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NO HABLO CON EXTRAÑOS. Rowan y Niko llegaron al parque emocionados por la oportunidad de jugar al aire libre. El pequeño corrió hacia el grupo de niños y comenzó a jugar, riendo y persiguiendo una pelota. Sin embargo, alguien siniestro lo estaba acechando en las sombras. Un auto los había estado siguiendo todo el camino sin que ellos lo supieran. La persona dentro del auto, una mujer, entrecerró los ojos mientras fijaba su mirada en Rowan. Sus manos apretaron con fuerza el volante, anticipando lo que estaba a punto de hacer. Salió del auto, acomodándose la ropa para aparentar ser una madre común. Les sonrió a los pequeños que la miraban con curiosidad, pero su verdadero objetivo estaba claro. Acercarse a Rowan. La pelota con la que jugaban el pequeño cayó cerca de los pies de la mujer. Con una mirada calculadora, se agachó y la tomó en su mano. Rowan llegó corriendo, y con su voz dulce y educada, le dijo. ―¿Me la entregas? La mujer le dio una sonrisa falsa. ―Eres un niño muy… du
SENTIMIENTO DE CULPA. El alfa apenas y había puesto un pie en la gran casa, cuando Aylin lo abordó. ―¡Tenemos que ir con Sebastián! ¡Tenemos que regresar! Cassian fue tomado por sorpresa, se acercó a su esposa y la tomó por los hombros. ―¡Aylin! ¿Qué ha pasado? Estás muy alterada. ¿Por qué tenemos que regresar al mundo humano? ― Tuve un sueño con Rowan. Presiento que algo no anda bien. Tenemos que ir y asegurarnos de que esté a salvo. ―dijo entre lágrimas ―Mi corazón de madre no se equivoca… tenemos que regresar. El alfa se volvió ansioso y la preocupación se apoderó de él. ―¿Qué le ha sucedido a nuestro hijo? Por favor, dime. ― No lo sé, Cassian. No tengo respuestas. ―respondió entre lágrimas ― Solo sé que algo está mal y necesitamos irnos. Al ver la ansiedad y el nerviosismo de Aylin, Cassian no dudo un segundo. Le entregó el antídoto a Lorcan y le ordenó que lo llevara a las sanadoras. Él y su mujer regresaría inmediatamente por su hijo. Sin embargo, el beta, también estaba
UN VIEJO ENEMIGO. Aylin estaba sentada en su estudio, nerviosa y preocupada. Su hijo Rowan había desaparecido sin dejar rastro, y ella estaba desesperada por encontrarlo. Así que en cuanto se abrió la puerta, se acercó de inmediato hacia la niñera. La agarró del brazo y la llevó a una de las sillas, luego presionó sus manos en los reposabrazos y la miró fijamente. ―¿Quién se llevó a mi hijo? ―fue directa. ―Lo siento, señora. Sé que debí… La mujer estaba visiblemente nerviosa y le pidió disculpas, pero Aylin no quería escucharlas. Lo único que quería saber era quién se había llevado a su hijo. ― No quiero escuchar tus disculpas. Lo único que quiero saber es quien se llevó a mi hijo. Dime, ¿quién era esa mujer? ― preguntó Aylin con voz firme. La niñera vaciló por un momento, pero luego describió a la mujer ―Se veía joven… ―balbuceo nerviosa ―… quizás en sus veinte. Aylin no dejó de mirarla. ―¿Qué más? ―la insto ―¿Qué más recuerdas? La niñera cerró los ojos e hizo todo lo posib
UN INTERCAMBIO. En el tercer piso, Aylin salió de la ducha, su mente no dejaba de pensar en su hijo. Cuando abrió la puerta dispuesta a entrar a la habitación, Aylin se sorprendió al ver al hombre sentado en el sofá. ―¡¿Qui… quien eres?! Marcus rápidamente se llevó el dedo índice a la boca y le hizo un gesto silencioso. El hombre, no muy atractivo, sonrió dejando ver sus largos colmillos y sus ojos amarillos se entrecerraron. ―He traído un mensaje de mi maestro. De inmediato, Aylin supo a quién se refería. Estaba nerviosa, pero se obligó a controlarse. ―¿Qué quiere? ¿Don…? El vampiro le sonrió de nuevo y sus ojos se deslizaron lascivamente por su cuerpo, Aylin trago un poco y gruñó, para luego advertirle. ―Habla de una vez y deja de mirarme como si tuviera oportunidad de ponerme un dedo encima. ―alzo una ceja ―¿Dónde está mi hijo? ―El maestro quiere un intercambio. ―dijo burlón ―Tu vida… por la de ese molesto niño. Los ojos de Aylin se abrieron sorprendidos. Por la forma en
ENTRE MIEDOS Y PROMESAS. El sol se ocultaba lentamente sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados, mientras Cassian y Aylin se encontraban inmersos en una intensa discusión en la sala de estar. ― Aylin, por favor, debes entender que es peligroso. Necesito que te quedes aquí, en casa de Sebastián, mientras nosotros rescatamos a Rowan. ―No puedo quedarme de brazos cruzados, Cassian. Rowan es nuestro hijo y no puedo permitir que esté en peligro sin hacer nada al respecto. El alfa estaba a punto de perder la paciencia. ―Aylin…no compliques las cosas. Piensa en Rowan. Si vas con nosotros, solo complicarás aún más la situación. Ella lo miró como si tuviera dos cabezas. No entendía el porqué de su negativa, además, Lestat la quería a ella, y si fuera necesario se cambiaría por la vida de su pequeño. ―¿Cuál es la verdadera razón por la que no quieres que vaya? Dímelo, Cassian. El alfa guardó silencio por un momento, sus ojos reflejaban un temor profundo y genui
EN BUSCA DEL ESPEJO MÁGICO. Cassian, Aylin, Sebastián y Lorcan avanzaban por el oscuro y frío castillo del antiguo Rey Nórdico, guiados por dos hombres vampiros enviados por Morana. Los vampiros les habían advertido sobre los secuaces de Lestat, quienes eran ágiles y atacaban con agresividad. Todos se prepararon para enfrentarlos, excepto Aylin. Cassian se preocupó por ella. ―Mantente cerca de mí. Ella asintió y sujetó su mano. Lorcan quien iba detrás de ellos, maldijo y se apretó con fuerza el abrigo, sus ojos miraban en todas las direcciones, alerta ante cualquier peligro. De repente, escucharon ruidos y risas malvadas, lo que hizo que se detuvieran en seco. Los cuatro se prepararon para cualquier ataque, pero no lograron ver a nadie. Finalmente, llegaron a un pasillo largo, oscuro y siniestro, Cassian tomó la iniciativa y lideró el camino, seguido de cerca por los demás. Mientras avanzaban, los ruidos y las risas malvadas se hicieron más fuertes. Sabían que estaban cerca de s
A TRAVÉS DEL ESPEJO MÁGICO. Cassian, Sebastián y Lorcan se miraron con sorpresa y confusión. Aylin había desaparecido repentinamente. Lorcan rompió el silencio y preguntó: ― ¿A dónde fue Aylin? Sebastián miró la pintura con el ceño fruncido. ― Posiblemente, este sea el dichoso espejo mágico. Cassian, sin querer esperar un segundo más, tomó una decisión impulsiva y siguió el mismo camino que Aylin, desapareciendo a través de la pintura. Lorcan y Sebastián intercambiaron una mirada de determinación y decidieron seguirlo. Cuando cruzaron al otro lado, se encontraron con una escena completamente diferente. El aire estaba frío y la nieve caía suavemente sobre ellos. Estaban parados en un puente que se extendía hacia un castillo, en lo alto de la montaña. ― ¿Dónde demonios estamos? ―pregunto Lorcan temblando de frío. Sebastián miró a su alrededor. ― Parece que hemos sido transportados a otro lugar. Y ese castillo ―señalo la sombría estructura en lo alto de la montaña ― Debe ser el c
LA SALVACIÓN DE ROWAN. Lorcan avanzó hacia los guerreros vampiros, decidido a distraerlos para que Aylin, Cassian y Sebastián pudieran entrar al castillo. Los vampiros se giraron para enfrentarlo, sus ojos brillando con una sed de sangre inquietante. ―¿Qué tenemos aquí? ―preguntó uno de los vampiros, con una sonrisa malvada en su rostro. ―¿Un humano valiente que piensa que puede enfrentarse a nosotros? ―¿Valiente? No lo sé ―respondió Lorcan con una sonrisa burlona. ―Pero definitivamente estoy dispuesto a intentarlo. Los vampiros se rieron, suponiendo que Lorcan era un tonto por enfrentarse a ellos. Pero no sabían de lo que era capaz. Lorcan se lanzó hacia delante, esquivando los ataques de los vampiros con facilidad. Saltó y rodó por el suelo, evitando los golpes mortales que le lanzaban. ―¡Vamos, vengan por mí! ¡Asquerosos chupasangres! ―gritó Lorcan, desafiando a los vampiros. Mientras tanto, Aylin, Cassian y Sebastián se deslizaban por los pasillos del castillo, evitando las