Drago, también llegaron, no era muy usual que el gran Alfa y ex líder de la manada los llamara, el que llegó un poco atrasado fue Iker, su cachorrito se había despertado temprano y no lo quería soltar— Bueno, ya estamos aquí...— ¡Esperen, esperen, no se olviden de mí, recuerden que si el imbécil de Adriano muere, yo también muero, disculpen la tardanza, mi bacherte estuvo muy fogosa por la noche
Los alfas Ferragamo, no demoraron nada en empezar a organizarse, debían poner en alerta a sus todos aquellos que corrían riesgo e incluir en el plan a sus aliados, afortunadamente estaban en buenos términos con la mayoría de criaturas extraordinarias que existían en el mundo a excepción de los bellos y molestos elfos y los aquelarres, podían contar con todos los demás Es día recibía después de largo tiempo a su hermosa hija Bruna, ella llevaba en brazos al travieso Luciano, el niño era idéntico a Vladimir, sus genes de vampiro preponderaron en el niño, era muy hermoso, sus ojos dorados su pálida piel y esos colmillitos que le sobresalían de los rojizos labios, lo hacían ver adorable— Luciano, saluda a tu abuelo — pidió Bruna a su cachorro, que de cachorro solo tenía un... quince por ciento, y todavía no sabía qué, pero ella confiaba que conforme creciera manifestara alguna característica de loboEl niño corrió hacía el imponente Bruno, el abuelo lo cargó mientras que el campito sonr
Esa noche el gran comedor de la mansión Ferragamo estuvo lleno, estaban todos reunidos ahí, El alfa Mariano sostenía a su cachorrita Andrea, era su adoración, la bebé estaba muy apegada a su padre, vivía en la inocencia de estar a meses de nacida y muy ajena a qué una leona bellísima quería conquistar a su luna, el delta Ramsés Matos Cada Alfa se hacía cargo de su cachorro, Angelo, cuidaba de Bruno, su hermoso cachorro que era demasiado travieso, Brunito, lo desafiaba más seguido de lo que le gustaba al gran Alfa, era a veces un verdadero dolor de cabeza, sobre todo por las noches cuando no quería salir de su cama y se aferraba a su luna Cecil Andriu, alimentaba a su cachorro Akon con un gran trozo de filete, el lobito tenía un apetito descomunal, y como no, si tenía unas energías barbaras que no se le agotaban — Andriu, ya te he dicho que por las noches solo des un trozo de carne a Akon, con esto que está comiendo ya tomó energías para no dormir en toda la noche — reclamó Alina a
— Esos dos como siempre tratando de matarse, son familia ahora, aunque sea muy difícil olvidar tantos milenios de horribles matanzas entre ambos clanes — comentó el Alfa Mariano, él sabía lo mucho que le costaba a su hermano soportar al arrogante rey de los vampiros, pero estaba de por medio la felicidad de su querida hija Bruna, así que tenía que controlarse y no matarlo, claro estaba que el rey de los no vivos tampoco es que se fuera a dejar matar tan fácilmente— ¿Qué hacemos papá? ¿entramos a separarlos o los dejamos desquitar su coraje? — preguntaba Andreas a su padre Adriano, ya estaba siendo preocupante la situación, estaban por entrar todos cuando vieron bajar al pequeño vampiro Luciano, él se dirigió directamente al despacho a buscar a su padre y abrió la puerta — Papá, estás aquí, ¿a qué están jugando el abuelo y tú? ¿le harás cosquillitas en la barriga como le haces a mamá cuando se transforma en loba? — el vampirito los veía fijamente con esa mirada dorada heredada de Vla