DESAFIANDO A LA LUNA. Cassian y Aylin entraron en la habitación, de inmediato, ella le dio una mirada de reproche. ―¿Por qué está ella aquí? ―preguntó con voz tensa ―No me gusta. Cassian la tomó de la mano y la llevó a la cama. ―Está bien, si te molesta, voy a cambiarla de lugar. ―Primero quiero saber por qué está aquí. ¿Y desde cuándo permites que te tuteen? El alfa le dio una sonrisa y de repente la levantó para sentarla en su regazo. ―Isabel es hija de una omega que murió durante los ataques de Logan ―explicó ―La salvé de morir en ese momento, pero sus padres no corrieron con la misma suerte. Al quedar huérfana, le di trabajo en la gran casa y un hogar. Aylin entrecerró los ojos, claramente insatisfecha con la respuesta. ―No me gusta ―dijo con firmeza. Cassian la miró a los ojos y sus manos bajaron lentamente por su espalda. ―¿Quieres que se vaya? ―Sí, quiero que se vaya. ―afirmó. ―Ok, lo que mi mujer desee, se lo daré. ―bajo la cabeza y aspiró su aroma ―Le pediré a Lei
FUERA DE ESTA CASA. ―Es una pena que no puedas satisfacer al alfa como lo hace una omega ― dijo Isabel, con una sonrisa maliciosa. Aylin frunció el ceño y respondió con frialdad. ―No tengo intención de competir con un simple omega, ni siquiera estás a mi altura. ―Eso es lo que todas las hembras dicen hasta que ven a su alfa… con otra. Aylin caminó hacia ella, sintiendo la irá burbujeando en sus venas. ―No me subestimes, Isabel ―dijo con voz firme. ―Soy la luna de esta manada y no toleraré tus provocaciones. ―Solo digo la verdad, Luna ― respondió con una sonrisa burlona. Aylin avanzó hacia Isabel y la agarró por el cuello de su vestido. ―No te metas conmigo, Isabel ―advirtió con un tono amenazante. ―Terminarás perdiendo. Isabel intentó liberarse, pero no tuvo éxito. ―¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a golpear? ―preguntó Isabel con una risita. Aylin apretó su agarre en el cuello y la empujó contra la pared. ―No te lo mereces ―dijo con voz fría. ―Pero si sigues provocándome, tendré
¡SOY LA LUNA DE ESTA MANADA!―¿Y bien, cuál de las dos hablará primero? ―Cassian pregunto alzando una ceja.―No culpes a Leila, yo le pedí que guardara el secreto y eso hizo. ―Aylin camino hacia ella y se detuvo a su lado ―Si quieres culpar a alguien que sea yo.La mujer miró la herida en su brazo y no pudo evitar preocuparse.―Tienes que curar tu herida, Aylin… se puede infectar.―No te preocupes, voy a estar bien. ―miro a su marido y le pregunto ―¿Qué vas a hacer? Conozco perfectamente esa cara que tienes.El alfa estaba molesto, muy molesto.―Leila, ¿cómo fuiste capaz de callar? Viste mi dolor, mi agonía y, aun así… ¿No te importo?―Yo… lo lamento, señor ―respondió con la cabeza gacha ―Muchas veces quise hacerlo, pero mi promesa a Aylin peso más. No pude, recibiré cualquier castigo que quiera darme.Las manos de Cassian se apretaron. Si Leila hubiera hablado antes, no hubiera perdido tanto tiempo.―Sabes que lo que hiciste fue traición, ¿verdad? Como tu alfa…―¡¿Perdón?! ―Aylin lo
EL BOSQUE DE LA FANTASÍA. Aylin y Cassian caminaban a través del bosque, iban rumbo a la cabaña de Ozlun. El bosque de la fantasía era un lugar mágico y encantado, un santuario de naturaleza salvaje y poderes sobrenaturales. Al adentrarse en sus dominios, se podía sentir la energía mística que impregnaba el aire y el suelo. Los árboles altos y majestuosos se alzaban hacia el cielo, sus ramas entrelazadas formando un dosel verde que filtraba la luz del sol, creando una atmósfera mágica. El bosque estaba vivo con una variedad de criaturas mágicas. Hadas y mariposas luminosas revoloteaban entre los árboles, dejando un rastro de polvo de hada a su paso. Los duendes se escondían en las raíces de los árboles, jugueteando y tramando travesuras. Espíritus de la naturaleza danzaban entre los rayos de luz filtrados, sus formas etéreas y brillantes llenando el aire con una sensación de asombro y maravilla. A medida que avanzabas más profundamente en el bosque, las criaturas se volvían más maje
EL GRITO DE LA BANSHEE. Aylin y Cassian regresaron a la manada después de su misión en el bosque. A pesar de la tranquilidad que reinaba en el territorio de la manada, Aylin no podía dejar de pensar en las revelaciones del vidente. ―Creo que Lestat me quiere por mi sangre ―dijo Aylin con seguridad ―Eso explica por qué hacía ese tipo de experimentos con los cachorros. Pero al no funcionar… yo soy la solución. ―de repente, miró a su marido nerviosa ―Tenemos que estar preparados… puede que sepa que ya estoy aquí. El alfa escuchó atentamente las palabras de Aylin y asintió con seriedad. Sabía que ella tenía razón, y ahora más que nunca debían ser precavidos y estar preparados para cualquier eventualidad. Sin embargo, no podía evitar sentir preocupación por dejarla sola, especialmente después de las revelaciones del vidente. ―Estoy preocupado por dejarte sola, cariño ― dijo con voz suave. ―No quiero que corras ningún riesgo mientras yo esté fuera. Aylin caminó hacia él y tomó sus manos
EL PASADO DE LORCAN. Cassian y Lorcan continuaron caminando, y la curiosidad sobre el pasado de su beta, comenzó a crecer en el alfa, asi que, se arriesgó a preguntar directamente por qué había abandonado a Daphne. ―Lorcan, ¿por qué abandonaste a Daphne? En cuanto escuchó la pregunta de su amigo, Lorcan cambió su expresión, era un tema del cual no se sentía cómodo hablando. Sin embargo, había mantenido en la ignorancia a su amigo demasiado tiempo. El beta suspiró y pareció perderse en sus pensamientos por un momento. «―¡Tienes que creerme Lorcan, no sé qué pasó! ―¿No lo sabes? ―sonrió sin sonreír ―Pues yo lo veo claramente. ¡Pasaste toda la noche revolcándote con este infeliz! ―¡No… te lo ruego! Escúchame… ―Daphne suplico sosteniendo la sábana contra su cuerpo desnudo ―Te amo… lo sabes. ―¿Me amas? ―Lorcan dio un paso amenazante hacia ella ―Siendo así no me interesa el amor de una perra como tú. Sus palabras se clavaron dentro de ella como una flecha envenenada. El beta miró
EL ENEMIGO ACECHA. En la gran mansión de Sebastián, el pequeño Rowan corría por el jardín en compañía de Niko. El alfa de pie en la puerta lo observaba con una sonrisa en los labios. ―Me encanta ver jugar a Rowan ―sus ojos brillaban mientras hablaba, la mujer a su lado descansó la cabeza en su hombro. ―Algún día serás un gran padre, Sebastián. La idea agitó el corazón del alfa. De repente, la niñera salió con algunas cosas y asintió al pasar a su lado. Sebastián la miró interesado. ―¿Qué eso? ―Son las cosas que necesitará el señorito, vamos al parque, señor. El alfa frunció las cejas y negó con la cabeza. ―No, hasta que yo lo decida, Rowan no puede salir de casa. Aunque la niñera estaba confundida, asintió con la cabeza. ―Sí, señor. ―Está bien, Marta. Puedes entretenerlo aquí en casa, sé que Rowan es demasiado inquieto, pero… es por su seguridad. ―No se preocupe, lo mantendré ocupado. El alfa y la mujer, a su lado, le dieron una última mirada al cachorro y se fueron. La ni
NO HABLO CON EXTRAÑOS. Rowan y Niko llegaron al parque emocionados por la oportunidad de jugar al aire libre. El pequeño corrió hacia el grupo de niños y comenzó a jugar, riendo y persiguiendo una pelota. Sin embargo, alguien siniestro lo estaba acechando en las sombras. Un auto los había estado siguiendo todo el camino sin que ellos lo supieran. La persona dentro del auto, una mujer, entrecerró los ojos mientras fijaba su mirada en Rowan. Sus manos apretaron con fuerza el volante, anticipando lo que estaba a punto de hacer. Salió del auto, acomodándose la ropa para aparentar ser una madre común. Les sonrió a los pequeños que la miraban con curiosidad, pero su verdadero objetivo estaba claro. Acercarse a Rowan. La pelota con la que jugaban el pequeño cayó cerca de los pies de la mujer. Con una mirada calculadora, se agachó y la tomó en su mano. Rowan llegó corriendo, y con su voz dulce y educada, le dijo. ―¿Me la entregas? La mujer le dio una sonrisa falsa. ―Eres un niño muy… du