Don Vittorio Amorielle salió del imponente edificio que había albergado sus reuniones con sus socios franceses, así como las discusiones sobre sus propios asuntos relacionados con la mafia. Al salir a la concurrida calle, le acompañaba su Consigliere de confianza, Rocco, que asumió el papel de chófer del jefe. La expresión austera de Vittorio no delataba mucho, pero Rocco, atento a su semblante, no pudo evitar darse cuenta de la distracción que parecía cernirse sobre Vittorio aquel día.
Mientras se acomodaban en el lujoso interior del coche, Rocco le guio suavemente hacia la corriente del tráfico. Echó una mirada de reojo a Vittorio y finalmente decidió abordar la tensión palpable en el aire.
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Vittorio Amorielle y Rocco llegaron a la imponente mansión Amorielle, una residencia que destilaba riqueza y poder. El ama de llaves de la familia, una mujer de porte elegante y mirada atenta, estaba puntual en la puerta, como siempre."Buenas noches, señor Amorielle", saluda, haciendo una ligera reverencia."Buenas noches", respondió Vittorio con una cortés inclinación de cabeza. "¿Dónde está mi hijo?"Una amable sonrisa ilumina el rostro del ama de llaves. "El joven señor Amorielle ya se ha embarcado en su misión".Los ojos de Vittorio se entrecerraron ligeram
En la inmensa sala de comedor de la mansión de la familia Amorielle, Eleonora, Vittorio y Jake estaban sentados a la mesa. Los ojos de Eleonora se fijaban en su esposo, quien disfrutaba de la comida con una expresión seria. Vittorio irradiaba un magnetismo poderoso, su presencia era imponente y su aura imponía respeto. Era un hombre de una belleza impactante, el jefe supremo de la mafia que emanaba sensualidad y autoridad. Además, era un padre dedicado, cuidando de Jake con un cariño innegable. Sin embargo, a
Vittorio se detuvo en la entrada de la habitación, sus ojos encontraron la figura de Eleonora sentada en su cama, luciendo una camisola roja que resaltaba su belleza rubia y el cabello suelto que caía sobre sus hombros. Era una imagen tentadora, pero la mirada de Vittorio permaneció imperturbable, casi como si estuviera mirando a través de ella.Ignorando a su esposa, cruzó la habitación y abrió las puertas del armario. El gesto de quitarse la corbata fue el primer signo de indiferencia, como si la mujer en la cama fuera una sombra invisible. Desabrochó meticulosamente su traje y lo quitó, pieza por pieza, hasta que solo llevaba su camisa blanca y pantalones oscuros.Siguió actuando como si Eleonora fuera una mera espectadora en su propia historia, como si su presencia fuera solo una formalidad.
Vittorio regresó del baño con una toalla enrollada en su cintura, el cabello húmedo goteando sobre sus hombros y su piel ligeramente húmeda por la ducha. Sus ojos se fijaron en Eleonora, examinándola en silencio, cuestionando si lo había escuchado mientras estaba en el baño.Eleonora permaneció donde estaba, sus ojos siguiendo cada movimiento de Vittorio. Podía sentir la tensión en el aire, una especie de electricidad sutil que siempre parecía existir entre ellos. Eleonora apartó la mirada por un momento, sintiendo la mirada intensa de Vittorio sobre ella. Anhelaba decir algo, romper el silencio que pesaba entre ellos, pero las palabras parecían esquivar su mente.El mafioso se dirigió al armario, ella esperó en silencio, observándolo, antes de finalment
Los ojos de Vittorio se fijaron en Ângelo Messina, la sorpresa y la incredulidad reflejadas en su expresión. No esperaba que la solución propuesta fuera tan drástica y compleja.Messina se inclinó hacia adelante, sus ojos penetrantes. “Esto garantizará su protección. Si se convierten en una sola entidad, será más difícil para sus enemigos alcanzarla a ella o a su familia.”“Ângelo, sabes que todavía estoy casado con Ellis”, dijo Vittorio, su voz firme pero también con un tono de frustración.Ângelo mantuvo su postura tranquila, como si hubiera previsto esta objeción. “Vittorio, estoy al tanto de que estás en proceso de divorcio. Y sé que puedes resolverlo rápidamente si es necesario.”Vittorio apretó los puños bajo la mesa, luchando contra la mezcla de emociones que lo invadía. Eleonora estaba
Vittorio miró a Eleonora, su mirada cargada de curiosidad y preocupación. La pregunta que estaba haciendo era delicada y llevaba consigo un peso profundo.“Eleonora, ¿quién es el padre del niño?”, preguntó, su voz suave pero llena de significado.Los ojos de Eleonora se quedaron fijos en el papel del examen, una mezcla de emociones pasando por ellos. Sabía que era hora de revelar la verdad, sin importar lo complicada que fuera.“Jason es el padre”, finalmente respondió, su voz casi un susurro.Vittorio asintió lentamente, asimilando la información. Sabía sobre la relación entre Eleonora y Jason, pero la confirmación de que él era el padre del niño era un hecho que cambiaba muchas
Ellis despertó lentamente, la habitación aún iluminada por los primeros rayos de sol que se filtraban por la cortina. La sensación de que algo era diferente la hizo sentarse en la cama, sus ojos buscando a su esposo. Pero su lado estaba vacío. John aún no había regresado a casa.La preocupación se extendió por su pecho, y se levantó rápidamente, decidida a despertar a Donna para llevarla a la escuela. Mientras su hija se cepillaba los dientes, Ellis ajustaba cuidadosamente su uniforme, asegurándose de que todo estuviera perfecto. Luego, sus hábiles dedos arreglaban el cabello negro de la niña en un peinado adecuado.Ya en la cocina, Ellis preparó un tazón de cereal con leche para Donna. La pequeña se sentó a la mesa, pero no pasó muc
Vittorio estaba de pie junto a Donna, y la similitud entre los dos era innegable. Ellis tragó saliva, sintiendo que su corazón latía fuertemente en su pecho. Hizo un esfuerzo por mantener la compostura, apretando la bufanda en sus manos mientras sus ojos se encontraban con los de Vittorio. Tantas emociones antiguas y no resueltas parecían resurgir ante ella.Donna miró de vuelta a su madre, notando la expresión de sorpresa y shock en su rostro. “Mamá, este es mi amigo Jake, y este es su papá, Vittorio.”Las palabras de Donna fueron como un recordatorio del presente, devolviendo a Ellis a la realidad. Forzó una sonrisa tensa, desviando sus ojos de los de Vittorio por un momento antes de volver a encontrarse con ellos.“Es un placer conocerte, Sr. Amorielle,