Les quería preguntar, ¿quieren maratón? Como sé que sí, lo pauto para el día domingo. Nos leemos.
VOLVER A VERLO. Spencer White entró en la oficina de Cassian con una sonrisa en los labios. Sin embargo, los ojos asesinos del alfa se clavaron en él. ―Dijiste que enviarías la información ayer por la noche. ―Pues… ―tomo asiento frente a Cassian y deslizó la carpeta hacia él ―Conseguir información sobre Aylin Fox no es fácil. La chica sabe cómo resguardarse. El alfa no volvió a mirarlo, en cambio, sus ojos taladraron la carpeta frente a él, tenía miedo de saber lo que había dentro. Su amigo e investigador, Spencer, se burló. ―¿Qué? ¿Miedoso? Cassian lanzo un gruñido en su dirección. ―De todas maneras, lo que encontrarás allí serán fotos ―se rió y se señaló la cabeza ―La información importante está aquí. El alfa suspiro profundamente y se recostó en su silla, miró al hombre delante de él y lo instó a que hablara. ―Habla. ―Bueno, esperaba que al menos me invitaras un whisky, pero veo que estás de mala. Y te entiendo, que tu mujer te ponga los cuernos, es… De repente un golpe r
SOY SU MUJER. El cuerpo de Aylin estaba reaccionando a la cercanía de Cassian y lo maldijo desde lo más profundo de su ser, por aún afectarla de esa manera. Pero también se recordó que tenía que ser fuerte y por ningún motivo podía permitir que él se enterara de la existencia de Rowan. Si lo supiera, sería capaz de arrebatárselo y ella no podría vivir sin su hijo. Así que hizo uso de su autocontrol y sin previo aviso le metió un rodillazo en las pelotas. El alfa gimió por el dolor y se apartó de ella. Mientras que Lorcan y los demás hombres miraban estupefactos lo que estaba pasando. ―¿Quién demonios te crees? ¿Ah? Te apareces de la nada y ¿me dices que debo volver contigo? ―la mirada de Aylin era determinada ―Pues tengo noticias para ti, alfa Cassian. ―le dio una sonrisa sarcástica ―Puedes irte por donde viniste, porque no estoy interesada en ir a ningún lado contigo. El alfa resoplo enojado y soportó el dolor que estaba sintiendo en las pelotas, la condenada mujer se había afil
SOY SU MUJER (II) Aylin se soltó como pudo y apartó la cabeza de Cassian que se había deslizado sobre su pecho. Pero el hombre no hizo caso omiso a sus reclamos. ―Déjame ir, Cassian… ¡Eres un lunático! Ella lo golpeo, lo regaño, pero el alfa se mostraba indiferente, era como si estuviera poseído por su anhelo hacia ella. No fue hasta que Aylin sintió su erección presionarse en su vientre, que lo agarró del cabello con fuerza y lo apartó. El alfa se sorprendió por el movimiento y miró a la mujer que le lanzaba dardos envenenados. ―¡Desgraciado! ¡¿Qué derecho tienes para hacerme esto?! ¡No soy Ruth! Las pupilas del alfa se encogieron repentinamente y una mirada complicada se formó en sus ojos. Estaba a punto de decir algo cuando ella lo interrumpió. ―No quiero volver a verte, Cassian. Aylin lo empujó con todas sus fuerzas, sosteniéndose la blusa rasgada, para ese momento sus lágrimas mojaban sus mejillas, y cuando estaba a punto de ir hacia la salida, se volvió y le dijo. ―No pu
ESPERO COMPRENDAS.Sebastián llegó a la empresa de Cassian con la intención de rescindir la sociedad que tenían entre sus empresas. Al entrar, se encontró con una secretaria que le informó que él estaba en una reunión y que tendría que esperar un momento.Mientras tanto, en casa, Aylin estaba muy nerviosa y asustada, temerosa de que Cassian descubriera la verdad sobre el niño. Sabía que, si lo hacía, todo se vendría abajo y tendría que enfrentar las consecuencias de sus acciones.En la oficina, Lorcan miró a su amigo con pesar.— Estás fuera de control Cassian y así no vas a lograr nada. Se suponía que ibas por respuestas y, en cambio, te abalanzaste sobre ella como un hambriento. El alfa nada más gruño en respuesta. No iba a replicar, su amigo tenía razón. Había Sido un estúpido. —Te mereces la patada en las pelotas, esa no es manera de tratar a una mujer. Sin embargo, a tu favor diré que se debió al tiempo de abstinencia que tienes.Cassian cerró los ojos y suspiró. Desde que la v
CONEXION PADRE-HIJO. Después de que Sebastián se fuera, Lorcan entró en la oficina e interrogó a Cassian. Pero al ver su expresión de pocos amigos, supo que no había salido nada bien el encuentro. —¿Qué te dijo? — pregunto de todas maneras. — Se atrevió a advertirme que me alejara de Aylin. —el alfa, gruño enojado. Su sistema estaba a punto de hacer explosión, necesitaba de alguna manera drenar la rabia que atravesaba sus venas. —Y por supuesto no vas a hacerlo, ¿verdad? —No. Sé que Aylin me ama, está enojada, pero si me deja explicarle, volveremos a ser felices. —De verdad te deseo la mejor de las suertes, pero… — Lorcan suspiro— Aylin es muy testaruda, no va a ser nada fácil. —Me ganaré su perdón. La amo y ella me ama, ¿por qué debemos estar separados? Voy a luchar por ella, Lorcan, no voy a perderla nuevamente. Su amigo asintió en silencio, recordó el tema del niño y le preguntó. —Dijo algo del niño. —No. Pero igual pienso averiguarlo, tengo que saber si es mi hijo. —
ERA PAPA.―Señor, el señor Storm y la señorita Fox, salieron. Fueron al centro comercial y ella fue al área de los niños, compró varios muebles y muchos juguetes.Cassian estaba sentado en la oficina trabajando en unos documentos, cuando escuchó la noticia sus ojos se entrecerraron y sus labios se apretaron.―¿Dónde están ahora?―Uno de los hombres los siguió sin que lo vieran, se detuvieron en un departamento.El alfa guardó silencio durante un rato y luego dijo con frialdad.―¡Bien!Colgó el teléfono y el bolígrafo en su mano fue apretado con fuerza y sus ojos estaban particularmente sombríos.Después de que saliera de la consulta con el médico, le ordenó a Lorcan que averiguara los datos del pequeño. Si era un lobo, entonces había ido con el mismo médico que él. Cris Vanderbit, era un médico especializado en cardiología, pero también era un hombre lobo y los únicos que conocían el secreto, eran los de su misma especie.Más tarde, Lorcan llegó con noticias. Incluso el beta no podía
¡PERTENECER A OTRO!Aylin colgó el teléfono y se dirigió a la puerta.―¿A dónde vas?―Faltaron algunas cosas por entregar, el pedido acaba de llegar, dijeron que se accidentaron. Tengo que bajar para confirmar.Sebastián se guardó el teléfono en el bolsillo y la siguió.―Vamos, te acompañaré y luego iré a casa ―le dio una mirada complicada ―Hoy es la última noche que pasó en compañía de Rowan.―Sebastián…―Sí, sí, sé tus razones. Pero sigo pensando que debiste quedarte a mi lado.―Voy a estar bien.Aylin le dio una pequeña sonrisa y tomó la llave de la casa y salieron. Cuando salió por la puerta principal del edificio, de repente se mareó y gimió levemente.―¿Estás bien? ―Sebastián se apresuró a sostenerla y le dio una mirada llena de preocupación.―No lo sé, me mareé de repente ―agito su mano ―Debe ser el estrés, toda esta situación me afecta demasiado.―¿Quieres que vayamos con Cris?―No, de verdad estoy bien.―¿Seguro? ―Sebastián acunó sus mejillas y sonrió ―No intentes hacerte la
PERTENECER A OTRO (II) Cuando subieron al departamento, Aylin fue por el botiquín de primeros auxilios. Mientras tanto, Sebastián esperaba paciente en el sofá. Incluso para él, que era un hombre, le pareció bastante duro la actitud de Aylin. Ella regresó y se sentó a su lado y comenzó a limpiar la herida. ―¿Te duele? ―le pregunto con voz suave. Sus delicadas manos acunaron la cara del alfa ―Tenías razón, lo mejor era que me quedara contigo. Sebastián apartó la mano y la sostuvo entre las suyas. ―Aylin, no es seguro que te quedes aquí, ya ves que te encontró y va a seguir molestándote. ―suspiro ―Si seguimos así nada bueno va a resultar de todo esto. Él sabe que Rowan es su hijo y lo más normal es que quiera estar cerca de él. ¿Por qué no intentas…? ―¡No! ―exclamo y se puso de pie ―No voy a dejarlo estar cerca de mi hijo. No lo merece. ―Estás siendo egoísta, Aylin. ―Sebastián también se puso de pie ―Y lo peor de todo es que es con tu propio hijo. Ella evadió su mirada y se cruzó