C109-AMANTE.Después de la cena, el silencio entre Noah y Willow era denso. Volvieron a casa caminando uno al lado del otro, sin rozarse, sin mirarse siquiera.Y al llegar, Willow se detuvo en la sala y soltó sin siquiera mirarlo.—Te espero en la habitación.Noah la miró, y supo. Supo perfectamente para qué lo esperaba. Tragó con fuerza, sintiendo el amargo nudo de costumbre en la garganta. Pero ya no podía más.—No puedo. No puedo seguir así, Willow… Me estás matando. Una bala de plata dolería menos que acostarme contigo… sin tocarte de verdad, sin sentir tu piel… tu calor…Su rostro, normalmente firme, ahora estaba roto, desbordado de una tristeza cruda que lo dejaba expuesto y vulnerable.Willow se tensó.Todo su cuerpo quería ceder, correr a sus brazos, olvidar todo… pero la imagen de Noah riendo con Ariella, tan cerca, tan cómplices, le ardía en la memoria como una herida abierta. Se giró, alzando la barbilla con una media sonrisa, evidentemente burlona, aunque sus ojos temblaba
C110- DEJARLA IR.La tina humeaba, rodeada de velas, y el vapor se mezclaba con el aroma dulce de las flores silvestres, envolviendo la habitación en una burbuja donde el tiempo parecía estirarse, lento y denso.Odette se deslizó en el agua caliente; su piel brillaba bajo la luz dorada. Giró el rostro y arqueó una ceja hacia Zayden, que la observaba como un lobo hambriento, sin molestarse en disimular cómo sus ojos viajaban por cada curva de su cuerpo. Bajo la superficie, sus dedos encontraron la excusa perfecta para rozarla.—¿Desde cuándo eres tan suave? —soltó ella, tratando de burlarse y ahogando un jadeo.Zayden dibujó un sendero invisible en su espalda, arrastrando los dedos despacio, saboreando cada reacción de ella.—Desde que descubrí que puedo tocarte sin que huyas —murmuró, tan cerca que Odette sintió el calor de su aliento en la nuca.No necesitaban más palabras.Sus bocas se encontraron en un beso hambriento, y el agua chapoteó cuando Zayden la giró y ella quedó sobre él.
C111-AL FINAL DEL CAMINO.«¿Dejarme ir?»Willow no gritó. No lloró. Solo sintió un frío repentino extenderse por su cuerpo, como si alguien le hubiera vaciado las venas. Pero por fuera, nada cambió.Era experta en ocultar el dolor y esta no sería la excepción.Por dentro, sin embargo, era un huracán.«¿En serio va a rendirse? ¿Así de fácil? ¿Es por Ariella?»La traición le quemaba el pecho, pero más que eso... el miedo. Porque por primera vez, Noah no estaba intentando salvarla.No la seguía. No insistía.Y él.Apretó los dientes al ver su indiferencia. Su silencio. Sin pensarlo, dio un paso hacia ella y la tomó de las mejillas, con una ternura desesperada.—No sé cómo alcanzarte ya. —espetó—. No sé cómo arreglarnos si no me dejas...Ella cerró los ojos y las lágrimas resbalaron libres. Noah respiró hondo y se separó lentamente, como si soltarla le arrancara algo vital. Sus dedos resbalaron por su piel, hasta no tocarla más.—Me iré en cuanto pueda.Y sin darle tiempo a contestar, se
C112- RENACIMIENTO.La habitación de Willow estaba sumida en penumbras y el eco de las últimas palabras de Odette flotaba en el aire, aferrándose a las paredes como un susurro que no quería apagarse.«No puedes perderlo por miedo, Willow. Si lo amas, lucha por él.»Willow no se movía.Estaba sentada en el borde de la cama, los pies descalzos tocando el suelo frío y las manos temblando en su regazo. Sentía el corazón golpeándole el pecho, rápido, irregular, como si intentara escapar. Dentro de ella, una tormenta se desataba sin tregua.―Odette tiene razón...Cerró los ojos, y las imágenes la invadieron con la fuerza de una avalancha: Noah, sonriéndole; sus dedos enredados en los suyos; promesas silenciosas dibujadas en cada mirada, en cada roce de piel.―Lo estoy perdiendo.La sombra de Ariella se coló en su mente y la veía acercándose a Noah, envolviéndolo en su tela de araña mientras ella, tonta, se quedaba quieta, observando cómo se lo arrebataban.―Se lo está llevando... y yo lo es
C113- BONITA NO, DIOSA.El gran salón del castillo brillaba bajo la luz de las antorchas y los candelabros de oro, como si el mismo cielo hubiera bajado a celebrar. La música tribal retumbaba en los muros de piedra, moviendo el aire con un pulso antiguo, salvaje, imposible de ignorar. Desde los enormes vitrales, la luna llena se derramaba en haces plateados, tiñendo todo con un brillo sobrenatural.Cerca del balcón, Noah sostenía una copa en mano. Ariella, a su lado con su cabello cayendo en suaves rizos sobre los hombros, rozaba su brazo con una fingida timidez, inclinándose para susurrarle algo que no era lo bastante importante como para justificar la risa forzada que soltó después.De pronto, como si el mundo contuviera el aliento, el salón se sumió en un silencio inesperado. Una vibración recorrió el aire, algo más fuerte que la música, más profundo que cualquier palabra.Noah lo percibió y se giró hacia el centro del salón… y su copa tembló apenas entre sus dedos.Willow estaba a
C114- MUNDO PERFECTO.Ariella parpadeó y abrió la boca dejando salir un jadeo ahogado. —Pero... Noah ya iba a bailar conmigo… —su voz temblaba entre la sorpresa y la rabia contenida.Willow por fin se dignó a mirarla, con una ceja arqueada y una sonrisa que era todo desafío y victoria. —Lo siento, cariño —ladeó la cabeza con falsa dulzura—. Pero no comparto. Y menos a mi compañero.Ariella se quedó sin aire, con el rostro descomponiéndose en una máscara de impotencia. Y Noah, pues él no dudó ni un latido: soltó la copa de cualquier manera sobre una mesa cercana, agarró a Willow por la cintura y la atrajo contra su cuerpo, como si al fin la recuperara después de mucho tiempo perdido.No despegó sus ojos de ella, y su voz era un susurro ronco cargado de emociones que apenas podía controlar. —Llevo semanas esperando que me mires así.Willow deslizó una mano lenta por su pecho y llegó a su cuello, sus uñas le rozaron la piel como una caricia prometida y su sonrisa era coqueta, peligros
C115- PRECIPICIO SIN RETORNO (PARTE 1)Cuando terminó el baile, Noah apenas pudo soltarla. Sus dedos seguían marcando su cintura, sus cuerpos seguían respirando el mismo aire cargado de deseo. Apenas intercambiaron una mirada, una chispa que encendió un incendio, y ya se dirigían a la salida, sin importarle a ninguno las miradas que dejaban detrás.El camino a casa fue una carrera muda, una guerra de miradas cargadas de promesas y roces furtivos que apenas tocaban la superficie del hambre que ardía debajo.Y cuando cruzaron la puerta principal, Noah la cerró de un golpe, y antes de que ella pudiera dar un paso más, la atrapó en sus brazos, y un segundo después su boca estaba sobre la de ella con una urgencia brutal.Willow respondió, sin recato, y sí, con toda la furia dulce que había contenido por semanas.Noah la giró, estampándola contra la puerta, sus manos recorriendo su cuerpo como si necesitara recordarlo todo, ahora, de golpe. El vestido negro apenas era una barrera entre su p
C116- PRECIPICIO SIN RETORNO (PARTE 2) En un suspiro, Noah la levantó en sus brazos, y ella reaccionó al instante, llevando sus caderas contra las suyas con una firmeza que la hizo jadear. Lo rodeó su cintura con sus piernas, apretándose, con la urgencia de alguien que no podía esperar más.—Noah... —susurró—. Llévame a la cama. Ahora.Él no necesitaba más.Sin decir una palabra, la llevó a la habitación, casi a tropiezos, sin romper el beso, y cuando llegaron, la dejó caer sobre la cama. Willow se acomodó, sonriendo con descaro, mientras él se deslizaba lentamente hacia ella, mirándola con una mezcla de fascinación y hambre.Se apartó un paso y comenzó a desvestirse, cada movimiento era un espectáculo de pura virilidad. Quedo al descubierto, un torso musculoso y dorado que parecía esculpido a mano, con los abdominales marcados a la perfección. Y tatuajes que cubrían sus brazos y parte de su pecho parecían cobrar vida a medida que se movía, las sombras de las luz de las velas, danzan