El incómodo silencio del coche se estaba yendo de las manos. Sabrina, que había estado recordando el incidente de la noche anterior, no pudo evitar soltar una leve risita al ver la cara sonrojada de Gabriel.«No puede ser que siga avergonzado por lo de anoche, ¿verdad?»-¿Es la primera vez que te besa una mujer? -preguntó Sabrina mientras se giraba para mirar a Gabriel, cuya atención estaba puesta en la carretera.Él, que había permanecido callado todo el tiempo, ya esperaba que Sabrina sacara a colación el incidente de anoche. Se volvió para mirarla y ella se echó a reír a carcajadas.-¡Gabriel!, no está mal que te afecte, soy guapa y despampanante después de todo. Eres muy afortunado de que una chica como yo te bese. Pero sabes, no esperaba que fueras tan tímido, quiero decir que sólo fue un beso nada más -le dijo con picardía.-Si pronuncias otra palabra detendré este coche y conocerás de lo que soy capaz -Gabriel interrumpió, sin apartar los ojos de la carretera ni un segundo.Sab
Mientras tanto...Ricardo regresó antes de lo habitual, aunque era domingo, Kim le había dicho que normalmente volvía tarde.Así que cuando vio a alguien subiendo las escaleras, se sorprendió al ver a Ricardo. Le saludó rápidamente y le abrió la puerta, cerrándola en silencio. Después de prepararle el baño, se apresuró a bajar a ponerle la mesa.Mientras colocaba la última bandeja en la mesa, vio a Ricardo bajando las escaleras solemnemente.«¡Majestuosamente! Parece todo un rey».La última vez, cuando él terminó de bañarse, ella no lo había mirado bien porque estaba ansiosa por dormir, pero ahora, ante ella estaba un ser impresionante y hermoso. Tenía la piel un poco bronceada y el pelo un poco mojado.Como acababa de darse un baño, sus ojos eran más seductores y penetrantes. Si se hubiera acercado a la mesa, no habría pasado nada, pero se quedó mirando fijamente a Claudia, lo que hizo que a ella le diera un vuelco el corazón.-Su comida está lista, señor Ricardo -Claudia apartó rápi
El cuerpo de Ricardo se puso rígido al oír lo que acababa de decir. Hizo una pausa, pero enseguida volvió a teclear.-Fue muy estúpido por mi parte hablar así y sacar conclusiones sin pensar. Lo siento mucho, Señor, por favor acepte mis disculpas.«¿Por qué se disculpa de repente? Yo sólo quería que me hiciera compañía, ¿pensaba ella que estaba enfadado por lo de aquella noche? No que al revés», pensamientos aleatorios pasaron por su mente mientras pasaba a la siguiente página del documento que tenía delante.Claudia se quedó mirando a Ricardo, él no había dicho nada y ella no podía discernir lo que estaba pensando porque su rostro era tan indiferente como siempre.Decidió seguirle la corriente y que creyera que actuaba así por que le había molestado su actitud aquella noche.-Disculpa aceptada.Respondió finalmente Ricardo. Pensando en ello, supuso que tal vez ella sería un poco más libre con él si actuaba como si no le gustara. Se alegró de que ella hubiera malinterpretado sus inten
Al cabo de una hora, Claudia aflojó un poco y Ricardo se levantó meticulosamente de la cama. No respiró hasta que consiguió salir de su habitación. Dio grandes zancadas hasta su dormitorio y cerró cuidadosamente la puerta tras de sí.A la mañana siguiente...Claudia se despertó exactamente a las ocho y media. Se habría despertado más tarde, pero el día anterior había puesto el despertador porque tenía una cita al día siguiente. Tardó diez minutos en levantarse completamente de la cama. Mientras miraba su reflejo en el espejo del cuarto de baño, sintió que algo iba mal.Al cabo de unos minutos, sus ojos se abrieron de par en par y la mano que sostenía el cepillo dejó de moverse. Recuerdo que me quedé dormida en el despacho del señor Ricardo, pero no recuerdo haber vuelto a esta habitación. ¿Cómo he llegado hasta aquí?Recordaba haber tenido un hermoso sueño con su madre. En el sueño, aún era pequeña y su madre la había llevado a la cama. Después de arroparla, se levantaba para irse, pe
Cuando la bruja tutora sacó a Claudia, no pudo evitar reírse internamente. Esperaba especialmente que la echaran, pero, para su sorpresa, la mujer la había felicitado.Lo peor fue la estúpida sonrisa que se dibujó en sus labios mientras volvía a su posición. Toda la alegría de su corazón se agotó en ese instante, si los ojos fueran pistolas, Claudia habría muerto de diez mil balazos.Lo habría pasado por alto, pero cuando su grupo actuó, la tutora les regañó terriblemente y continuamente hacía referencia a la actuación de Claudia.Aunque estaba muy enfadada, en un principio no tenía intención de derramar su café sobre ella. Cuando terminó la sesión de entrenamiento, se marchó inmediatamente y se sirvió una taza de café de la cafetera del vestíbulo.Después de dar unos pasos, buscó su teléfono en el bolso y se dio cuenta de que lo había olvidado en la sala de formación. Se dirigió rápidamente a la sala. Cuando vio llegar a Claudia y Sabrina, sintió una creciente ira en su interior. Lo
Ricardo llevó a Claudia al Hospital Municipal porque estaba más cerca de casa. Cuando llegaron, se aseguró de que los médicos la examinaran a fondo y, aunque habían dicho que estaba bien, Ricardo hizo que la ingresaran para pasar la noche.Dadas las conexiones de Ricardo, Claudia fue alojada en una habitación VIP. Su cama era cálida y acogedora, se sentó erguida mientras veía cómo las enfermeras le vendaban la mano. Cuando terminaron, salieron de la habitación después de ajustar el aire acondicionado.Ricardo estaba sentado en el sofá, con los ojos fijos en su teléfono. Claudia estaba en la cama, con los ojos fijos en el televisor. La habitación habría estado tan silenciosa como un cementerio de no ser por el ruido de la televisión.Claudia quería dormir, pero como Ricardo aún no había dicho nada, decidió seguir viendo la película. Era una película romántica americana, no le interesaba mucho ya que no la había empezado desde el principio, pero siguió viéndola ya que le servía de distr
Claudia puso los ojos en blanco, pero le siguió. Metió la ropa y el resto de las cosas que había comprado en la bolsa y se la llevó.Ricardo salió del hospital en dirección a su coche y Claudia le siguió. Se preguntaba si le habían dado el alta, pero no le importaba preguntar. Como ya se iban, eso significaba que ya le habían dado el alta.Ricardo la llevó al restaurante Los Reyes de la Hamburguesa. Asombrada por la magnífica vista del lugar, no fue hasta que ya estaban dentro cuando recordó que tenía una sesión de entrenamiento ese día.—Ricardo... Señor Ricardo, hoy tengo clase, ya llego muy tarde, puede...—¿Quieres molestar al resto de la clase con tus gruñidos de barriga?, ni siquiera terminaste la comida de anoche, así que ¿cómo esperas funcionar correctamente?Las palabras que quería decir se le quedaron en los labios.«¿Por qué tienes que ser tan cruel? Aunque lleve días sin comer, ¡no es posible distraer a toda una clase, por el amor de Dios!»Su boca se redujo a una fina lín
Con las manos en la masa.—Claudia, ¿qué ha pasado? Hoy no has venido a la clase de entrenamiento —exclamó Sabrina por teléfono. Sus incesantes llamadas habían despertado a la dormida Claudia.—El señor Ricardo dijo que debía tomarme el día libre, ¿algún problema? ¿Se ha notado mi ausencia? —preguntó Claudia medio dormida.—No, en realidad fue un joven el que nos entrenó hoy, nos alegramos mucho de que no viniera la bruja. Aunque no era muy fácil de llevar, era mucho mejor que la bruja.Las dos se rieron de su declaración antes de que Sabrina continuara.—¿Cómo está tu mano?, ¿espero que esté mejorando?—Sí, un poco mejor, Ricardo me llevó ayer al hospital, dijo que fui una tonta por usar hielo en...—¡¿Ricardo te llevó al hospital?! Dios mío, ¡te dije que le gustas, Claudia!, eso fue tan considerado y dulce de su parte.—Sabrina, ¿puedes ser seria por una vez? No todo lo que tú llamas amor está bien, él sólo estaba haciendo lo que cualquier otra persona haría en esa circunstancia, de