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LA ODISEA DEL OJO DE FENRIR (III) Sebastián vislumbró la aparición de un Esbirro de Hela. Su esqueleto retorcido y envuelto en sombras emanaba una aura ominosa, anunciando el desafío que se avecinaba. La criatura, con una guadaña reluciente en mano, se erguía como el guardián de la entrada a un reino de pesadillas. Los ojos vacíos del Esbirro brillaron con una malevolencia sobrenatural, mientras se lanzaba hacia Sebastián con una agilidad que desafiaba su naturaleza esquelética. La guadaña giraba en el aire con una danza letal, dejando rastros de sombras que parecían devorar la luz circundante. Sebastián, armado con determinación, enfrentó la embestida del Esbirro. Cada choque de sus cuerpos resonaba en la caverna como un trueno oscuro. Las sombras se retorcían y enredaban alrededor de ellos, creando un escenario surrealista donde la realidad se desdibujaba. El Esbirro de Hela lanzó sus ataques con precisión espectral, mientras Sebastián esquivaba y contraatacaba con destreza. Cada
SACRIFICIO DE AMOR Y AMISTAD. La oscuridad de la caverna estaba rota por las estelas de fuego que se retorcían en el aire, como serpientes aladas envueltas en llamas. Sebastián y Tobías, con sus corazones latiendo al ritmo de un tambor de guerra, se adentraron en la guarida de las llamas Espectrales. El Ojo de Fenrir, un orbe centelleante de poder antiguo, pendía en el aire, vigilado por los danzantes guardianes de fuego etéreo. El calor era sofocante, como una marea que intentaba devorar su voluntad y fuerzas. Pero Sebastián, con su mirada fija en el premio, avanzó con determinación, mientras, Tobías, cuyos dedos danzaban sobre los componentes mágicos atados a su cinturón, murmuraba encantamientos preparatorios, su mente tan enfocada como la de su compañero. Las llamas Espectrales percibieron su presencia y, como un enjambre de cometas furiosos, se lanzaron hacia ellos. El primer embate fue como un golpe de un horno abrasador; el aire se llenó de un rugido ensordecedor mientras las
CUIDAR DE ÉL. En el Castillo Donovan, Braelyn caminaba de un lado a otro en la gran sala, su falda susurrando cada vez que se giraba. La luz de las velas lanzaba sombras danzantes a su alrededor, como si incluso ellas estuvieran nerviosas por el regreso de los aventureros. ―Vas a desgastar el suelo, Brae, cálmate. ―dijo Boris en tono cansado ― Tómate un té de flor de luna si quieres. Braelyn se detuvo bruscamente y miró a Boris con ojos llameantes. ―No debiste dejar que participara, ¡no debiste permitir que fuera! Braelyn estaba nerviosa, cada fibra de su ser vibraba con la tensión de la espera. Algunos competidores ya habían vuelto, con sus cuerpos y orgullos heridos, pero Sebastián no estaba entre ellos. Boris suspiró y caminó hacia su hermana. ―Brae, debes tener calma. Aunque me hubiera negado, Sebastián es demasiado testarudo y no me habría hecho caso. No tenemos más opción que esperar. ―No puedo, Boris ―dijo con voz temblorosa ― No puedo quedarme aquí y morir de angustia.
UNA MENTIRA AL DESCUBIERTO.La habitación estaba envuelta en una penumbra misteriosa, apenas iluminada por la parpadeante luz de una vela en la esquina. Erika, con su mirada fría y penetrante, miraba fijamente el amuleto en su mano.―¿tienes alguna pista sobre la llave que nos llevará a la pluma de la quimera? ―preguntó Sedrik con urgencia.―He revisado el estudio de Sebastián, pero no he encontrado nada. No sé dónde más buscar, hay libros antiguos, pero no quiero levantar sospechas.―No es eso lo que quiero escuchar Erika. ¿Qué estás haciendo para solucionar esto?Ella levantó la mirada, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y frustración.―He buscado en cada rincón, Sedrik, pero no es tan fácil como parece.El lobo gruñó con descontento.―¡Eres una inútil!Erika apretó los dientes y gruñó por lo bazo, si en la vida se podría odiar a alguien ella odiaba con todo su ser a Sedrik.―Solo tienes dos días para encontrar esa llave, o iré por ti ―amenazó con un tono cargado de peli
COSTARLE LA CABEZA Morana miró fijamente a Callum, la preocupación se reflejaba en sus ojos. ―¿Crees que hay algo más grande detrás de todo esto? Callum frunció las cejas y respondió con seriedad. ―Si Sedrik está detrás, nada bueno resulta. ―Entonces, deberíamos enviar a un guerrero a las tierras de los Donovan y avisarle a Sebastián. Callum asintió. ―Lo ordenaré de inmediato. Morana besó a Callum y le dijo con dulzura. ―Cuando todo esto termine y podamos detener a Sedrik en lo que sea que esté haciendo, hay algo que debo decirte. El Beta sonrió con curiosidad. ―¿Es algo bueno? Morana lo miró coqueta y reveló. ―Es muy importante para nuestro futuro. MANADA DONOVAN. La luz de la luna se filtraba a través de la ventana y Sebastián sentía que estaba en un sueño del cual no deseaba despertar, el calor de manos suaves acariciaba su piel, mientras le susurraba suaves palabras al oído. El Alfa, susurró el nombre de Braelyn. La loba, que estaba a su lado y había limpiado todo su
YO TAMBIÉN TENGO A TU HIJO. ―¿Así que eran amantes? Sebastián se había mantenido en silencio con la mirada perdida en la colcha, sintiendo el peso de la acusación de Braelyn. La atmósfera en la habitación estaba cargada con una mezcla de confusión y expectativa. ―¿Y cómo es que terminó embarazada? Bueno, no es que no sepa cómo se hacen los cachorros. ―Mi amor, eso fue antes de que te conociera, después de que nos unimos, yo… ―Eso lo entiendo, pero, creí que serías más responsable Sebastián. El Alfa estaba avergonzado, sus orejas se volvieron rojas y sus hombros se hundieron. ―En realidad tengo mis dudas ―afirmó con una voz que apenas era un murmullo. ―Siempre tuve cuidado, nunca estuve con Erika sin protección. ―¿Protección? ―Braelyn frunció el ceño, claramente desconcertada. El alfa sonrió divertido, a pesar del tema serio. ―Son unas cositas que se ponen en la polla mi amor, los humanos lo usan para evitar el embarazo ―explicó y luego hizo una mueca ―Nunca había mi talla. B
UN GRAN PROPÓSITO. Sebastián miró a Braelyn, su mirada llena de un torbellino de emociones que luchaban por salir. ―Entonces… ¿Somos guardianes de una pluma mágica? ―preguntó Incrédulo. Braelyn asintió, sus ojos brillantes con una mezcla de orgullo y temor. ―Sí, papá me contó todo. Nuestras familias han sido guardianes por generaciones. Por eso nuestros abuelos pactaron nuestra unión, para que tú y yo nos encargáramos de mantener a salvo esa pluma poderosa. El Alfa se pasó una mano por el cabello, su gesto habitual cuando estaba estupefacto. ―¿Quiere decir que los dioses nos han unido por un gran propósito? ―¡¿No es maravilloso?! ―exclamó Braelyn con una sonrisa temblorosa, intentando infundir algo de su entusiasmo en él. ―Lo es, ángel, lo es ―afirmó Sebastián, aunque su voz se tensó al añadir ―No obstante, me preocupa que esto se sepa. ¿Tienes idea de los problemas que traerá? Es mejor seguir manteniendo en secreto esta verdad. Braelyn bajó la cabeza y buscó las palabras adec
UNA CENA ROMÁNTICA. Braelyn caminaba con los ojos cerrados, confiando plenamente en Sebastián. Él había recuperado su fuerza rápidamente, y ahora, con una sonrisa llena de expectativa, la guiaba hacia una sorpresa que había planeado para ella. ―No hagas trampa, ángel. No abras los ojos ― le susurró Sebastián con voz suave. ―Cariño, confío en ti, pero… ¿A dónde me llevas? Ya ha pasado mucho tiempo. El Alfa sonrió ampliamente y sus ojos brillaron al imaginar lo que había preparado con la ayuda de Boris y algunas omegas del castillo. ―De hecho, ya llegamos ―dijo con un tono lleno de satisfacción y orgullo. Rodeó a Braelyn y con un gesto delicado le retiró la venda. La loba abrió los ojos lentamente, tomándose un momento para enfocarse en la maravilla frente a ella. Sus ojos se abrieron grandes como platos, reflejando la luz de las “estrellas” que colgaban sobre ellos. ―¿Te gusta? ―preguntó Sebastián un poco ansioso, era la primera vez que hacía ese tipo de cosas. Pero por Braelyn es