Hola mis hermosas. Voy a aclarar una duda. La escena de Isabel y Aylin tiene un porque y es que a pesar de que todos queremos a los protas juntos, ellos deben enfrentar pequeño o grandes conflictos. Pero tranquilos, mis bebes ya no se separarán más (bueno a menos que uno muera, jajaja) Asi que, ya saben, no soy de hacer tramas repetitivas, nos falta el conflicto final y seguimos con la historia de Lorcan. ¡¡Ah, casi lo olvido! Sebastian tendrá su propio libro, se titula: Alfa despiadado, ¡déjame ir! Les aviso cuando esté disponible. Un beso.
¡SOY LA LUNA DE ESTA MANADA!―¿Y bien, cuál de las dos hablará primero? ―Cassian pregunto alzando una ceja.―No culpes a Leila, yo le pedí que guardara el secreto y eso hizo. ―Aylin camino hacia ella y se detuvo a su lado ―Si quieres culpar a alguien que sea yo.La mujer miró la herida en su brazo y no pudo evitar preocuparse.―Tienes que curar tu herida, Aylin… se puede infectar.―No te preocupes, voy a estar bien. ―miro a su marido y le pregunto ―¿Qué vas a hacer? Conozco perfectamente esa cara que tienes.El alfa estaba molesto, muy molesto.―Leila, ¿cómo fuiste capaz de callar? Viste mi dolor, mi agonía y, aun así… ¿No te importo?―Yo… lo lamento, señor ―respondió con la cabeza gacha ―Muchas veces quise hacerlo, pero mi promesa a Aylin peso más. No pude, recibiré cualquier castigo que quiera darme.Las manos de Cassian se apretaron. Si Leila hubiera hablado antes, no hubiera perdido tanto tiempo.―Sabes que lo que hiciste fue traición, ¿verdad? Como tu alfa…―¡¿Perdón?! ―Aylin lo
EL BOSQUE DE LA FANTASÍA. Aylin y Cassian caminaban a través del bosque, iban rumbo a la cabaña de Ozlun. El bosque de la fantasía era un lugar mágico y encantado, un santuario de naturaleza salvaje y poderes sobrenaturales. Al adentrarse en sus dominios, se podía sentir la energía mística que impregnaba el aire y el suelo. Los árboles altos y majestuosos se alzaban hacia el cielo, sus ramas entrelazadas formando un dosel verde que filtraba la luz del sol, creando una atmósfera mágica. El bosque estaba vivo con una variedad de criaturas mágicas. Hadas y mariposas luminosas revoloteaban entre los árboles, dejando un rastro de polvo de hada a su paso. Los duendes se escondían en las raíces de los árboles, jugueteando y tramando travesuras. Espíritus de la naturaleza danzaban entre los rayos de luz filtrados, sus formas etéreas y brillantes llenando el aire con una sensación de asombro y maravilla. A medida que avanzabas más profundamente en el bosque, las criaturas se volvían más maje
EL GRITO DE LA BANSHEE. Aylin y Cassian regresaron a la manada después de su misión en el bosque. A pesar de la tranquilidad que reinaba en el territorio de la manada, Aylin no podía dejar de pensar en las revelaciones del vidente. ―Creo que Lestat me quiere por mi sangre ―dijo Aylin con seguridad ―Eso explica por qué hacía ese tipo de experimentos con los cachorros. Pero al no funcionar… yo soy la solución. ―de repente, miró a su marido nerviosa ―Tenemos que estar preparados… puede que sepa que ya estoy aquí. El alfa escuchó atentamente las palabras de Aylin y asintió con seriedad. Sabía que ella tenía razón, y ahora más que nunca debían ser precavidos y estar preparados para cualquier eventualidad. Sin embargo, no podía evitar sentir preocupación por dejarla sola, especialmente después de las revelaciones del vidente. ―Estoy preocupado por dejarte sola, cariño ― dijo con voz suave. ―No quiero que corras ningún riesgo mientras yo esté fuera. Aylin caminó hacia él y tomó sus manos
EL PASADO DE LORCAN. Cassian y Lorcan continuaron caminando, y la curiosidad sobre el pasado de su beta, comenzó a crecer en el alfa, asi que, se arriesgó a preguntar directamente por qué había abandonado a Daphne. ―Lorcan, ¿por qué abandonaste a Daphne? En cuanto escuchó la pregunta de su amigo, Lorcan cambió su expresión, era un tema del cual no se sentía cómodo hablando. Sin embargo, había mantenido en la ignorancia a su amigo demasiado tiempo. El beta suspiró y pareció perderse en sus pensamientos por un momento. «―¡Tienes que creerme Lorcan, no sé qué pasó! ―¿No lo sabes? ―sonrió sin sonreír ―Pues yo lo veo claramente. ¡Pasaste toda la noche revolcándote con este infeliz! ―¡No… te lo ruego! Escúchame… ―Daphne suplico sosteniendo la sábana contra su cuerpo desnudo ―Te amo… lo sabes. ―¿Me amas? ―Lorcan dio un paso amenazante hacia ella ―Siendo así no me interesa el amor de una perra como tú. Sus palabras se clavaron dentro de ella como una flecha envenenada. El beta miró
EL ENEMIGO ACECHA. En la gran mansión de Sebastián, el pequeño Rowan corría por el jardín en compañía de Niko. El alfa de pie en la puerta lo observaba con una sonrisa en los labios. ―Me encanta ver jugar a Rowan ―sus ojos brillaban mientras hablaba, la mujer a su lado descansó la cabeza en su hombro. ―Algún día serás un gran padre, Sebastián. La idea agitó el corazón del alfa. De repente, la niñera salió con algunas cosas y asintió al pasar a su lado. Sebastián la miró interesado. ―¿Qué eso? ―Son las cosas que necesitará el señorito, vamos al parque, señor. El alfa frunció las cejas y negó con la cabeza. ―No, hasta que yo lo decida, Rowan no puede salir de casa. Aunque la niñera estaba confundida, asintió con la cabeza. ―Sí, señor. ―Está bien, Marta. Puedes entretenerlo aquí en casa, sé que Rowan es demasiado inquieto, pero… es por su seguridad. ―No se preocupe, lo mantendré ocupado. El alfa y la mujer, a su lado, le dieron una última mirada al cachorro y se fueron. La ni
NO HABLO CON EXTRAÑOS. Rowan y Niko llegaron al parque emocionados por la oportunidad de jugar al aire libre. El pequeño corrió hacia el grupo de niños y comenzó a jugar, riendo y persiguiendo una pelota. Sin embargo, alguien siniestro lo estaba acechando en las sombras. Un auto los había estado siguiendo todo el camino sin que ellos lo supieran. La persona dentro del auto, una mujer, entrecerró los ojos mientras fijaba su mirada en Rowan. Sus manos apretaron con fuerza el volante, anticipando lo que estaba a punto de hacer. Salió del auto, acomodándose la ropa para aparentar ser una madre común. Les sonrió a los pequeños que la miraban con curiosidad, pero su verdadero objetivo estaba claro. Acercarse a Rowan. La pelota con la que jugaban el pequeño cayó cerca de los pies de la mujer. Con una mirada calculadora, se agachó y la tomó en su mano. Rowan llegó corriendo, y con su voz dulce y educada, le dijo. ―¿Me la entregas? La mujer le dio una sonrisa falsa. ―Eres un niño muy… du
SENTIMIENTO DE CULPA. El alfa apenas y había puesto un pie en la gran casa, cuando Aylin lo abordó. ―¡Tenemos que ir con Sebastián! ¡Tenemos que regresar! Cassian fue tomado por sorpresa, se acercó a su esposa y la tomó por los hombros. ―¡Aylin! ¿Qué ha pasado? Estás muy alterada. ¿Por qué tenemos que regresar al mundo humano? ― Tuve un sueño con Rowan. Presiento que algo no anda bien. Tenemos que ir y asegurarnos de que esté a salvo. ―dijo entre lágrimas ―Mi corazón de madre no se equivoca… tenemos que regresar. El alfa se volvió ansioso y la preocupación se apoderó de él. ―¿Qué le ha sucedido a nuestro hijo? Por favor, dime. ― No lo sé, Cassian. No tengo respuestas. ―respondió entre lágrimas ― Solo sé que algo está mal y necesitamos irnos. Al ver la ansiedad y el nerviosismo de Aylin, Cassian no dudo un segundo. Le entregó el antídoto a Lorcan y le ordenó que lo llevara a las sanadoras. Él y su mujer regresaría inmediatamente por su hijo. Sin embargo, el beta, también estaba
UN VIEJO ENEMIGO. Aylin estaba sentada en su estudio, nerviosa y preocupada. Su hijo Rowan había desaparecido sin dejar rastro, y ella estaba desesperada por encontrarlo. Así que en cuanto se abrió la puerta, se acercó de inmediato hacia la niñera. La agarró del brazo y la llevó a una de las sillas, luego presionó sus manos en los reposabrazos y la miró fijamente. ―¿Quién se llevó a mi hijo? ―fue directa. ―Lo siento, señora. Sé que debí… La mujer estaba visiblemente nerviosa y le pidió disculpas, pero Aylin no quería escucharlas. Lo único que quería saber era quién se había llevado a su hijo. ― No quiero escuchar tus disculpas. Lo único que quiero saber es quien se llevó a mi hijo. Dime, ¿quién era esa mujer? ― preguntó Aylin con voz firme. La niñera vaciló por un momento, pero luego describió a la mujer ―Se veía joven… ―balbuceo nerviosa ―… quizás en sus veinte. Aylin no dejó de mirarla. ―¿Qué más? ―la insto ―¿Qué más recuerdas? La niñera cerró los ojos e hizo todo lo posib