CALMA ANTES DE LA TORMENTA (II) Lorcan asintió, agradecido por la comprensión de su amigo. Se dirigió rápidamente hacia la habitación, donde sabía que Daphne lo estaría esperando. Al entrar, la encontró recostada en la cama, leyendo un libro. ― Hola ―dijo ella levantando la vista del libro. El beta se acercó lentamente y detalló su delicado camisón, se subió a la cama y gateó hasta ella, luego le dio un suave beso en los labios. ―Lamento hacerte esperar ―susurro. Daphne dejó el libro en la mesita a su lado y le acunó la cara. ―No te preocupes, sé que tienes tus obligaciones ―sus manos bajaron lentamente y desabotono el primer botón de su camisa ―Lo importante es que ya estás aquí ―murmuro coqueta ―Y eres todo mío. Los ojos del beta brillaron y una sonrisa pícara adornó su rostro. ―¿Ya te dije que me vuelves loco? ―No lo suficiente ―Daphne siguió abriendo los botones y pronto el duro pecho de su beta estuvo al descubierto. Su cuerpo se estremecía de anticipación ―Sin embargo, y
LA REUNIÓN DE LOS LÍDERES. Cassian y Leandro se encontraban en la sala principal de la manada Alerón, preparando todo para la reunión urgente que habían convocado con los líderes de otras manadas. La tensión se palpaba en el aire mientras esperaban a que los demás llegaran. Finalmente, los líderes de las manadas se reunieron en la sala, tomando asiento alrededor de una gran mesa. Cassian, con seriedad en su rostro, tomó la palabra. ―Hemos convocado esta reunión urgente porque tenemos información crucial que debemos compartir con todos ustedes ―Todos los líderes se miraron entre sí, expectantes. El alfa Cassian, continuó ―Recibimos información confiable de que el padre de Leandro, Brutus, ha estado en las tierras de Ragnar ―Un murmullo de sorpresa y preocupación se extendió por la sala. Uno de los líderes, llamado Ares, líder de la manada Blue, intervino. ―¿Cómo podemos estar seguros de la veracidad de esta información? No podemos tomar decisiones basadas en simples rumores. Cas
EMBOSCADA Y SECUESTRO. ―Mami, ¿seguro que no podemos acompañarlas? ―pregunto Rowan haciendo un puchero. ―No, cielo. Mejor quédate aquí, Daphne y yo regresaremos rápido. ―Mamá, déjame ir, sabes que me gusta cazar. ―la pequeña Leah le dio una mirada suplicante a su madre. ―No, cariño. Tal como dijo Aylin, regresaremos en poco tiempo. Daphne le pellizcó la nariz y le dio una sonrisa. Las dos habían decidido salir a cazar al bosque, la mayoría de los guerreros se habían marchado con Leandro y Cassian, y los que quedaron no eran muy buenos atrapando la cena. Sin embargo, Aylin y Daphne eran buenas cazadoras. ―¿Estás lista? ―le preguntó Aylin a Daphne, acomodándose una daga en el cinturón de cuero ―Sí, y tú, ¿ya tienes tu arco? ―Estoy lista ―respondió Daphne con una sonrisa y acomodó el arco en su espalda. Luego miró a su hija ―No hagas travesuras, Leah. Pórtate bien hasta que regrese, ¿de acuerdo? La niña asintió con una sonrisa, pero, de hecho, ya había planificado con Rowan ir a l
VIAJE A LA MANADA DARK SHADOW Leandro y Cassian se prepararon para un viaje importante a las tierras de la manada Dark Shadow. Sabían que necesitaban la ayuda de Lorenzo para enfrentar a Ragnar y poner fin a la guerra que amenazaba a su territorio. Acompañados por un grupo de guerreros y ancianos, partieron con determinación. El viaje fue largo y agotador, pero Leandro y Cassian se mantuvieron firmes en su objetivo. Cruzaron ríos, atravesaron bosques y superaron todo tipo de obstáculos en su camino. Durante el viaje, los guerreros compartieron historias de batallas pasadas y estrategias de combate, fortaleciendo así su espíritu y ganas de vencer a Ragnar. Finalmente, llegaron a las tierras de la manada Dark Shadow, fueron recibidos por centinelas que vigilaban los límites del territorio. ―¡Alto ahí! ¿Quiénes son ustedes y que buscan en nuestras tierras? ―un guerrero lobo, alto, imponente, alto y musculoso. Llevaba una armadura hecha de cuero y metal, con placas de acero en las área
PLANES SINIESTROS. Aylin y Daphne estaban cautivas en una de las cuevas de Ragnar, ya habían pasado demasiadas horas y las lobas no consiguieron liberarse. Sin embargo, Daphne aún luchaba contra los grilletes en sus muñecas. ―Es inútil ―dijo Aylin viéndola lastimarse.―Solo estás lacerando tu piel. ―No me importa ―respondió Daphne ―No voy a dejar que ese infeliz intente hacerle algo a mi hija. ―No va a hacerlo, Daph. Solo está jugando con tu mente, además, no le resultará muy fácil entrar al territorio de la manada. Más bien deberíamos idear un plan para salir de aquí. La otra loba bufo. ―¿De verdad? ¿Y qué idea tienes? Por si no te has dado cuenta estamos atadas y para colmo de males hay tres lobos gigantes custodiándonos. Aylin alzó una ceja y la miró. ―Hace un momento querías quitarte esos grilletes. ―Sí, porque si voy a estar cautiva, al menos quiero poder moverme libremente y también poder clavarle mis colmillos en las bolas a esos desgraciados. Aylin contuvo la risa. ―D
UN TRAIDOR ENTRE LAS SOMBRAS. Lorcan y Darius avanzaban por el bosque, habían tenido que hacerlo acompañados de solo unos cuantos lobos, ya que tampoco querían dejar la manada desprotegida. Estaban decididos a rescatar a Aylin y a Daphne. Para cuando Cassian regresara sería demasiado tarde. Estaban a punto de cruzar los límites del territorio de Ragnar, cuando grupos de lobos leales al alfa los atacaron. De inmediato comenzó la batalla. ―¡Cuidado, Darius! ¡Hay más lobos viniendo hacia nosotros! ―exclamo el beta mientras hundía sus garras en el pecho de uno de los guerreros de Ragnar. ―No te preocupes, Lorcan. Estamos listos para enfrentarlos. ―respondió el experimentado delta y se encargó de un par. Los dos lobos lucharon con todas sus fuerzas, defendiéndose de los feroces ataques de los lobos enemigos. Los dientes y las garras chocaban, el sonido de los aullidos y los gruñidos llenaba el aire. Pero los lobos de Ragnar eran muchos y estaban bien organizados, mientras que Lorcan y
ALIADOS INESPERADOS.Daphne y Aylin fueron llevadas nuevamente a la cueva oscura y húmeda. Los guerreros de Ragnar seguían apostados en la entrada de la cueva custodiándolas, Daphne estaba llena de ira y decepción, haber descubierto la traición de Ivar la marco de una manera profunda.―Daphne, entiendo cómo te sientes. Es natural sentirse decepcionada y herida cuando alguien en quien confiabas resulta ser diferente de lo que pensabas. Pero recuerda que Ivar no vale la pena y no merece que te sientas mal por él.― Tienes razón, Aylin. ―murmuro Daphne ―Sé que no debería preocuparme tanto por Ivar, pero es difícil no sentirse decepcionada. Era alguien importante para mí, especialmente para Leah. No sé cómo explicarle a mi hija que Ivar no es quien dice ser.― Lo sé, pero debes ser honesta con Leah. Aunque sean pequeños, los niños pueden comprender más de lo que creemos. Explícale la verdad de una manera que ella pueda entender, sin ocultarle la realidad. Ella merece saber la verdad.Daphn
REUNIÓN DE LAS LOBAS CELESTIALES. El lobo misterioso que había entrado en la cueva resultó ser Serafina, la luna de Lorenzo y a quien él creía muerta. Serafina avanzó con cautela, sintiendo la humedad y el eco de sus pasos, resonando en la oscuridad. A medida que se adentraba, su figura comenzaba a transformarse lentamente en la de una humana. Aylin y Daphne, asustadas por la repentina aparición, retrocedieron con sus ojos llenos de temor. Pero Serafina levantó las manos en señal de paz y les habló con voz suave pero firme. ―No tengan miedo ―les dijo, tratando de transmitir confianza. ―He venido a rescatarlas. Las dos lobas se miraron entre sí, aún inseguras, pero parecían intrigadas por las palabras de Serafina. Lentamente, se acercaron un poco más, sus rostros mostrando una mezcla de curiosidad y esperanza. Serafina les sonrió amablemente y continuó hablando. ―Aylin, al igual que tú, soy una loba celestial. Puedo sentir cuando una hermana está en peligro. Fue esa conexión la qu