Voy a preparar maratón, tratare de llegar al final de esta historia.
EL VENENO DE LA AMBICIÓN. Después de que fuera expulsado de la manada, Brutus llegó a la manada de Ragnar con una actitud arrogante. ―¿A qué debo el honor, alfa Brutus? ―pregunto Ragnar con un deje de burla ―Nuestra próxima reunión es en unos días. Brutus torció los labios y pasó junto a Ragnar, miró a la omega que estaba de pie y le ordenó. ―Hey tú, ve a traerme algo de licor. La omega se movió, pero no sin antes mirar a su alfa. Ragnar sonrió un poco y le hizo un movimiento de cabeza. La loba fue a cumplir la orden. Por su parte, Brutus tomó asiento en la silla personal de Ragnar, el viejo alfa se tomaba muchas atribuciones para alguien a quien todavía no había aceptado en la manada. ―¿Y bien? ¿Vas a decirme que es lo que te traes? Tu cara habla por ti. Brutus chasqueó la lengua y finalmente habló. ―El imbécil de mi hijo mayor me expulsó de la manada. ―¿Hablas en serio? ―¿Tengo cara de estar jugando? ―los ojos de Brutus eran hostiles ―Todo es culpa de esa m*****a zorra ―es
CALMA ANTES DE LA TORMENTA.En el balcón de la habitación, Leah y Lorcan contemplan la luna mientras escuchan a todos los animales nocturnos salir de sus casas. El beta y su recién descubierta hija parecen tener mucho en común y ahora él, cómo un orgulloso padre, está a punto de responder su pregunta.―¿Sabes, Leah? La manada de los Cazadores de la Luna tiene una historia fascinante. Hemos pasado por muchas aventuras a lo largo de los años. ―Lorcan sonrió y abrazo a su hija ―Pero ahora, déjame contarte una anécdota sobre el día en que atravesé el bosque oscuro.Los ojos de la pequeña brillaron emocionados.―¡Sí, por favor! Quiero saber todo sobre la manada de Rowan.El beta se puso cómodo y comenzó.―En esos años, una terrible enfermedad azoto a la manada, los lobos corrían el riesgo de morir a causa de un virus. Así que teníamos que encontrar un árbol que se decía, tenía el poder de curar a nuestra manada del terrible virus.―¡¿Un árbol?! ―Leah pregunto asombrada ―¿De verdad?―Sí, mi
CALMA ANTES DE LA TORMENTA (II) Lorcan asintió, agradecido por la comprensión de su amigo. Se dirigió rápidamente hacia la habitación, donde sabía que Daphne lo estaría esperando. Al entrar, la encontró recostada en la cama, leyendo un libro. ― Hola ―dijo ella levantando la vista del libro. El beta se acercó lentamente y detalló su delicado camisón, se subió a la cama y gateó hasta ella, luego le dio un suave beso en los labios. ―Lamento hacerte esperar ―susurro. Daphne dejó el libro en la mesita a su lado y le acunó la cara. ―No te preocupes, sé que tienes tus obligaciones ―sus manos bajaron lentamente y desabotono el primer botón de su camisa ―Lo importante es que ya estás aquí ―murmuro coqueta ―Y eres todo mío. Los ojos del beta brillaron y una sonrisa pícara adornó su rostro. ―¿Ya te dije que me vuelves loco? ―No lo suficiente ―Daphne siguió abriendo los botones y pronto el duro pecho de su beta estuvo al descubierto. Su cuerpo se estremecía de anticipación ―Sin embargo, y
LA REUNIÓN DE LOS LÍDERES. Cassian y Leandro se encontraban en la sala principal de la manada Alerón, preparando todo para la reunión urgente que habían convocado con los líderes de otras manadas. La tensión se palpaba en el aire mientras esperaban a que los demás llegaran. Finalmente, los líderes de las manadas se reunieron en la sala, tomando asiento alrededor de una gran mesa. Cassian, con seriedad en su rostro, tomó la palabra. ―Hemos convocado esta reunión urgente porque tenemos información crucial que debemos compartir con todos ustedes ―Todos los líderes se miraron entre sí, expectantes. El alfa Cassian, continuó ―Recibimos información confiable de que el padre de Leandro, Brutus, ha estado en las tierras de Ragnar ―Un murmullo de sorpresa y preocupación se extendió por la sala. Uno de los líderes, llamado Ares, líder de la manada Blue, intervino. ―¿Cómo podemos estar seguros de la veracidad de esta información? No podemos tomar decisiones basadas en simples rumores. Cas
EMBOSCADA Y SECUESTRO. ―Mami, ¿seguro que no podemos acompañarlas? ―pregunto Rowan haciendo un puchero. ―No, cielo. Mejor quédate aquí, Daphne y yo regresaremos rápido. ―Mamá, déjame ir, sabes que me gusta cazar. ―la pequeña Leah le dio una mirada suplicante a su madre. ―No, cariño. Tal como dijo Aylin, regresaremos en poco tiempo. Daphne le pellizcó la nariz y le dio una sonrisa. Las dos habían decidido salir a cazar al bosque, la mayoría de los guerreros se habían marchado con Leandro y Cassian, y los que quedaron no eran muy buenos atrapando la cena. Sin embargo, Aylin y Daphne eran buenas cazadoras. ―¿Estás lista? ―le preguntó Aylin a Daphne, acomodándose una daga en el cinturón de cuero ―Sí, y tú, ¿ya tienes tu arco? ―Estoy lista ―respondió Daphne con una sonrisa y acomodó el arco en su espalda. Luego miró a su hija ―No hagas travesuras, Leah. Pórtate bien hasta que regrese, ¿de acuerdo? La niña asintió con una sonrisa, pero, de hecho, ya había planificado con Rowan ir a l
VIAJE A LA MANADA DARK SHADOW Leandro y Cassian se prepararon para un viaje importante a las tierras de la manada Dark Shadow. Sabían que necesitaban la ayuda de Lorenzo para enfrentar a Ragnar y poner fin a la guerra que amenazaba a su territorio. Acompañados por un grupo de guerreros y ancianos, partieron con determinación. El viaje fue largo y agotador, pero Leandro y Cassian se mantuvieron firmes en su objetivo. Cruzaron ríos, atravesaron bosques y superaron todo tipo de obstáculos en su camino. Durante el viaje, los guerreros compartieron historias de batallas pasadas y estrategias de combate, fortaleciendo así su espíritu y ganas de vencer a Ragnar. Finalmente, llegaron a las tierras de la manada Dark Shadow, fueron recibidos por centinelas que vigilaban los límites del territorio. ―¡Alto ahí! ¿Quiénes son ustedes y que buscan en nuestras tierras? ―un guerrero lobo, alto, imponente, alto y musculoso. Llevaba una armadura hecha de cuero y metal, con placas de acero en las área
PLANES SINIESTROS. Aylin y Daphne estaban cautivas en una de las cuevas de Ragnar, ya habían pasado demasiadas horas y las lobas no consiguieron liberarse. Sin embargo, Daphne aún luchaba contra los grilletes en sus muñecas. ―Es inútil ―dijo Aylin viéndola lastimarse.―Solo estás lacerando tu piel. ―No me importa ―respondió Daphne ―No voy a dejar que ese infeliz intente hacerle algo a mi hija. ―No va a hacerlo, Daph. Solo está jugando con tu mente, además, no le resultará muy fácil entrar al territorio de la manada. Más bien deberíamos idear un plan para salir de aquí. La otra loba bufo. ―¿De verdad? ¿Y qué idea tienes? Por si no te has dado cuenta estamos atadas y para colmo de males hay tres lobos gigantes custodiándonos. Aylin alzó una ceja y la miró. ―Hace un momento querías quitarte esos grilletes. ―Sí, porque si voy a estar cautiva, al menos quiero poder moverme libremente y también poder clavarle mis colmillos en las bolas a esos desgraciados. Aylin contuvo la risa. ―D
UN TRAIDOR ENTRE LAS SOMBRAS. Lorcan y Darius avanzaban por el bosque, habían tenido que hacerlo acompañados de solo unos cuantos lobos, ya que tampoco querían dejar la manada desprotegida. Estaban decididos a rescatar a Aylin y a Daphne. Para cuando Cassian regresara sería demasiado tarde. Estaban a punto de cruzar los límites del territorio de Ragnar, cuando grupos de lobos leales al alfa los atacaron. De inmediato comenzó la batalla. ―¡Cuidado, Darius! ¡Hay más lobos viniendo hacia nosotros! ―exclamo el beta mientras hundía sus garras en el pecho de uno de los guerreros de Ragnar. ―No te preocupes, Lorcan. Estamos listos para enfrentarlos. ―respondió el experimentado delta y se encargó de un par. Los dos lobos lucharon con todas sus fuerzas, defendiéndose de los feroces ataques de los lobos enemigos. Los dientes y las garras chocaban, el sonido de los aullidos y los gruñidos llenaba el aire. Pero los lobos de Ragnar eran muchos y estaban bien organizados, mientras que Lorcan y