A sala de la directora, Madelyn Johnson, parecía sofocante, y la tensión que se cernía en ella solo aumentaba la sensación de incomodidad. Vittorio Amorielle y Ellis Smith estaban sentados, ansiosos, mientras esperaban información sobre la hija de Ellis, Donna, que había sido secuestrada de la escuela.
Madelyn respiró profundamente antes de continuar la explicación. Sus ojos mostraban una genuina preocupación por la situación que involucraba a la joven Donna.
“Entiendo lo angustiante que debe ser esto para ustedes”, comenzó Madelyn, “pero hay algo que necesitan saber sobre el momento del secuestro. Estaba en la sala de seguridad, donde tenemos acceso a las cámaras de vigilancia, lista para revisar las grabaciones.”
Ellis estaba junto a Vittorio, nerviosa y desesperada por cualquier información sobre su hija. Vittorio, por otro lado, mantenía
Vittorio Amorielle ingresó en la habitación de su hijo Jake, encontrándolo inmerso en su juego con carritos. Se agachó para estar a la altura del niño y sonrió, aunque la preocupación lo consumía por dentro.“Jake, ¿estás bien?”, preguntó Vittorio con ternura.El niño miró a su padre y asintió con entusiasmo. “¡Sí, papá, estoy genial!”Vittorio aprovechó el momento para abordar un tema delicado que tenía en mente. Preguntó a Jake: “¿Qué te parecería tener un hermano o una hermana?”Jake pensó, por un momento, sus ojos brillando con imaginaciones infantiles. “¡Sería genial, papá! Tendría a alguien con quien jugar y hablar.”Vittorio sonrió ante la respuesta de su hijo. “¿Y si tuvieras una her
Eleonora Amorielle y Ellis Smith estaban sentadas en la sala de estar de la mansión Amorielle. El silencio llenaba el aire mientras ambas esperaban la llegada del vino que Eleonora había pedido a la ama de llaves, Mary. La tensión era palpable, y ambas sabían que había mucho de qué hablar.Finalmente, Mary apareció con la botella de vino y dos copas. Sirvió el vino y se retiró discretamente. Mientras disfrutaban del vino, Eleonora decidió abordar un asunto delicado que había estado pendiendo sobre ellas desde el principio.“Ellis, creo que es hora de tener una conversación sincera”, comenzó Eleonora.Ellis levantó las cejas, curiosa, pero también aprensiva sobre lo que Eleonora estaba a punto de revelar.“¿Por qué ocultaste a Vittorio que Donna era su hija?”Ellis miró fijamente a Eleonora con una exp
Después de la reveladora conversación con Eleonora, Ellis sintió la necesidad de hablar con Jake, su sobrino. Eleonora aceptó de inmediato y dijo que sería bueno que Jake conociera a su tía.“¿Te importaría si hablara con Jake?” Preguntó Ellis con amabilidad.Eleonora asintió con una cálida sonrisa. “Por supuesto que no, Ellis. Creo que sería genial que Jake conociera a su tía”.Con eso, Ellis dejó a Eleonora en la sala de estar y comenzó a subir las escaleras hacia la habitación de Jake. Su corazón estaba lleno de emoción y un toque de nerviosismo mientras se acercaba a la puerta.Los guardias, que estaban apostados frente a la habitación, le permitieron entrar con un gesto amistoso. Ellis dio un paso adelante y, al entrar en la habitación, vio a Jake jugando con sus carritos en el suelo. Esta
Ellis escuchó los ruidos que venían del piso de abajo y un escalofrío recorrió su espalda. Se volvió rápidamente hacia Jake, quien todavía jugaba en el suelo de su habitación.“Jake”, dijo con urgencia, “necesito que esperes aquí por un momento, ¿vale? No importa lo que pase, no salgas de esta habitación”.Los ojos del niño se abrieron de miedo al ver la expresión seria en el rostro de Ellis. “Señora Smith, ¿qué está pasando?”Ellis se agachó, poniéndose a la altura de los ojos de Jake, y tomó sus manos. “Promete que te quedarás aquí y no saldrás hasta que vuelva”.Jake tragó saliva, pero finalmente asintió. “Lo prometo”.Ella le dio un beso en la frente y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Cuando l
La oscuridad de la noche envolvía la escena mientras una flota de automóviles encabezada por Vittorio Amorielle avanzaba por las calles de la ciudad, a una velocidad controlada pero decidida. Las sirenas de la policía a lo lejos creaban una inquietante sinfonía que acompañaba la tensión en el aire.Vittorio mantenía los ojos fijos en la carretera, su semblante endurecido por la creciente preocupación y rabia. Las noticias sobre el secuestro de John Smith y la brutalidad contra sus propios hombres habían sacudido su ya frágil paciencia. Su cuerpo estaba tenso, listo para actuar tan pronto como llegaran al destino indicado por el GPS.Finalmente, la flota de autos se detuvo frente a una dirección sombría y poco acogedora. Vittorio saltó de su vehículo, inmediatamente seguido por sus hombres. No pasó mucho tiempo antes de darse cuenta de que algo estaba terriblemente m
Jake Amorielle, un niño de ojos inocentes y corazón puro, estaba viviendo una noche de terror que ningún niño de su edad debería enfrentar. Salió del ascensor y se encontró en la zona de lavandería de la mansión, un lugar al que generalmente no solía ir. Sus pequeños pasos resonaban por la habitación, pero pronto se vieron ahogados por el sonido de pasos pesados que se acercaban.Un escalofrío recorrió su espalda cuando se dio cuenta de que no estaba solo. Jake era un niño astuto y supo instintivamente que no debía ser visto por esos desconocidos. En un acto de puro instinto de supervivencia, corrió hacia uno de los enormes cestos llenos de ropa de cama sucia y se escondió debajo de ellas. Su respiración se aceleraba, y contuvo el aliento mientras escuchaba los pasos acercándose.Los hombres de Jácomo Grecco entraron en la h
ANTES…Rocco, el ex-consiglieri de Vittorio Amorielle, se encontraba en una encrucijada desesperada. Había sido desterrado de la familia, su único refugio seguro durante años. Sin el apoyo y la protección de Vittorio, se vio perdido y vulnerable, enfrentando un futuro incierto en el peligroso mundo de la mafia.La noche estaba oscura cuando Rocco se acercó a la casa que John Smith compartía con Ellis. Era un lugar que conocía bien, un lugar al que había ido innumerables veces junto a Vittorio y otros miembros de la familia. Ahora, estaba allí por razones completamente diferentes.John salió de la casa, su expresión llena de rabia y tristeza. No le sorprendió ver a Rocco allí, pero no tenía intención de hablar con él. Después de todo, los matones de Vittorio habían secuestrado a su hija Donna y a su esposa Ellis, y John culpaba indi
La tensión en el ambiente era casi palpable. Ellis estaba abrazada a Donna, una sensación de desesperación mezclada con determinación en su corazón. Sus ojos estaban fijos en Rocco, ese hombre que un día personificó la lealtad a Vittorio, ahora estaba allí, como un traidor.Ella no podía creer lo que veían sus ojos. La traición de Rocco fue un golpe doloroso para todos, pero necesitaba entender por qué lo había hecho. Con una voz temblorosa, Ellis rompió el tenso silencio.“Rocco…” su voz salió como un susurro, “¿Por qué hiciste esto?”Rocco, con su mirada gélida, se giró para enfrentar a Ellis. Sus ojos eran una mezcla de determinación y desesperación. Ya no era el hombre que Ellis conocía, aquel dispuesto a dar la vida por Vittorio.“Hice lo que necesitaba ser hecho