Lucy
Hemos llegado a casa hace una hora, es la 1 de la mañana y no he tenido noticias de Daniel. Tal vez esté ocupado, tal vez esté en esos eventos que hacen después de cada pelea…
Me reacomodo para el toro lado del colchón y miro por la ventana, la luz de la luna llena entra por la ventana. Aun la imagen de él golpeando a aquel pobre hombre me pone la piel de gallina, estaba furioso, estaba… incontrolable.
Solo quiero saber si se encuentra bien, solo… debería de escribirle.
Para Daniel (1:25am):
¿Estás bien?, no quiero molestar solo… saber cómo estás.
Doy “enviar” y espero lo que me parece una eternidad para recibir una respuesta que ilumina mi pantalla y pone como loco mi corazón.
De Daniel (1:27am):
Si, estoy bien ¿y tú?, &iq
Lucy La vibración del móvil me despierta. No estoy en casa, ni en mi cama.—Mierda —digo y trato de moverme pero Daniel me tiene bien sujeta a él, me remuevo con esfuerzo hasta llegar al móvil y encontrarme con mamá. El corazón se me acelera…—Si —digo lo más tranquila que puedo—Lucy, ¿dónde estás?, ¿has salido a correr? —carraspeo un poco y tomo el aire que me falta—Si mamá, yo… no he dormido bien y, estoy caminando por la playa, en un rato llego —en ese momento miro como Daniel se mueve y abre sus ojos de golpe, le hago una seña para que guarde silencio, él asiente y cubre su rostro con las manos.—Bien… ¿estás bien Lucy? —pregunta de nuevo mamá.—Si… estoy bien, llego en un rato —y termino la llam
DanielAyudo a mamá a subir un par de maletas al auto. Aaron se ha encargado de rentar camionetas gigantes para transportarnos, creo que de verdad está muy entusiasmado por este viaje y quiere que todos la pasemos muy bien.Miro a Lucy caminar hacia donde estamos con sus maletas en mano, me apresuro a llegar hasta ella. Luce hermosa con ese suéter color rosa, y una enorme chamarra del mismo color.—Hola —le digo y guiño un ojo, miro como se pone como un tomate y susurra un “hola”—¡LUCY! —grita Bartros dentro de la camioneta, es cuando miro como ingresa y luego nada.—Creo que son todas —dice Ángel y yo asiento para terminar por cerrar las puertas del equipaje. Mis músculos están muy cansados, a penas y puedo las piernas y lo único que realmente hace que me recupere es tener a Lucy cerca de mi.—¡TODOS AR
Lucy Camino arrastrando una de mis maletas hacia la habitación, escucho los pasos de Daniel detrás de mi.—Esta es la tuya —dice Ángel entregándome una tarjeta—. Y esta es la tuya—. Entrega una tarjeta a Daniel y nos damos cuenta que son habitaciones continuas. Paso la tarjeta por el lector y el seguro cesa. Me adentro cerrando la puerta detrás de mi. Empujo mi maleta hasta el frente de la cama y me dejo caer. Siento como el móvil vibra y es Daniel… llamando.—Dime que…—Está bien, te espero —y escucho su risa.—Me vas a volver loco —y la llamada termina, escucho como Ángel discute con Bartros, luego que la puerta se cierra y es cuestión de minutos para que Daniel llame a la puerta. Me apresuro para llegar y abrir cuando antes cerrándola de inmediato.—Te extrañe —dice
DanielEl traslado en el avión es bastante silencioso salvo por Bartros que no ha dejado de moverse y gritar un minuto. Dice que irá al polo norte y que sus regalos llegaran más pronto… ese chico es un torbellino.—Y hemos llegado —dice Aaron mientras el chofer que esperaba en el aeropuerto privado conduce por un sendero cubierto de nieve salvo por las luces que lo guían. Es como si no hubiera sol en este lugar, es realmente impresionante.—¡MAMÁ!, eso es nieve mamá —dice Bartros reventando el tímpano de todos los presentes en el camión.—Si mi amor, es nieve —luego Aaron lo toma en brazos y lo lleva hacia la entrada, es el momento de bajar.—Mira esto Bartros —dice justo antes de salir, escucho los gritos del pequeño y como comienza a correr frente al autobús pequeño que nos transporta.&
LucySubo las escaleras hasta mi habitación, no tengo hambre y me siento algo extraña por alguna razón, como si mi cuerpo estuviera sumamente cansado. Debe de ser el viaje.Me adentro a la habitación y voy directo a desempacar sin acomodar nada de lo que llevan mis maletas. Tomo una pijama de pantalón y blusa afelpada para después decir que tomaré una ducha. El baño es individual. Tiene una ducha con un vidrio grueso que los separa del exterior.Me libero de la ropa y abro la llave para que al instante el vapor comience a cubrir todo a mi alrededor. Me encantan las duchas de agua caliente. El agua me relaja, siento que por primera vez puedo estar tranquila desde que este viaje comenzó.Entiendo que mi padre esté feliz y entusiasmado de que estemos haciendo este viaje pero me ha resultado sumamente cansado, sobre todo con la carga emocional que tengo en este momento. Esp
DanielMe giro y no encuentro a Lucy. Me levanto de inmediato un poco alarmado y busco por la habitación, escucho el baño y luego en un instante ella aparece usando mi camisa, al cruzar mirada me sonríe y puedo notar sus mejillas enrojecidas. Me vuelve loco esa chica, puedo sentir su piel aun sobre la mía, puedo sentir el calor de su sexo y sus labios pegados en mi oreja. Anoche ha sido… alucinante.Se sienta en la orilla de la cama pero no puedo esperar más así que solo la llevo a mi regazo, aspiro su cabello y su olor consigue volverme loco, y no quiero escucharme como Ángel.—¿Cómo estás? —pregunto y puedo sentir como se acurruca en mi regazo.—Bien, me refiero a que… muy bien —dice y se vuelve hacia mi, sus ojos me pierden, me hacen perder la preocupación de lo que hemos hecho, me hacen no pensar en que esto pudiera traer
Lucy La abuela ha decidido que hoy es el día ideal para las compras de los regalos para navidad. Bartros ha venido a mi habitación a despertarme y por ende a despertar a Daniel también, aun que él no tenía ni idea de ello. Ahora nos dirigimos hacia el centro comercial de la ciudad más próxima. Son las 4 de la tarde y parece que el sol ya se está escondiendo. Los días son más cortos en este lugar.—Abuela, ¿podemos ir a la juguetería? —las preguntas y palabras de Bartros van a toda velocidad y la abuela y Stella son quienes han logrado controlar su ímpetu y desesperación.—¿Cómo estás Lucy? —Mae es quien me habla, yo estoy perdida en la carretera que conduce hacia nuestro destino.—Yo… bien —miro hacia Daniel quien nos mira de reojo—. Todo ha estado bien ¿y tu?
Lucy Estoy sentada en la sala de espera y mi estomago está hecho un nudo. Siento miedo de perderlo, y me siento sumamente culpable de no haber hecho nada para ayudarlo…El móvil de Daniel suena y la pantalla anuncia que es Mae… mierda, no he avisado nada, ni siquiera he tenido la fuerza para llamarlos y decirles que Daniel está… en el hospital y ha sido atacado. Tomo mi móvil y miro la lista de números recurrentes, no llamaré a papá, así que selecciono a Ángel, timbra una vez y luego contesta…—Ángel… —digo y me pregunta donde estamos y porque no hemos vuelto—. Daniel fue atacado por cuatro hombresEl llanto me hace perder la calma, lloro como una Magdalena y solo le trato de explicar donde estoy y que no sé nada de él, Ángel me dice que saldrá de inmediato y la llamada se termina. No pued